DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

¿En manos de la ultraderecha?

* Por Ricardo Kirschbaum. La influyente revista The Economist dijo en su portada que la elección francesa era la más frívola de occidente (europeo).

Ilustró con una caricatura del socialista Hollande y del centroderechista Sarkozy, actual presidente, insistiendo en que Francia y sus principales candidatos al Palacio del Eliseo se negaban a ver la realidad .

Ayer, tras el apretado triunfo del socialista en la primera vuelta, Hollande y Sarkozy salieron a buscar desesperadamente los votos de la ultraderechista Marine Le Pen, quien llegó tercera con una sorprendente cosecha de votos. Nadie había detectado que la hija del xenófobo creador del Frente Nacional tuviera tal caudal de votos. Tal vez a los potenciales votantes les daba vergüenza admitir que apoyarían a esa formación política.

Pero a Hollande y Sarkozy no les queda otro camino que tratar de seducir a esos votantes para ganar en la segunda vuelta. El actual presidente intentó rebanarle una porción a Le Pen derechizándose al máximo, con los temas que agita para espantar a los franceses: inmigración, islam, desempleo, tal como lo explicó ayer María Laura Avignolo, corresponsal de Clarín en París.

Sarkozy no consiguió quebrar al socialista, de un discurso muy moderado y voluntarista que saltó al ruedo luego de que el gran candidato del PS, Strauss Khan, se hundiera en el fango de sus bacanales sexuales.

La crisis económica que sacude a la Unión Europea es el telón de fondo de esta segunda vuelta del 6 de mayo. El ajuste sigue siendo la principal y única receta que se está aplicando. En cada vuelta de tuerca, rueda algún gobierno. El último de peso fue el socialista Rodríguez Zapatero, en España.

La derrota de Sarkozy será, también, la derrota de Angela Merkel, la canciller alemana que ha puesto todo para sostenerlo en Francia . El tándem franco-germano (y la potencia económica alemana) ha sido el eje de contención de la crisis.

El triunfo del PS enfrenta el peligro de que los inversores se pongan a salvo como prevención saliendo de ese mercado.