“Este es el mejor Kiss: somos eternos, somos dioses”
*. Por Fabricio Soza. “Clarín” entrevistó en México a la banda, que pronto cumplirá 40 años y acaba de lanzar “Monster”, su 20° disco de estudio. El miércoles lo presentará en el estadio de River, donde promete un show precisamente “monstruoso”.
Nota extraída del diario Clarín
Hablar con los cuatro ya transformados en súper héroes del rock, es una experiencia distinta a la de hacerlo a cara lavada. Con sus ropas y pinturas de guerra, y en los roles de Starchild, The Demon, Catman y Spaceman, la situación cuenta con una cuota de adrenalina extra. Tanto para quien escribe, como para ellos mismos.
A punto de cumplir 40 años con Kiss, Paul Stanley y Gene Simmons, junto al baterista Eric Singer y al guitarrista Tommy Thayer, son sinónimo de música y show, pero también de marketing y negocio. Y saben cómo cuidarlo. Conocen el juego y lo practican con amabilidad. Al pedido de disculpas por el mal inglés del cronista, llegó un símil por su mal castellano. Hubo predisposición y humildad, aunque el título de la nota sugiera lo contrario.
En los minutos que los separaban del escenario del Arena Monterrey, se intuía que sólo querían divertir y divertirse. Nada de preguntas serias, ninguna pretensión de profundidad para sus respuestas. Igualmente, al notar que la entrevista era para una nota escrita, sin cámaras, el esfuerzo de ponerse serios afloró. O al lo menos lo hizo el de contestar con sinceridad y alejarse un poco de sus caracterizaciones.
A casi 40 años de Kiss, ¿en qué momento se encuentra la banda?
Simmons: Estamos en excelente forma, mejor que nunca, ya lo vas a ver. No importa lo que digamos, ya lo van a comprobar en el estadio. Este es el mejor Kiss: somos eternos, somos dioses.
¿Qué deben esperar sus fans de este nuevo show?
Thayer: Pueden esperar que sea grande, como siempre, un show monstruoso. Es desmesurado, bombástico. Siempre que salimos de gira, intentamos hacer uno más grande, más fuerte y mejor que el anterior.
Clarín presenció el último y potente show de Kiss en tierras mexicanas, previo a su recital en River el próximo miércoles. La charla coincidió con los días previos a la salida de su disco 20° de estudio: Monster . Este se lanzó en octubre y con apenas unos días en la calle fue el más vendido de la discográfica, según informó Universal Music. Estuvo Top 10 en doce países, incluyendo mercados como EE.UU. y Canadá (3°), México (4°), Alemania (6°) y Japón (9°), donde la banda volvió a entrar al Top 10 luego de 35 años. Su corte Hell or Hallelujah , se convirtió uno de los temas más descargados de Amazon en los días de su lanzamiento.
Antes de "Monster" dijeron que no querían que fuera un álbum más, sino un gran disco de rock. ¿Creen que lo lograron?
Stanley: Es el álbum más importante que hemos hecho, porque este es el mejor Kiss. Por eso podemos hacer cosas que nunca antes habíamos realizado. La música es mejor y le pusimos Monster porque es tan potente, tiene tanta fuerza... Es un álbum que queríamos hacer, a la altura de todos los héroes que tenemos y de los que tuvieron influencia en nosotros. No hicimos un álbum del estilo de los viejos de Kiss. Quisimos hacer un disco que tuviese un nuevo sello, que dijese: "Esto es Kiss hoy. Muchas gracias por el ayer, pero miremos al mañana".
¿Qué sentimientos plasmaron en este trabajo?
Stanley: Para nosotros, el álbum fue como un monstruo que vive y respira. Nos juntamos en un cuarto y compusimos juntos. Fuimos al estudio de grabación y nos sentamos a tocar, todos en círculo. No queríamos perfección, queríamos pasión. Hoy se hacen álbumes con computadoras y se mira la pantalla para ver si todo está bien. Pero... ¿eso nos hace traspirar?, ¿nos hace mover los pies?, ¿eso es lo que hace a una banda y su música?, Veo que les resultó especial... Thayer: Siento que es un álbum realmente de banda. Nos juntamos en nuestras casas, en cuartos de hoteles durante las giras, donde nos pusimos a componer. No hicimos demos, queríamos ensayar directamente después de componer, hacer los arreglos, ir al estudio y sacar el material. Muy orgánico, muy simple, muy desde el corazón, muy directo y para adelante. Eso es lo que me gustó de este trabajo. Todos estábamos muy involucrados, muy decididos a hacer un gran álbum de un modo muy orgánico.
Simmons: Es muy real, como se supone que las bandas deben hacer las cosas. Juntarse, ensayar, meterse en el estudio y grabar. Y eso es todo. Ese es el tema. Sin vueltas, ni pavadas, ni computadoras.
Mientras se desarrollaba el encuentro, el estadio mexicano albergaba unas 10.000 almas. Los fanáticos de ese país son muy apasionados, pero de distinta manera a los argentinos. Minutos después de la entrevista, ya en el show y a metros de los protagonistas, este periodista pudo notar que los fans mexicanos poseen tatuajes, afirman "vivir para Kiss" y seguirlo por todo el mundo, pero a la hora del show, su actitud es más pasiva. No menos cariñosa, pero sí más calma.
¿Qué expectativas les genera tener que volver a la Argentina?
Stanley:
Siempre nos han tratado impresionantemente bien allí. Son más que fans, son amigos. Tanto cuando estamos en el escenario, como cuando no. Buenos Aires siempre ha sido una ciudad fabulosa, de muy alto nivel cultural. La gente es apasionada y a la vez sofisticada. Una excelente combinación. Hay que tener el fuego, la pasión, pero también hay que saber de la vida, tener experiencia de vida. Eso es lo que hace que la Argentina sea tan grandiosa.
Simmons: Su historia, el multiculturalismo, los gauchos, las pampas, el tango... Singer: ¡El tango!
¿Qué relación tienen con el tango?
Stanley: El tango es hermoso porque es sutil. El tango es control, es pasión y sexo, pero no es sucio.
En ese momento surgieron movimientos dignos de una milonga de San Telmo y la charla se desvirtuó. Era la hora de salir a escena.
Hablar con los cuatro ya transformados en súper héroes del rock, es una experiencia distinta a la de hacerlo a cara lavada. Con sus ropas y pinturas de guerra, y en los roles de Starchild, The Demon, Catman y Spaceman, la situación cuenta con una cuota de adrenalina extra. Tanto para quien escribe, como para ellos mismos.
A punto de cumplir 40 años con Kiss, Paul Stanley y Gene Simmons, junto al baterista Eric Singer y al guitarrista Tommy Thayer, son sinónimo de música y show, pero también de marketing y negocio. Y saben cómo cuidarlo. Conocen el juego y lo practican con amabilidad. Al pedido de disculpas por el mal inglés del cronista, llegó un símil por su mal castellano. Hubo predisposición y humildad, aunque el título de la nota sugiera lo contrario.
En los minutos que los separaban del escenario del Arena Monterrey, se intuía que sólo querían divertir y divertirse. Nada de preguntas serias, ninguna pretensión de profundidad para sus respuestas. Igualmente, al notar que la entrevista era para una nota escrita, sin cámaras, el esfuerzo de ponerse serios afloró. O al lo menos lo hizo el de contestar con sinceridad y alejarse un poco de sus caracterizaciones.
A casi 40 años de Kiss, ¿en qué momento se encuentra la banda?
Simmons: Estamos en excelente forma, mejor que nunca, ya lo vas a ver. No importa lo que digamos, ya lo van a comprobar en el estadio. Este es el mejor Kiss: somos eternos, somos dioses.
¿Qué deben esperar sus fans de este nuevo show?
Thayer: Pueden esperar que sea grande, como siempre, un show monstruoso. Es desmesurado, bombástico. Siempre que salimos de gira, intentamos hacer uno más grande, más fuerte y mejor que el anterior.
Clarín presenció el último y potente show de Kiss en tierras mexicanas, previo a su recital en River el próximo miércoles. La charla coincidió con los días previos a la salida de su disco 20° de estudio: Monster . Este se lanzó en octubre y con apenas unos días en la calle fue el más vendido de la discográfica, según informó Universal Music. Estuvo Top 10 en doce países, incluyendo mercados como EE.UU. y Canadá (3°), México (4°), Alemania (6°) y Japón (9°), donde la banda volvió a entrar al Top 10 luego de 35 años. Su corte Hell or Hallelujah , se convirtió uno de los temas más descargados de Amazon en los días de su lanzamiento.
Antes de "Monster" dijeron que no querían que fuera un álbum más, sino un gran disco de rock. ¿Creen que lo lograron?
Stanley: Es el álbum más importante que hemos hecho, porque este es el mejor Kiss. Por eso podemos hacer cosas que nunca antes habíamos realizado. La música es mejor y le pusimos Monster porque es tan potente, tiene tanta fuerza... Es un álbum que queríamos hacer, a la altura de todos los héroes que tenemos y de los que tuvieron influencia en nosotros. No hicimos un álbum del estilo de los viejos de Kiss. Quisimos hacer un disco que tuviese un nuevo sello, que dijese: "Esto es Kiss hoy. Muchas gracias por el ayer, pero miremos al mañana".
¿Qué sentimientos plasmaron en este trabajo?
Stanley: Para nosotros, el álbum fue como un monstruo que vive y respira. Nos juntamos en un cuarto y compusimos juntos. Fuimos al estudio de grabación y nos sentamos a tocar, todos en círculo. No queríamos perfección, queríamos pasión. Hoy se hacen álbumes con computadoras y se mira la pantalla para ver si todo está bien. Pero... ¿eso nos hace traspirar?, ¿nos hace mover los pies?, ¿eso es lo que hace a una banda y su música?, Veo que les resultó especial... Thayer: Siento que es un álbum realmente de banda. Nos juntamos en nuestras casas, en cuartos de hoteles durante las giras, donde nos pusimos a componer. No hicimos demos, queríamos ensayar directamente después de componer, hacer los arreglos, ir al estudio y sacar el material. Muy orgánico, muy simple, muy desde el corazón, muy directo y para adelante. Eso es lo que me gustó de este trabajo. Todos estábamos muy involucrados, muy decididos a hacer un gran álbum de un modo muy orgánico.
Simmons: Es muy real, como se supone que las bandas deben hacer las cosas. Juntarse, ensayar, meterse en el estudio y grabar. Y eso es todo. Ese es el tema. Sin vueltas, ni pavadas, ni computadoras.
Mientras se desarrollaba el encuentro, el estadio mexicano albergaba unas 10.000 almas. Los fanáticos de ese país son muy apasionados, pero de distinta manera a los argentinos. Minutos después de la entrevista, ya en el show y a metros de los protagonistas, este periodista pudo notar que los fans mexicanos poseen tatuajes, afirman "vivir para Kiss" y seguirlo por todo el mundo, pero a la hora del show, su actitud es más pasiva. No menos cariñosa, pero sí más calma.
¿Qué expectativas les genera tener que volver a la Argentina?
Stanley:
Siempre nos han tratado impresionantemente bien allí. Son más que fans, son amigos. Tanto cuando estamos en el escenario, como cuando no. Buenos Aires siempre ha sido una ciudad fabulosa, de muy alto nivel cultural. La gente es apasionada y a la vez sofisticada. Una excelente combinación. Hay que tener el fuego, la pasión, pero también hay que saber de la vida, tener experiencia de vida. Eso es lo que hace que la Argentina sea tan grandiosa.
Simmons: Su historia, el multiculturalismo, los gauchos, las pampas, el tango... Singer: ¡El tango!
¿Qué relación tienen con el tango?
Stanley: El tango es hermoso porque es sutil. El tango es control, es pasión y sexo, pero no es sucio.
En ese momento surgieron movimientos dignos de una milonga de San Telmo y la charla se desvirtuó. Era la hora de salir a escena.