Es el poder, estúpidos
* Por Eduardo Van der Kooy. Durante la campaña de 1992, James Carville, asesor de Bill Clinton, acuñó una frase que hizo historia. "Es la economía, estúpidos", lanzó, para marcarle a los estadounidenses el principal déficit que arrastraba el gobierno de su contendor, George Bush (padre). Esa advertencia resultó un éxito.
Luego se amoldó en innumerables ocasiones para realzar, sobre todo, el valor de la política. El peronismo empezaría a darle a aquella sentencia un nuevo significado.
Hubo dos hechos de los últimos días que así lo estarían certificando. En Santa Fe, las distintas corrientes partidarias --afines a Carlos Reutemann y a los K-- sellaron a último momento la unidad después de mucho tiempo de denunciar traiciones y jurarse venganza.
A ese peronismo lo dividieron los Kirchner.
Poco antes de esa división, en el 2007, resignó el poder en manos del socialismo luego de 24 años de ejercerlo con algunas administraciones deplorables . Un texto que se pareció a la nada cristalizó aquella unidad y sirvió para enterrar diferencias.
En Catamarca, por orden de Cristina Fernández, habrá una fórmula de kirchnerismo puro para enfrentar al gobernador Eduardo Brizuela del Moral el próximo 13 de marzo.
Este radical apunta a su tercer mandato . Detrás de la fórmula K decidió colarse el PJ tradicional, cuyo mayor símbolo es el sindicalista Luis Barrionuevo, enrolado en el orden nacional con Eduardo Duhalde. El kirchnerismo recibió con gusto esa adhesión. Incluso, se comprometió a respetar las candidaturas de intendentes promovidos por el barrionuevismo. Queda claro, entonces, que lo que movería al peronismo, no importa cómo ni con quien , sería recuperar gobiernos que tuvo y que perdió.
"Es el poder, estúpidos" , podría arengar.