En Tucumán denunciaron a los policías rebeldes por sedición
En medio de los fuertes saqueos en la provincia, el conflicto con la fuerza de seguridad local se recrudece.
El Gobierno de la Provincia de Tucumán denunció a los agentes de la Policía por "incumplimiento de los deberes de funcionario público y sedición". En tanto la fuerza de seguridad provincial rechazó la última propuesta de un salario de 8.500 pesos.
Ante la persistencia del conflicto se multiplicaron los saqueos en comercios durante la madrugada y el arzobispo Alfredo Zecca se presentó esta tarde en la subjefatura de la fuerza de seguridad para dialogar con los policías.
Diego Herrera, uno de los voceros de los policías que siguen con la protesta, señaló que "no queda otra que protestar porque no tenemos sindicato".
En tanto, el gobierno tucumano denunció a los rebeldes ante la Justicia Penal provincial por "incumplimiento de los deberes de funcionario público y sedición".
La fiscal Adriana Reinoso Cuello, a cargo de la causa, citó al jefe de la Policía, Jorge Racedo, a prestar declaración informativa sobre la situación.
Fuentes gubernamentales señalaron que se les dio un ultimátum a los policías para que acepten el aumento del 35 por ciento y retomen sus tareas, bajo amenaza de ordenar a la Gendarmería que desaloje a los manifestantes de la Subjefatura.
El gobernador Alperovich se refirió hoy a la situación y les pidió "por favor que vuelvan a cuidar a la gente, el pueblo de Tucumán no se merece esto".
"Estuvimos trabajando hasta las dos de la mañana e hicimos el mejor esfuerzo para que ganen bien, ganarán 8.500 pesos y serán una de las mejores policías pagadas del país", afirmó.
La oferta fue rechazada porque los policías reclaman 12 mil pesos de básico.
El vocero policial Víctor Nacusse sostuvo que se debe "buscar un acercamiento urgente, sobre todo por la población, para que no haya otra vez saqueos y ataques de vandalismo".
El secretario de Seguridad de la provincia, Paul Hofer, dijo que la propuesta de 8.500 pesos es "de bolsillo para los agentes y es el máximo esfuerzo que puede hacer el gobierno. Esperamos que reflexionen" y vuelvan al trabajo.
Decenas de agentes seguían autoacuartelados en la sede de la subjefatura de la fuerza, en Chile al 1800, y no había vigilancia en las calles.