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Fabiola Yañez contó que encontró fotos y videos de famosas desnudas en el celular de Alberto Fernández

La ex primera dama contó por primera vez su intimidad durante los días de encierro en la Quinta de Olivos.

FUENTE INFOBAE

— Estamos hablando de los videos con Tamara Pettinato. ¿Vos ya los habías visto?

— Sí, claro, porque los encontré en el teléfono de mi hijo. Había otras fotos y había otras personas. Él comete el error o no sé, la desprolijidad, llamémoslo como queramos. Había un teléfono que no se utilizaba y con ese teléfono yo le ponía música para dormir a Francisco. Ese teléfono un día volviendo de Chapadmalal para que el nene estuviera tranquilo, le ponemos música y se lo damos. El nene con un año y medio ya sabía cómo se maneja. Mi mamá, que estaba al lado de él, le saca el teléfono y me dice: “Fabiola, ¿qué es esto?” Y me lo entrega. Había una foto de una mujer desnuda. Obviamente se la habían enviado a él. Y empiezo a mirar y descubro que estaban esos videos.

— ¿Qué te pasó a vos en ese momento?

— Yo creo que a esa altura ya estaba, no sé, como adormecida, porque esto ocurría todo el tiempo. Ocurría todo el tiempo. El trabajo psicológico que habían hecho conmigo había normalizado esas situaciones.

— ¿Los engaños ocurrían todo el tiempo?

— Sí.

— ¿Esas imágenes que encontraste eran de mujeres que conocías?

— Personalmente, no las conozco. Algunas sí. ¿Públicamente? Sí.

— ¿Las identificaste?

— Sí, claro.

— O sea, hay mujeres famosas en ese material.

— Sí, claro.

— ¿Quieres decir los nombres?

— No, porque yo no sé exactamente cómo llegaron ni a dónde llegaron. Mi teléfono obviamente debe estar intervenido de alguna manera. Creo que esa es la razón por la cual comienzan a aparecer todas estas cosas también.

— ¿Encontrabas videos y fotos que confirman infidelidades que vos ya conocías?

— Es que eso ya era anecdótico. El tema es que lo ve mi hijo.

— ¿Entendió? ¿Crees lo que estaba viendo?

— Mi mamá se lo sacó enseguida, pero cómo es esa desprolijidad de darle un teléfono a un niño donde tenés conectadas tus cuentas y tus cosas. O tenés guardadas fotos o videos que grabaste o cosas que hiciste. Esto no se trata de mí, se trata de cuidar a Francisco. Y que me haya animado es porque yo necesito estar íntegra para mi hijo. Por mucho tiempo no lo estuve estando en Olivos. Hoy estoy mejor. Van a decir de mí un montón de cosas. Pero hoy me siento más fuerte que nunca. Y estoy fuerte. En aquel momento yo estaba viviendo de una forma en la que no me dejaba ni siquiera poder estar íntegra para mi hijo. Por eso decido irme del país, por mi hijo. Porque si no, no íbamos a poder ir a ningún lado. Yo menos, porque a mí me destruyeron, a mí me destruyeron en vida. Yo en Argentina obviamente que no iba a poder trabajar, no iba a poder salir a la calle, iba a tener que volver a estar encerrada, a vivir encerrada como había vivido todo el último tiempo.

— Estamos hablando del papá de tu hijo, de quien era tu pareja, y de quién era el presidente de la Nación…

— Por eso también tomé la decisión. Por todas las mujeres que sienten que no pueden hacer nada y que son víctimas de este tipo de violencia ya sea psicológica y/o física, la que sea. Yo no puedo permitir que esas mujeres no estén respaldadas por algo y yo guardarme una verdad que puede ayudar a un montón de mujeres. Entonces por eso también lo hice. Porque no hay cosa que me duela más. Yo jamás fui feminista pero la violencia hacia la mujer es una de las cosas más repudiables que puede existir en este mundo. Y cuestiones que quedaron en el siglo 18, en el siglo 15, como que encima te quieran hacer pasar por enferma. Si lo hicieron conmigo, ¿qué es lo que pueden hacer con esas mujeres? Por eso lo hice también.

— ¿En algún momento fueron un problema en la pareja las infidelidades?

— Claro que sí. Recibía cosas todos los días, las mismas mujeres me las mandaban. Muchas mujeres me mandaban cosas al teléfono.

— ¿Él qué te decía?

— Él decía que era una broma. Primero lo negaba, después lo asumía, pero tampoco lo dejaba de hacer. Cuando le mostré y fui a decirle: “¿Qué es esto que está en el teléfono del nene?”. Me dijo: “Ay, no, eso es una broma. Esa chica está todos los días en la Casa Rosada. Y eso fue una broma. Bromea con todo el mundo”. Claramente no era una broma. Encima me subestimaba. Igualmente, no hice nada.

— ¿Por qué?

— Lo único que quería era irme. No quería saber más nada. No me importaba ya ni discutir con él. Me quería ir.

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