Eric Clapton dio una cátedra de rock y blues en el Monumental
Por Eduardo Slusarczuk* En un estadio colmado, el guitarrista repasó casi todos los clásicos de su carrera.
Diez años después de su última presentación en la Argentina, Eric Clapton volvió anoche a desplegar su enorme talento como guitarrista y cantante en el escenario de River Plate, ante alrededor de 45 mil personas que colmaron el estadio, y que recibieron al músico británico con una interminable ovación, que se duplicó en intensidad con el arranque de Key to the Highway , preludio de una noche en la que los espíritus de Moody Waters, Robert Johnson y Bo Diddley se dieron una vuelta por Núñez.
A diferencia de las dos noches previas en las que en el Monumental mandó el delirio que exhibieron miles de adolescentes frente a la nueva estrella del mercado de la música pop made in Youtube, Justin Bieber, ayer el eje estuvo puesto en la música y la devoción que le tributó un público que fue de los tempranos 20’s a los largos 60’s, a quien alguna vez fue declarado "Dios" en las paredes londinenses . Poco después del arranque del show, a las 21.10, Clapton hizo vibrar al público con una inesperada versión de I shot de sheriff Clapton acredita en su historia el paso por bandas celebres como los Yardbirds –por donde también pasaron sus colegas Jeff Beck y Jimmy Page– y los Bluesbreakers, en sus comienzos.
También fue quien le puso sello a la beatle While My Guitar Gently Weeps . Su recorrido lo tuvo como protagonista del mítico trío Cream, los grupos Blind Faith y Derek and the Dominos.
Y, finalmente, una carrera solista que incluye trabajos con George Harrison, B. B. King y el trompetista Wynton Marsalis. El "quinto Beatle" llegó por tercera vez a la Argentina tras una serie de presentaciones que dio en Brasil, con el antecedente de su inolvidable e interminable recital de 1990 y su mucho más intimista show de 2001. El domingo, en Santiago de Chile, cierra la gira sudamericana de este año.
Esta vez, slowhand optó por un formato de banda más despojado, con los enormes Steve Gadd en batería y Chris Stantion en teclados, y por un repertorio atravesado por el blues –Hoochie Coochie Man, Driftin’ Blues y Before You Accuse Me-, con algunos clásicos irrenunciables de su carrera como Layla , Cocaine y Crossroads.