Eugenia De Chikoff, otra víctima de la inseguridad
La condesa conocida por enseñar buenos modales en la televisión habló con "Chiche" Gelblung sobre el robo que sufrió el lunes, en pleno centro porteño. "No se lo deseo a nadie", dijo.
A Euegenia De Chikoff le arrebataron los aros mientras caminaba por las avenidas Córdoba y Pueyrredón el lunes alrededor de las once de la mañana.
Le quitaron unos pequeños aros de oro con una piedra rectangular verde opaca que los tenía desde toda la vida.
Sobre este tema, la condesa habló con "Chiche" Gelblung, por Radio Mitre. "En vez de odiar al ladrón lo admiro. Después de robarme corrió como una ardilla. Estaba repleto de gente y nadie vio nada", sostuvo.
"No se lo deseo a nadie. Esto me pasó el lunes. Estamos a jueves y todavía no he cerrado un ojo. Estoy como un Búho", añadió en "Hola Chiche".
Además, tras el robo, De Chikoff había publicado vía Facebook la tristeza que le provocó perder un objeto que la acompañó durante años: "Nunca me quité ni para ducharme ni para dormir. Los extraño y tengo la sensación de andar desnuda", dijo.
"Nunca pensé que los lóbulos pudiesen sangrar tanto. Tuve suerte porque a pesar de todo no pasó a mayores", con respecto al dolor en los lóbulos de las orejas que le produjo el arrebato.
El robo fue tan rápido que no le permitió reaccionar: "Quedé muda de espanto, razón por la cual aunque la calle estaba muy transitada, tan sólo pudieron observar un joven que corría".
Le quitaron unos pequeños aros de oro con una piedra rectangular verde opaca que los tenía desde toda la vida.
Sobre este tema, la condesa habló con "Chiche" Gelblung, por Radio Mitre. "En vez de odiar al ladrón lo admiro. Después de robarme corrió como una ardilla. Estaba repleto de gente y nadie vio nada", sostuvo.
"No se lo deseo a nadie. Esto me pasó el lunes. Estamos a jueves y todavía no he cerrado un ojo. Estoy como un Búho", añadió en "Hola Chiche".
Además, tras el robo, De Chikoff había publicado vía Facebook la tristeza que le provocó perder un objeto que la acompañó durante años: "Nunca me quité ni para ducharme ni para dormir. Los extraño y tengo la sensación de andar desnuda", dijo.
"Nunca pensé que los lóbulos pudiesen sangrar tanto. Tuve suerte porque a pesar de todo no pasó a mayores", con respecto al dolor en los lóbulos de las orejas que le produjo el arrebato.
El robo fue tan rápido que no le permitió reaccionar: "Quedé muda de espanto, razón por la cual aunque la calle estaba muy transitada, tan sólo pudieron observar un joven que corría".