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Exclusivo DiarioVeloz - Caso Ángeles: la otra mujer de Jorge Mangeri

Hasta los psiquiatras forenses acostumbrados a tratar casos de psicópatas de alta gama, abren los ojos asombrados frente a las nuevas revelaciones.

Por Jorge D. Boimvaser

@boimvaser

info@boimvaser.com.ar

 

Es seguro que la causa iniciada contra Jorge Mangeri no sea volteada de nulidad como pretende la defensa, pero en un futuro proceso que la acumulación de trastornos psicológicos que suma el presunto asesino –dejará de ser presunto cuando la condena esté firme- lo hagan terminar en una internación psiquiátrica antes que en un calabozo, no parece nada descabellado.

El juez Javier Ríos recibió un informe la semana pasada de los investigadores policiales que lo dejó pasmado.

Jorge Mangeri tenía una vida paralela con una mujer llamada Graciela Paz, a quien le habría regalado una casa en la zona sur de la provincia de Buenos Aires.

Graciela Paz trabaja en la administración pública bonaerense, y otros datos relacionados con su vida los guardamos hasta que el juez la interrogue en un testimonial para ir esclareciendo el perfil psicológico del portero.

Desde ya, la mujer no tiene nada que ver con el crimen de Ángeles Rawson, pero lo que le interesa a la justicia y mucho más a los psiquiatras forenses es sacarle la ficha de lo que pasa por el cerebro de este personaje que parece salido de un cuento de terror. El corazón delator de Edgar Allan Poe del que hablamos en algún momento, ya va a quedar corto frente a la personalidad del portero.

Tener una doble vida, una mujer oficial en un lado y otra escondida a la distancia a la que visitaba periódicamente, es muy común en la Argentina y en cualquier lado del mundo.

Pero lo del portero ya supera todos los límites. Su vínculo íntimo con el cartonero (quien presume la justicia fue quien se llevó el cuerpo moribundo de la piba asesinada hasta la CEAMSE), la relación hasta de pedofilia –comenzó hace 3 años aproximadamente- con un chico con retraso mental, su relación simbiótica y dependiente de su mujer, y ahora esta doble vida con Graciela Paz no cuaja ni en el peor thriller de suspenso que se pueda escribir.

Para el juzgado será interesante cuando la cite a declarar conocer sobre las costumbres, hábitos y demás menesteres personales de este personaje siniestro.

¿Cuál es el orden de citaciones del juzgado? Sólo es Javier Ríos quien sabe cómo vendrán los nuevos declarantes.

Sergio Opatowsky es el seguro próximo interrogado en el juzgado y aunque hay mil versiones sin sentido de que el padrastro tiene cierta protección política, todo eso es descartable por absurdo. Nadie lo protege, y aún si hay indicios contra él solo lo sabe la intimidad del juzgado. ¿Dónde están escondidos Opatowsky, su mujer y los dos chicos? En un barrio cerrado de la zona Norte de la provincia de Buenos Aires, no se dejan ver ni por los vecinos y se sabe que un religioso visita a la madre de Ángeles Rawson.

Cierto que Stephen King no lo hubiera escrito mejor que esta realidad que repugna. Porque hasta nosotros por pudor guardamos datos de esta historia macabra para resguardar la memoria de Ángeles.

Hoy lo dejamos con la aparición en escena de esta nueva mujer que tenía el portero y ahora la justicia quiere escucharla contar lo que pueda decir de Mangeri.

Y, ¿sabés qué?...  esto recién comienza. Mangeri con el ADN encontrado en Ángeles difícil que zafe. Pero tu pregunta es a esta altura: ¿Con el sueldo del portero pudo Mangeri comprarle una casa a su mujer-amante?

Tirando del ovillo familiar (trama de encubrimiento) hay otra historia de narcotráfico en la zona Norte, Tigre y adyacencias, que ya te contaremos en próximas entregas.