Exclusivo DiarioVeloz - Acero Cali, y sus peligrosos enemigos íntimos

Por Jorge D. Boimvaser
@boimvaser
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Una invitación nocturna para tomar unos tragos la madrugada posterior al día del periodista, y algunas revelaciones sorprendentes dignas de ser compartidas con los lectores, siempre que no me pregunten quién pagó esos "etiqueta negra"  la madrugada del sábado 8 de junio. 

En Av. Del Libertador, una de las pocas arterias ahí cercano al edificio de Canal 7 donde aún se puede transitar a la madrugada más a salvo que –por ejemplo- la avenida Corrientes, donde la rapiña y los pibes descontrolados por efectos de la droga y la indigencia abolieron casi a punta de cuchillo y circulación tipo "zona liberada" los recorridos de la antigua zona bohemia y de teatros. Corrientes ya es tierra de nadie y quien sale de ver espectáculos o de sus bodegones de Montevideo tiene que escapar rápido sin darse el lujo de caminar unas cuadras por sus calles. Ahí el peligro de ser abordado por delincuentes se siente en el aire, las historias delictivas se escriben a diario y cada vez con más ferocidad. Igual ocurre por la vieja Lavalle de los cines, donde cae la noche y asusta hasta a los más valientes el grado de impunidad con que se mueven las banditas al acecho. "Los tiempos están cambiando", cantaba Bob Dylan, pero en nuestro caso para mal, muy mal.

Ahí, en la zona de Libertador y su paralela Figueroa Alcorta, hay un poco más de seguridad nocturna, pero también se está en pérdida si nos guiamos por un par de asaltos a punta de pistola en las últimas semanas a autos de alta gama.

Mis anfitriones son hombres de cincuenta años para arriba, ya acomodados económicamente, que mantienen el ámbito de la nocturnidad y su esencia puede simplificarse en un párrafo del tango "Soy una fiera" que cantaba el inmortal Carlitos Gardel: "Carreras, guitarras, gofo... quinielas y cabaret / es el berretín más grande que mientras viva tendré" (gofo, juego de naipes). O sea, no son señoritas sino que las buscan, y tampoco hombres débiles porque en las mesas de póker no hay lugar para los flojitos.

Lo primero que nos enteramos es que anduvo por Buenos Aires Román Arkadiévich Abramovich, el multimillonario ruso convertido en el zar mundial del fútbol (dueño del Chelsea de Inglaterra) y... el impulsor económico del Faena Hotel (¿querías saber quién era el magnate detrás del pintoresco personaje de sombrero blanco de cowboy y practicante budista? Ahí está su nombre). Pero nos dicen que ya Abramovich no tiene más que ver con Faena, se separaron en buenos términos y el monumental complejo que anunciaba como "Ciudad Faena" en Puerto Madero tendrá que buscar otros capitales para construirse. El ruso se apartó de ese proyecto faraónico. ¿Lo reemplazará Carlos Slim, el hombre más rico del mundo? Es sólo un rumor o una expresión de deseos, aunque ese desarrollo suena más a un gran lavarropas (lavado de dinero) que intenta erigirse en la zona más VIP de la Argentina.

Y para sorpresas hay más. ¿Abramovich buscará en diciembre del 2015 hacer pié con algún representante local en las elecciones de Boca Juniors? Tibio, tibio, pero no frío. Boca puede ser el semillero permanente de cracks argentinos que Europa precisa permanentemente, y pibes como Sánchez Miño son codiciados en la Europa del fútbol multimillonario (otro gran lavadero de dinero). Se nos dice también que la Justicia está investigando las elecciones de Boca donde surgió Presidente Daniel Angelici, ¿hubo alquiler de carnets de socios irregulares –no son truchos, tampoco tienen legítimos dueños- , una práctica que no es de estos días sino bastante más añeja? El juez Manuel de Campos está pidiendo informes a organismos que podrán corroborar o no esa versión que tiene en ascuas al Planeta Boca.

Otra vuelta de whiskies y el tema deriva hacia el escándalo que envuelve a Jorge "Acero" Cali, y ese sitio aún enigmático y controvertido de la zona de Almagro.

Uno de los parroquianos de la mesa (hombre muy próximo a la Secretaría de Seguridad de Sergio Berni) cuenta con conocimiento de causa que el "Súper" secretario conoció y dio impulso a la investigación de lo que ocurría en Lavalle al 3500, del barrio de Almagro. Parece de película, pero es cierto. Dice que allí había una heladera que ocultaba el paso a un verdadero "garito", moviéndola con un sistema especial se pasaba a la sala de juego, y tal vez algo más.

La pregunta de un inocente en esas lides: ¿por qué habiendo sitios legales para despuntar el vicio del juego, hay quienes concurren a lugares clandestinos? La respuesta: para pasar desapercibidos, y obvio, no pagar impuestos.

En los casinos y bingos de todo el país hay infinitas cámaras de seguridad donde toda presencia de famosos es registrada, y los operadores de esos domos suelen comentar quiénes son los "Ricos y Famosos" que concurren, si ganan o pierden, si se llevan señoritas (la frase recurrente de los caballos lentos y las mujeres rápidas) y otras circunstancias que los R&F no quieren que trasciendan públicamente en tiempos que los descubrimientos mediáticos suelen traer más problemas que soluciones (el caso Fariña-Báez es el mejor botón de muestra).

Y para el postre, ¿si Acero Cali era socio de Guillermo Moreno cómo es que Súper Berni se atrevió a dar semejante estocada, sabiendo el riesgo que eso implicaría de ser cierta la versión? Es decir, una mancha al kirchnerismo cuando falta poco para las trascendentales elecciones legislativas.

La mesa en que estamos no es de hombres opositores, algunos tienen fuertes vínculos con el gobierno, directos o indirectos, así que tienen crédito para hablar. De Moreno y su vínculo con ese lugar no aportan mucho, pero sí todos unánimemente no simpatizan con Acero Cali, le atribuyen situaciones "buchonescas" (textual) y de dinero que preferimos no mencionar –no sabemos la certeza de ellas- y cuando preguntamos si el deportista es algo así como el Leo Fariña del Secretario de Comercio cae una comparación qué da miedo escucharla.

"Más que el Fariña de Moreno, es como el Poli Armentano del menemismo, hace y dice cosas que provocan mucho daño a gente poderoso y con pocos escrúpulos", suelta uno en la mesa esa comparación y el resto asiente con la cabeza.

Poli Armentano era el empresario de la noche, anfitrión de los hombres poderosos del menemismo, que sin embargo rompió un código de silencio (y algo más) y fue asesinado la madrugada del 20 de abril de 1994 de un disparo en la cabeza. El crimen sigue impune aunque hay mil sospechosos, varias versiones y comentarios por lo bajo a montones.

Decir que Acero Cali rompió algún código de silencio es muy fuerte, pero lo reconocen personas que saben mucho del ambiente de la calle Lavalle (de paso, nos dicen que nunca pasó por ahí Alejandro Fantino, que lo metieron innecesariamente en un barullo donde no está involucrado ni remotamente).

Nada mejor que terminar el día del periodista con unos buenos tragos, y un cúmulo de informaciones que desconocíamos la mañana del 7 de junio.

Aunque la bronca de gente "non sancta" con Acero Cali nos suena a esos enemigos íntimos que uno nunca quiere tener, al menos, nunca abrir la boca ni romper códigos en ámbitos donde el recuerdo de Poli Armentano habla por sí solo.