España vota en elecciones marcadas por masivas protestas
Los españoles comenzaron a votar en unos comicios municipales y autonómicos marcados por las protestas de los "indignados" que reclaman un cambio de sistema político y social y que continúan acampando en principales plazas del país con la madrileña Puerta del Sol a la cabeza.
Un total de 34,6 millones de personas tienen cita con las urnas para elegir a más de 68.000 concejales y 8.000 alcaldes en todo el país.
También se votan los parlamentos regionales que eligen presidentes en 13 de las 17 comunidades autónomas del país, todas menos Galicia, País Vasco, Andalucía y Cataluña.
Los colegios electorales abrieron las puertas con normalidad, sin incidentes destacables, a las 9 hora local y cerrarán las puertas a las 20 hora local (15 horas de Argentina).
"Una amplia participación es, sin duda, el mejor resultado", afirmó hoy el presidente del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, al acudir a votar, y añadió: "Llamo, animo y apelo a la responsabilidad de una amplia participación".
Por su parte, el líder del opositor Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, confió en que habrá una participación mayoritaria.
"La democracia es voto", sostuvo y subrayó que ésta es la herramienta más importante que tienen los ciudadanos para decidir porque "es donde dan la confianza y la quitan".
Las encuestas pronostican una debacle electoral del gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) como consecuencia de la crisis económica que afecta el país y que dejó a casi 5 millones de personas desocupadas.
Por el contrario, el PP se encamina hacia un triunfo que allanaría el camino de Mariano Rajoy a La Moncloa en las elecciones generales de 2012.
La clave está en Castilla-La Mancha, un histórico bastión socialista, y Sevilla, la puerta de entrada del PP para hacerse con Andalucía.
El PSOE podría perder también Barcelona, lo que sería otro duro golpe, mientras el PP conservaría y se afianzaría en Madrid y Valencia.
Los planes de ajuste del presidente José Luis Rodríguez Zapatero para dar respuesta a una crisis en medio de una situación económica y social cada vez más precaria generó indignación en la población que en la recta final de la campaña tomó las calles del país para pedir un cambio político y social.
El "Movimiento 15-M", nombre que toma del día que comenzaron las protestas en todo el país en respuesta de una convocatoria de la plataforma "Democracia real ya", mantuvo un pulso con el gobierno al punto que desafió la decisión de la Junta Electoral Central de concentrarse durante la jornada de reflexión y votación.
Decenas de miles de personas "anónimas" en todo el país se volcaron a las calles para expresar su "indignación" ante una clase política que utiliza a los ciudadanos como "mercancía política", en referencia principalmente a los dos grandes partidos PSOE y el opositor PP.
Nadie sabe aún qué efecto tendrá la movilización de los indignados pero lo tendrá. Por el momento, todas las miradas están puestas en la participación electoral.