"Está con ganas de vivir y lo están dejando morir"
El Testigo de Jehová Pablo Albarracín tuvo una recaída y necesita mucho más urgente la tranfusión de sangre que su religión prohíbe. Su familia está desesperada.
En las últimas horas empeoró la salud de Pablo Albarracín, el Testigo de Jehová, herido de un balazo en el pecho tras un robo, que por su relegión no se puede realizar la transfusión que necesita.
Luego de haber experimentado mejoras tuvo una recaída mayor y su familia está consternada por la imposibilidad de que los médicos le hagan una transfusión de sangre.
"Intentamos ser respetuosos de las creencias de Pablo y la esposa, pero estamos en un estado de desesperación", aseguró su hermana Natalia.
El sábado Pablo fue intervenido por unas úlceras sangrantes que lo dejaron muy debilitado, por lo que ahora necesita todavía más una transfusión.
"Mi hermano cada vez que abre un ojo y reconoce a alguien se le cae una lágrima. Está sufriendo. Pido misericordia y auxilio, a la justicia, a alguien. Reconoció a mis hijos, está con ganas de vivir y lo están dejando morir y me hago cargo de lo que digo", expresó angustiada Natalia.
En tanto, el padre de Pablo, Jorge, recurrirá a la Corte de Suprema para que su hijo pueda ser operado.
"La situación de mi hijo es muy crítica. Mi postura es conseguir la transfusión de sangre que necesita de manera desesperante", expresó.
Tanto Pablo como su mujer y mamá son testigos de Jehová. Natalia lo había sido en un momento, pero luego optó por seguir otro camino: "Yo conozco mucho la fe de los testigos de Jerhová porque mi mamá me crió en esa fe. Sé que son gente amorosa y misericordiosa. Yo quiero misericordia para mi hermano que está luchando por su vida hace 27 días".
Luego de haber experimentado mejoras tuvo una recaída mayor y su familia está consternada por la imposibilidad de que los médicos le hagan una transfusión de sangre.
"Intentamos ser respetuosos de las creencias de Pablo y la esposa, pero estamos en un estado de desesperación", aseguró su hermana Natalia.
El sábado Pablo fue intervenido por unas úlceras sangrantes que lo dejaron muy debilitado, por lo que ahora necesita todavía más una transfusión.
"Mi hermano cada vez que abre un ojo y reconoce a alguien se le cae una lágrima. Está sufriendo. Pido misericordia y auxilio, a la justicia, a alguien. Reconoció a mis hijos, está con ganas de vivir y lo están dejando morir y me hago cargo de lo que digo", expresó angustiada Natalia.
En tanto, el padre de Pablo, Jorge, recurrirá a la Corte de Suprema para que su hijo pueda ser operado.
"La situación de mi hijo es muy crítica. Mi postura es conseguir la transfusión de sangre que necesita de manera desesperante", expresó.
Tanto Pablo como su mujer y mamá son testigos de Jehová. Natalia lo había sido en un momento, pero luego optó por seguir otro camino: "Yo conozco mucho la fe de los testigos de Jerhová porque mi mamá me crió en esa fe. Sé que son gente amorosa y misericordiosa. Yo quiero misericordia para mi hermano que está luchando por su vida hace 27 días".