Estaba condenado a la inyección letal y se salvó mientras caminaba por el pasillo de la muerte
Thomas Whitaker recibió un indulto del gobernador de Texas a último momento. Otros dos presos sí cumplieron con la pena capital.
Thomas Whitaker fue acusado de matar a su madre y a su hermano y por ese doble homicidio le correspondía la pena máxima en el estado de Texas: recibir la inyección letal.
El gobernador de Texas anuló hoy la sentencia de muerte de un hombre de 38 años pocas horas de recibiera una inyección letal. Thomas "Bart" Whitaker fue acusado en 2003 de haber asesinado a su madre, Patricia, a su hermano Kevin y de haber intentado asesinar a su padre, Kent. Para ello, contrató a su amigo Chris Brashear, para quedarse con la herencia familiar calculada en más de un millón de dólares.
Sin embargo, el padre de Thomas, único sobreviviente del parricidio, lideró durante los últimos años una campaña para que a su hijo se le conmute la pena a una cadena perpetua. Cree que, si hay un culpable, es el trastorno mental de su hijo. "Como la víctima más grande de este caso, nadie tiene que convencerme de lo horrible que fue todo", asegura Ken Whitaker.
Kent, quien hoy tiene 69 años, fue el único que sobrevivió al ataque ocurrido en 2003 y terminó con una herida de bala cerca de su corazón. "Este estado se enorgullece de proteger a las víctimas. A veces las víctimas como yo, quieren clemencia, no venganza", aseguró el padre a la BBC.
En una decisión inusual, la Junta de Indultos y Libertad Condicional del estado norteamericano de Texas recomendó unánimemente hoy al gobernador texano Greg Abbott que usara su autoridad para conmutar la pena de un hombre que iba camino a la sala de ejecución. Esta es la tercera vez que un gobernador texano otorga clemencia a un reo con base en razones humanitarias, pero la primera vez que lo hace Abbott. "En los más de tres años que he sido gobernador he permitido 30 ejecuciones y no había concedido conmutar la pena de muerte hasta ahora", dijo el gobernador a través de un comunicado.
Abbott aclaró que los asesinatos de la madre y el hermano de Whitaker son reprobables y que el crimen merece un castigo severo para quienes lo cometieron. "La recomendación de la Junta de Perdones y Libertad Condicional de Texas, y mi acción al respecto, aseguran que Whitaker nunca será liberado de la prisión", dijo. El gobernador agregó que la recomendación del organismo se basó en la revisión de la totalidad de las circunstancias en este caso.
"La persona que disparó el arma que mató a las víctimas no fue sentenciado a pena de muerte, pero Whitaker sí, aunque no disparó", declaró Abbott. "Ese factor por si solo podría no justificar que se conmute una pena a alguien como Whitaker, que reclutó a otros para cometer un asesinato. Hubo factores adicionales que hacen que la decisión sea más compleja". Entre esos factores figura el hecho de que Kent Whitaker, padre del reo, se oponía a la ejecución. "El padre insistía en que volvería a ser víctima si el estado ejecutaba al último miembro de su familiar que le quedaba", dijo Abbott.
"He visto suficiente muerte, no quiero ver más", le dijo Kent al Houston Chronicle. "El último miembro vivo de mi familia directa me será quitado por el estado de Texas en nombre de la justicia, y simplemente no quiero eso". Al ser informado de la decisión del gobernador, el convicto dijo estar agradecido, no por él sino por su padre. "Cualquiera que hubiera sido el castigo que hubiera recibido o que recibiré hubiera sido lo justo. Merezco cualquier castigo por mis crímenes, pero mi padre no hizo nada malo. El sistema funcionó para él hoy y yo haré todo lo posible por cumplir con mi parte del trato".
De acuerdo con documentos judiciales, Bart planeó asesinar a su familia con la ayuda de otros dos hombres. Uno de ellos, su compañero de habitación Chris Brashear, quien le disparó al padre, a la madre y al hermano en un asalto simulado después de que la familia regresara de una cena para celebrar la supuesta graduación de Bart de la universidad. El cómplice también le disparó a Bart en el bíceps para que pareciera que también había sido atacado, según documentos judiciales.
Dos helicópteros trasladaron a Kent y a su esposa a una clínica en Sugar Land, cerca de Houston, mientras que Bart fue llevado en ambulancia a un hospital cercano. El hermano menor murió casi de inmediato. Al realizarse las investigaciones, los detectives notaron que la escena del crimen no tenía el aspecto de un atraco y que Bart, en ese entonces de 23 años, no estaba inscrito en la universidad y tampoco estaba por recibirse.
En junio de 2004, Bart desapareció y fue arrestado un año y tres meses después en México. Para entonces los otros dos hombres que habían participado en el crimen ya estaban bajo custodia de la policía y se declararon culpables. "Lo primero que me dijo después de regresar de México fue: Papá, lo siento, no entiendo por qué pasó esto, pero traté de que fuera lo más rápido y menos doloroso posible para todos", dijo Whitaker, según la BBC.
Dos ejecuciones en un día
Por otra parte, Estados Unidos vivió este jueves una jornada de ejecuciones, en pleno debate sobre el destino del joven que masacró a 17 estudiantes la semana pasada en Florida. El estado de Florida ejecutó a Erich Branch, por la violación y asesinato de una estudiante en la Universidad del Oeste de Florida en 1993. Mientras tanto, en el estado de Alabama, fue ejecutado Doyle Lee Hamm, un hombre de 61 años condenado por asesinar al recepcionista de un motel durante un asalto en 1987.