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España premia a Macri y abre exportaciones por u$s 1600 millones

El canciller español José Manuel García-Margallo le puso el moño a la nueva era de relaciones con la Argentina - antes de viajar a Chile en la tarde del martes - cuando le dijo a Mauricio Macri que su país acatará en el acto el fallo de la OMC, que sanciona los gravámenes a la importación de biocombustible que la Unión Europea le había impuesto a la Argentina a finales de 2013. Esta medida liberará ventas a ese continente por más U$S 1600 millones que se trafican hacia España, y que de allí se reparten hacia otros países.

El fallo se conocía desde finales de marzo y desestimó los argumentos de la UE de que la Argentina exportaba ese tipo de combustible a pérdida, por los subsidios internos para su producción. El martes se formalizó la notificación de esa sentencia en un tribunal arbitral de la OMC; pero Margallo le agregó a Macri que además habían caído las razones para la prohibición, que había impuesto España por presunta contaminación. "Los últimos exámenes han dado muy bien y no es tan contaminante", dijo el funcionario.

España había cerrado las exportaciones de biocombustibles desde la Argentina en abril de 2012 con el argumento ambiental, pero nadie negó que se trató de una represalia comercial por la expropiación del 51% de las acciones de Repsol en YPF, ocurrida en ese mismo mes y año. En el año anterior, 2011, España había comprado biocombustibles por alrededor de U$S 1100 millones. Ahora que se pagaron con creces las acciones de esa firma, y que los dos países relanzan sus relaciones políticas y comerciales, España se tapa la nariz y se olvida de las contaminaciones, y la UE no apelará el laudo europeo sobre el dumping.

Este punto es parte del paquete de iniciativas que discutieron los dos gobiernos con Margallo, que se paseó desde Washington a Santiago de Chile, pasando por Buenos Aires, con promesas de futuro que extrañaron a sus anfitriones, porque su país no tiene gobierno, y es difícil que el partido al que pertenece y que encabeza Mariano Rajoy retenga el poder. Pero si eso llegase a ocurrir, parece haber un consenso en que el presidente del gobierno no será Rajoy, hoy rankeado en encuestas como el político menos valorado de España, y Margallo tiene las mejores chances de reemplazarlo.

El PP fracasó en las negociaciones parlamentarias para formar gobierno, después de las elecciones del 20 de diciembre pasado, porque no reunió la cantidad de votos parlamentarios para investir a un presidente de esa formación. En estos momentos el PSOE intenta hacerlo con el apoyo de terceras fuerzas como Ciudadanos y Podemos (dos extremos del dial ideológico), pero puede lograrlo porque si no deberán ir todos a una nueva elección, en la que los partidos arriesgarán las bancas ganadas en diciembre, y nadie tiene asegurado que las retendrá. Las encuestas siguen dando arriba al PP y al PSOE (27,7% a 21%) con una mejoría del oficialismo actual y las terceras fuerzas siguen abajo (18,8% Ciudadanos, 15,9% Podemos), por lo tanto, tratarán de acordar cualquier cosa con el PSOE antes que perder más poder en una segunda elección.

En las conversaciones con el gobierno argentino García Margallo agitó, como buen visitador de indias, otros espejitos de colores. Primero preguntó si los actos por el 9 de Julio del Bicentenario de la Independencia ameritan una participación activa de la Corona. Esto equivale a preguntar si van a invitar al rey Felipe VI°. No le dieron una respuesta clara ni en la reunión con Macri, ni en el almuerzo del palacio San Martín con Susana Malcorra y el nuevo embajador en España, Ramón Puerta, "Los festejos del bicentenario van a ser a lo largo de todo el mes de julio". "- Claro - bromeó el español - es la independencia, en esa perdimos, pero igual podemos participar de los festejos". Quedó abierta a la charla la posibilidad de un viaje del rey a Tucumán el 9 de Julio. En la asunción de Macri ya estuvo el rey viejo, Juan Carlos, pero esta vez puede venir Felipe el Joven, que tiene en algunos espadones de la nueva administración grandes amigos, como el ex ministro radical Jesús Rodríguez (desde anoche miembro del colegio de auditores de la Auditoría General de la Nación), a quien conoció estudiando economía en Estados Unidos cuando éramos chicos.

Puerta cruzó historias con Margallo y quedaron de verse este lunes en Madrid, adonde viaja el nuevo embajador. Ese día le presentará las llamadas "cartas credenciales" (en copia certificada, porque las originales se las presentará al rey en julio próximo). El martes el ex presidente participará de una reunión del canciller español con todos los embajadores ante el reino, y ya tiene fecha de regreso. Vendrá al país junto a un seleccionado de empresarios españoles para participar de una cumbre de negocios con argentinos. La organización está a cargo de la Fundación Iberoamericana Empresarial, que maneja el diputado del PP Miguel Ángel Cortés (que en diciembre fue elegido senador para la nueva legislatura). Ese sello reúne a las principales empresas españolas con intereses en América Latina, y que han organizado el encuentro junto a la AEA, la liga de empresas que escribió lo que sería la plataforma económica del gobierno que lidera Macri. El presidente argentino tiene previsto cerrar el encuentro, que será el 25 y 26 de abril en el auditorio del grupo Techint, -patrocinante principal de la tenida-, en el cual hablarán funcionarios del gabinete, economistas y empresarios de primera línea de los dos países. Los organizadores están ajustando horarios porque Macri tiene para esas fechas un viaje a la cumbre del Mercosur que se ha postergado una semana por los forcejeos domésticos en Brasil y Venezuela.

Cortés, que estuvo con Macri en el viaje que hizo pocos días antes de la llegada de Margallo, ha sido el principal enlace del PP español con el partido Pro a través de la Fundación FAES, que anima José María Aznar, de quien Cortés fue secretario de Estado en sus dos presidencias del gobierno (de Cultura y de Cooperación Internacional y para Iberoamérica).

La presencia de los empresarios españoles se hace además, en cumplimiento de un ciclo recurrente para los intereses de la Península en la región, y especialmente en la Argentina. Este país ha sido destino de inversiones de un mismo sector político, el conservadurismo español. Baste recordar la presencia de fundador de los partidos populares, Manuel Fraga Iribarne, en la provincia de Buenos Aires, que en algún momento pasó por la lupa judicial de su país. Nunca llegó a juicio, pero le costó la jefatura de la Alianza Popular, que pasó al entonces joven Antonio Hernández-Mancha, que le abrió la puerta al poder de José María Aznar con el partido popular. Si ahora tambalea el poder de los populares en su país, es esperable que se acerquen a sus guaridas iberoamericanas a la espera de tiempos mejores. La oportunidad es óptima, porque el martes pasado España emitió por primera vez deuda a corto plazo con interés negativo, prueba de la confianza de los inversionistas en la recuperación de la crisis (U$S 790 millones en letras a seis meses con una tasa media negativa de -0.02%). O sea que por allá sobra lo que falta por acá, plata barata.

El entusiasmo de los españoles se entiende por estas coincidencias y habrá demostraciones estridentes que fueron objeto de las charlas con el visitante, como la inversión que ha hecho un grupo español en la compra de Galerías Santa Fe, construcción emblemática de Roberto Noble, fundador de Clarín y que heredó su hija Guadalupe, empresaria y fina poeta. Ese grupo tiene pensado traer al país una de las marcas más conocidas del rubro "department stores" que les hará competencia a los malls en el corazón de la avenida Santa Fe. La experiencia global de marcas como El Corte Inglés o Zara son prueba de que eso lo saben hacer bien los españoles.

Margallo recordó que fue testigo de la caída del gobierno de la Alianza en 2001, porque estaba de luna de miel en San Martín de los Andes y miró por TV como Puerta juraba como presidente por un par de días. Hubo muchos españoles en aquellos días, como Felipe González, que fue un día con Carlos Slim a ver a Fernando de la Rúa, y cuando lo esperaban en la antesala de su despacho, salió Ramón Puerta a saludarlos. "- Venimos a ver a De la Rúa". "- No va a poder ser, porque ahora el presidente voy a ser yo". Y los atendió el misionero, que desde el próximo domingo estará en la residencia del embajador de la calle Fernando El Santo, una de las más coquetas representaciones extranjeras que hay en Madrid, y que está justo a la vuelta de la casa de Margallo en el barrio de Salamanca. Los jardines, con senderos que se bifurcan, son linderos.

De paso, otro de los testigos españoles de aquellos días que seguía Margallo por TV, que estaba de paso esos días por Buenos Aires, fue el legendario Carmelo Angulo, embajador de España que animó, junto a Jorge Bergoglio, la mesa del Diálogo Argentino, que albergó las conspiraciones de la oposición al gobierno de la Alianza. Por allí pasaban José Manuel de la Sota y Adolfo Rodríguez Saá pidiendo pesificación, y Hugo Moyano denunciando banelcos. Todo eso inspiró los dichos de Eduardo Duhalde, cuando dictaminó que su plataforma de gobierno eran los documentos de la mesa del Diálogo Argentino. Así le fue.

Carmelo Angulo - un hombre ligado en la diplomacia a los socialistas - es hoy el representante de su país en la Unicef. Estuvo en Buenos Aires la semana que pasó, visitando amigos, acompañado de su compañero de colegio y de la escuela diplomática, el embajador en la Argentina Estanislao Grandes de Pascual, y tuvo la oportunidad de conocer, restaurada, esa guarida de políticos que es el café Tabac, cerca de la embajada, sobre avenida del Libertador. Allí le han tendido trampas a Puerta, uno de sus clientes, para mangarle puestos en la embajada de Madrid. Hay sospecha de que uno de los camareros incluso maneja una red de clientes a quienes les advierte la llegada de Puerta, y aparecen en masa. En la tarde del martes llegó a haber siete mesas de parroquianos que esperaban turno para hablar con el nuevo embajador.