Escándalo en Los Ángeles de la Mañana: pelea y corte de transmisión
Un feroz cruce obligó a Ángel de Brito a cortar la transmisión en medio de su programa.
Un tremendo escándalo se adueñó de Los Ángeles de la Mañana a raíz de un feroz cruce entre Yanina Latorre y Mariana Diarco, cuando esta última decidió abandonar el estudio del programa muy enojada porque le hayan dado mucho espacio a Yanina Screpante, la ex pareja de Ezequiel "Pocho" Lavezzi, a quien Diarco acusó de haberla acosado sexualmente con constantes mensajes de texto.
Ángel de Brito, conductor del ciclo de El Trece, se mostró desconcertado porque su invitada haya decidido irse repentinamente del plató. "Arrancó el micrófono y se fue. No sé, se fue enojada", comentó el periodista.
Tras una breve pausa, Diarco volvió enojadísima, explicó los motivos de su furia y cruzó a la esposa de Diego Latorre por haber defendido a Screpante.
"Básicamente lo que me pasa es que me pusieron a una mina que pudo hacer toda una nota, matarme y decir de todo como lo hizo ayer en el programa de Moria, y yo no me puedo defender", disparó la modelo en referencia al poco tiempo que le quedaba de aire para poder hablar.
Diarco le dijo a Latorre que "atrasa muchísimo" que culpe a la mujer en los tiempos que corren. "Mi problema es con Screpante, no con Lavezzi", indicó.
"La que atrasa sos vos y te lo digo de verdad porque me caés bien. No podés meterte con una mujer que hipotéticamente fue cornuda. No podés venir al programa de chismes más visto de la televisión argentina a decir que te acostaste con Lavezzi hace cinco años para joder a una chica y entrar al Bailando", respondió Yanina.
Mariana se defendió asegurando que no quiere ser parte del certamen de Marcelo Tinelli y que lo que el ex futbolista de San Lorenzo de Almagro hizo con ella fue acosarla.
Sin embargo, cuando la invitada al programa le decía a la panelista que ella se puso una bandera por "haberse comido un cuerno público", Ángel de Brito cerró la transmisión sin poder interrumpirlas y despedirse de la audiencia de una manera formal, por lo que decidió saludar con su mano en absoluto silencio, mientras las dos rubias continuaban a los gritos.