"Esperemos que la SUBE empiece a funcionar bien"
Lo dijo en "Hola Chiche" el periodista Iván Ruiz, que está investigando el funcionamiento de la tarjeta que controla Global Infrastructure. Al parecer, la empresa presenta cosas raras.
Iván Ruiz, periodista del diario La Nación dialogó con "Chiche" Gelblung acerca de su investigación a la empresa GI (Global Infrastructure) que controlaría la tarjeta SUBE.
Respecto de la misma, Ruiz asegura que "esta empresa tiene algunas cositas raras. Primero que se fundó después que la licitación ya había empezado para controlar la SUBE. Ellos acreditan trabajos en Sudáfrica y en República Checa en temas militares. Declaran primero domicilio en Londres, que es un domicilio virtual. Después mudan su domicilio a un pueblo cercano a Oxford de veinte mil habitantes. Tampoco tiene oficinas en Buenos Aires y en la dirección de su supuesta casa matriz, en Inglaterra , funciona una peluquería. La empresa es como una casilla postal. La dirección que ellos dan ante la justicia en la Argentina es un estudio de abogados por lo que si hay que hacer algún reclamo respecto al control de la SUBE hay que preguntar a la Secretaría de Transporte a dónde lo van a hacer".
En referencia a qué es lo que supuestamente hace esta empresa, el periodista expresó que "entre algunas de las cosas, inspeccionan toda la transferencia de datos y verifican que todo funcione bien. Uno de los objetivos era supervisar la puesta en marcha que se generó en el verano, cuando el gobierno dijo que si utilizaban la SUBE no iba a pagar el aumento de la tarifa".
Además afirmó que sí se cobra por esto "el contrato es por 65 millones de pesos por los cuatro años de contrato. Chandler cobra 40 mil dólares por mes por un trabajo full time. En el contrato se estipuló medio millón de dólares por año por viajes y viáticos. También hay otros empleados extranjeros, que cobran entre veinte y treinta mil dólares por mes que contrató la Secretaría de Transporte, que no se sabe dónde trabajan y qué tareas cumplen. Son empelados fantasmas. Este consorcio fue contratado por la Secretaría de Transporte cuando estaba Juan Pablo Schiavi. La licitación para la asignación del contrato fue a pesar de que había una empresa internacional que ofrecía diez millones de dólares menos para realizar este trabajo. Hay contactos y vínculos familiares entre IRB, uno de los socios locales, y funcionarios de la Secretaría de Transporte. El dueño de la IRB es el marido de la mano derecha de Nora Turco, quien fue miembro del Comité de Evaluación que recomendó contratar este servicio a pesar de que había una oferta más barata".
A raíz de todo esto, Ruiz dice que "lo que nos resulta raro es que si la empresa se formó después de la licitación, cómo hicieron para presentar dos meses después estos antecedentes en estos dos países". Además afirma que "esto no pasó por ningún organismo de control porque está financiado por un préstamo del Banco Mundial, entonces esto evita que los organismos de control de la Argentina controlen la licitación. El Banco Mundial admitió que se les pasó esto del contacto familiar entre uno de los que ganó la licitación y otro que la adjudicó. La justicia está investigando el tema y vamos a ver si tenemos noticias en el próximo tiempo. Esperemos que la SUBE empiece a funcionar bien del todo y como ahora que funciona a medias. Yo tengo mi SUBE y espero que no me la desactiven después de todo esto. La estoy usando"
Respecto de la misma, Ruiz asegura que "esta empresa tiene algunas cositas raras. Primero que se fundó después que la licitación ya había empezado para controlar la SUBE. Ellos acreditan trabajos en Sudáfrica y en República Checa en temas militares. Declaran primero domicilio en Londres, que es un domicilio virtual. Después mudan su domicilio a un pueblo cercano a Oxford de veinte mil habitantes. Tampoco tiene oficinas en Buenos Aires y en la dirección de su supuesta casa matriz, en Inglaterra , funciona una peluquería. La empresa es como una casilla postal. La dirección que ellos dan ante la justicia en la Argentina es un estudio de abogados por lo que si hay que hacer algún reclamo respecto al control de la SUBE hay que preguntar a la Secretaría de Transporte a dónde lo van a hacer".
En referencia a qué es lo que supuestamente hace esta empresa, el periodista expresó que "entre algunas de las cosas, inspeccionan toda la transferencia de datos y verifican que todo funcione bien. Uno de los objetivos era supervisar la puesta en marcha que se generó en el verano, cuando el gobierno dijo que si utilizaban la SUBE no iba a pagar el aumento de la tarifa".
Además afirmó que sí se cobra por esto "el contrato es por 65 millones de pesos por los cuatro años de contrato. Chandler cobra 40 mil dólares por mes por un trabajo full time. En el contrato se estipuló medio millón de dólares por año por viajes y viáticos. También hay otros empleados extranjeros, que cobran entre veinte y treinta mil dólares por mes que contrató la Secretaría de Transporte, que no se sabe dónde trabajan y qué tareas cumplen. Son empelados fantasmas. Este consorcio fue contratado por la Secretaría de Transporte cuando estaba Juan Pablo Schiavi. La licitación para la asignación del contrato fue a pesar de que había una empresa internacional que ofrecía diez millones de dólares menos para realizar este trabajo. Hay contactos y vínculos familiares entre IRB, uno de los socios locales, y funcionarios de la Secretaría de Transporte. El dueño de la IRB es el marido de la mano derecha de Nora Turco, quien fue miembro del Comité de Evaluación que recomendó contratar este servicio a pesar de que había una oferta más barata".
A raíz de todo esto, Ruiz dice que "lo que nos resulta raro es que si la empresa se formó después de la licitación, cómo hicieron para presentar dos meses después estos antecedentes en estos dos países". Además afirma que "esto no pasó por ningún organismo de control porque está financiado por un préstamo del Banco Mundial, entonces esto evita que los organismos de control de la Argentina controlen la licitación. El Banco Mundial admitió que se les pasó esto del contacto familiar entre uno de los que ganó la licitación y otro que la adjudicó. La justicia está investigando el tema y vamos a ver si tenemos noticias en el próximo tiempo. Esperemos que la SUBE empiece a funcionar bien del todo y como ahora que funciona a medias. Yo tengo mi SUBE y espero que no me la desactiven después de todo esto. La estoy usando"