¿Facebook a la campaña presidencial?
* Gabriel Sanchez Zinny. Ese fue el dilema que enfrentó el cercano colaborador del Presidente Obama, Robert Gibbs, quien trabaja con él hace siete años, y fue el vocero presidencial los primeros dos años de gobierno. Pero no es el único que salió de la Casa Blanca con generosas ofertas en corporaciones americanas.
Ron Klain, quien fuera el jefe de gabinete del Vicepresidente Biden, también ha vuelto al sector privado, a trabajar con el fundador de AOL, Steve Case. James Jones, el ex director del National Security Council, está asesorando a los miembros de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, con sede en Washington.
Como dice Dana Milbank, analista del Washington Post, el West Wing (en referencia a la zona de la Casa Blanca con los asesores más cercanos al Presidente) se ha comenzado a parecer a una firma de servicios de empleos corporativos.
Mona Sutphen, la ex vicejefa de gabinete de Obama, está ahora en el equipo de UBS Wealth Management, y Greg Craig, el consejero legal de alto perfil que trabajó para el Presidente durante la campaña y el primer año y medio en la Casa Blanca, está ahora en la reputada firma de abogados Skadden and Arps.
Otros ejemplos incluyen a Peter Orszag, el joven director de presupuesto de Obama, que dejó su cargo para migrar al Citigroup; y el que quizás representa mejor el vínculo íntimo entre el gobierno y el mundo de lobby, es Meredith Attwell Baker, ex directora de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), que se fue a trabajar en el área de relaciones gubernamentales de NBC Universal, una de las principales empresas del sector, reguladas por la misma FCC.
Washington siempre ha sido conocida como una ciudad revolving doors, expresión que hace referencia a la movilidad laboral entre el gobierno, empresas de lobby, think tanks, y otras instituciones. La mayoría de los pocos habitantes estables que tiene la ciudad han pasado durante su vida laboral por varias de estas instituciones. Y a su vez, los lobbystas y empresarios exitosos comienzan sus carreras con el prestigio y reputación que obtienen en destacadas posiciones en el gobierno
Sin embargo, en la Administración Obama este fenómeno parece darse con mayor rapidez que en cualquier otro gobierno anterior. De acuerdo al Center for Responsive Politics, 314 personas salieron del gobierno de Obama hacia el sector privado en los dos primeros años, comparado con 511 en 8 años del gobierno de Bush, y solo 348 en toda la gestión de Bill Clinton.
Pero este no es un fenómeno reservado al poder ejecutivo, también es creciente entre representantes y senadores. Siete senadores del último Congreso, que terminó en Diciembre del año pasado, están en firmas relacionadas con lobby en Washington, y son 15 los representantes que han incursionado en relaciones gubernamentales.
Y también se observa un aumento del intercambio laboral entre sector privado y público en la comunidad de inteligencia. Por ejemplo, desde los ataques del 11 de Septiembre, CIA perdió tres directores, y 4 subdirectores, un total de 91 personas de rangos altos. Más que en los 20 años anteriores. Estos dejaron la Agencia para sumarse a firmas de lobby, de seguridad privada, y contratistas del Departamento de Defensa, o Seguridad Interna, que aumentaron mucho sus presupuestos en los últimos años.
Aunque CIA paga buenos sueldos a sus directivos, aproximadamente u$s180.000 al año, no pueden competir con las remuneraciones del sector privado. Empresas como, Electronic Warfare Associates, ERG Partners o Abraxas Corp, fundadas por veteranos de la Agencia, están aprovechando esta oportunidad. Así, por ejemplo, Abraxas, que tiene 470 empleados e ingresos anuales de u$s 90 millones, fue adquirida el año pasado por Cubic, otra empresa del sector, por u$s 124 millones.
El gobierno y el sector privado han siempre tenido una estrecha vinculación en Washington, pero parecería estar creciendo, en proporción al aumento del gasto público y las regulaciones en la economía. Según esta tendencia, pareciera que mas funcionarios se verán tentados por Facebook.
Como dice Dana Milbank, analista del Washington Post, el West Wing (en referencia a la zona de la Casa Blanca con los asesores más cercanos al Presidente) se ha comenzado a parecer a una firma de servicios de empleos corporativos.
Mona Sutphen, la ex vicejefa de gabinete de Obama, está ahora en el equipo de UBS Wealth Management, y Greg Craig, el consejero legal de alto perfil que trabajó para el Presidente durante la campaña y el primer año y medio en la Casa Blanca, está ahora en la reputada firma de abogados Skadden and Arps.
Otros ejemplos incluyen a Peter Orszag, el joven director de presupuesto de Obama, que dejó su cargo para migrar al Citigroup; y el que quizás representa mejor el vínculo íntimo entre el gobierno y el mundo de lobby, es Meredith Attwell Baker, ex directora de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), que se fue a trabajar en el área de relaciones gubernamentales de NBC Universal, una de las principales empresas del sector, reguladas por la misma FCC.
Washington siempre ha sido conocida como una ciudad revolving doors, expresión que hace referencia a la movilidad laboral entre el gobierno, empresas de lobby, think tanks, y otras instituciones. La mayoría de los pocos habitantes estables que tiene la ciudad han pasado durante su vida laboral por varias de estas instituciones. Y a su vez, los lobbystas y empresarios exitosos comienzan sus carreras con el prestigio y reputación que obtienen en destacadas posiciones en el gobierno
Sin embargo, en la Administración Obama este fenómeno parece darse con mayor rapidez que en cualquier otro gobierno anterior. De acuerdo al Center for Responsive Politics, 314 personas salieron del gobierno de Obama hacia el sector privado en los dos primeros años, comparado con 511 en 8 años del gobierno de Bush, y solo 348 en toda la gestión de Bill Clinton.
Pero este no es un fenómeno reservado al poder ejecutivo, también es creciente entre representantes y senadores. Siete senadores del último Congreso, que terminó en Diciembre del año pasado, están en firmas relacionadas con lobby en Washington, y son 15 los representantes que han incursionado en relaciones gubernamentales.
Y también se observa un aumento del intercambio laboral entre sector privado y público en la comunidad de inteligencia. Por ejemplo, desde los ataques del 11 de Septiembre, CIA perdió tres directores, y 4 subdirectores, un total de 91 personas de rangos altos. Más que en los 20 años anteriores. Estos dejaron la Agencia para sumarse a firmas de lobby, de seguridad privada, y contratistas del Departamento de Defensa, o Seguridad Interna, que aumentaron mucho sus presupuestos en los últimos años.
Aunque CIA paga buenos sueldos a sus directivos, aproximadamente u$s180.000 al año, no pueden competir con las remuneraciones del sector privado. Empresas como, Electronic Warfare Associates, ERG Partners o Abraxas Corp, fundadas por veteranos de la Agencia, están aprovechando esta oportunidad. Así, por ejemplo, Abraxas, que tiene 470 empleados e ingresos anuales de u$s 90 millones, fue adquirida el año pasado por Cubic, otra empresa del sector, por u$s 124 millones.
El gobierno y el sector privado han siempre tenido una estrecha vinculación en Washington, pero parecería estar creciendo, en proporción al aumento del gasto público y las regulaciones en la economía. Según esta tendencia, pareciera que mas funcionarios se verán tentados por Facebook.