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Escuela y PC: una relación compleja

El informe PISA sobre lectura digital precisa que no hay relación entre el uso de la computadora y un rendimiento exitoso.

Las nuevas tecnologías y su aplicación en el aula no garantizan siempre el éxito escolar. A esta conclusión parecen haber llegado los expertos en educación ante los resultados del sexto y último informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), según los cuales no existe ninguna relación entre la disponibilidad de computadoras en las escuelas y el rendimiento de los alumnos en lectura digital.

El informe sobre los resultados de las pruebas de 2009, llamado "Alumnos en Internet. Tecnologías digitales y resultados de aprendizaje", es el primer estudio que sobre lectura digital hace PISA. Tradicionalmente, cada informe está dirigido a analizar el rendimiento de estudiantes en las áreas de matemáticas, lengua y ciencias naturales (con pruebas estandarizadas y a jóvenes de 15 años). El mencionado estudio midió entonces las competencias en lectura digital de alumnos en 19 países o economías, en temas fundamentales como capacidad de lectura significativa de textos interactivos y uso crítico de la información en Internet.

La Argentina no participó en la mencionada prueba (sí lo hicieron Chile y Colombia), pero los datos finales pueden ser igualmente aplicados a nuestra realidad. Así lo entiende el director de Educación del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), Axel Rivas, porque uno de los descubrimientos principales del informe es que, en todos los países participantes, los alumnos que tienen computadora en su casa tienen un mejor desempeño en lectura digital que los que no, incluso cuando se iguala a los alumnos por nivel socioeconómico. Esto permitiría reflexionar positivamente sobre la efectividad de planes como el nacional Conectar Igualdad o el Plan Sarmiento en la ciudad de Buenos Aires, que entregan las netbooks a los alumnos y sí les permiten llevarlas a sus hogares.

Sin pretender forzar la comparación, podríamos recordar que cuando sólo se usaba el soporte papel también tenían más éxito en la escuela los alumnos cuyos padres contaban con una biblioteca respecto de aquellos que no la tenían.

Otra conclusión es que, con el uso de computadoras en la escuela, los rendimientos escolares aumentan muy levemente cuando éstas se usan con poca frecuencia (una o dos veces al mes), en contraste con las escuelas que no las usan en absoluto, pero este desempeño desciende en las instituciones en que las usan a diario. Esta conclusión a primera vista paradójica podría deberse a que todavía los maestros no saben cómo aprovechar al máximo en las escuelas todas las potencialidades de la tecnología y se limitan a usar el formato que proponen los softwares de las PC, que no están adaptados obviamente para los requerimientos en clase. Con un uso frecuente, pero criterioso, se pueden lograr mejoras en los aprendizajes.

Aunque todavía la metodología utilizada es lógicamente limitada, el objetivo de los informes PISA en esta nueva área de estudio sigue siendo el mismo: comprobar que los participantes tengan las competencias necesarias para convertirse en ciudadanos críticos y autónomos, con capacidad para poder entender y resolver problemas auténticos.

Por esa razón, estos primeros resultados, que permiten asomarse a un proceso tan complejo, son muy bienvenidos: ponen el acento en la particular relación que tanto alumnos como maestros y profesores establecen con las nuevas tecnologías y su aplicación, y demuestran que tanto unos como otros deben profundizar su capacitación para manejarlas con éxito. Por supuesto, esto no ocurre solo en el ámbito escolar, pero es en éste donde su seguimiento debe ser más estricto; de la preparación y del rendimiento de los jóvenes depende hoy más que nunca el futuro de la humanidad, y son precisamente ellos los que más cerca están de dominarlos.