"En la tele no muestro las lolas son de una doble"
Barbara Lombardo pudorosa. La actriz cuenta que si bien no tiene complejos con su cuerpo, por contrato pidió no mostrar los pechos en pantalla.
Después de vivir tres años en México, adonde viajó siguiendo un amor; regresó a nuestro país. Y mal no le fue: trabajó en El puntero y ahora hace de actriz pomo en Condicionados, ambos por El Trece. Y cuenta que si bien no tiene complejos con su cuerpo, por contrato pidió no mostrar los pechos en pantalla.
Escenas jugadas "Mi personaje está obsesionado con el de Leticia Brédice; tienen una relación enferma, de lesbianismo posesivo", detalla Bárbara.
Luego de tres años viviendo en México, país en el que se radicó siguiendo a un amor, Bárbara Lombardo (31) regresó a la Argentina con la idea de retomar su profesión. Mal no le fue: el año pasado compuso a La Pochi en El puntero, el prestigioso ciclo que encabezaron Julio Chávez y Rodrigo De la Serna; y ahora se luce como una aspirante a actriz pomo en Condicionados, el nuevo unitario de El Trece que protagonizan Soledad Silveyra y Oscar Martínez.
"Estar acá es alegría, aprendizaje, concentración, requiere disciplina. Es un proyecto muy particular, novedoso en la televisión porque cuenta un mundo del que no es común hablar", arranca Bárbara.
-Te toca ponerle el cuerpo a la historia.
-Yael es una stripper y bailarina devenida en actriz pomo. Le surge esta posibilidad y la acepta, como también podría haber hecho teatro en Carlos Paz. Es una buscavidas.
-Se te vieron las lolas en el primer envío.
-Eso fue trucado. Cuando aparece alguna parte íntima, no soy yo: es una doble. Lo pedí a la producción y lo aceptaron. No me molesta insinuar con mi cuerpo: he hecho danza y tengo buena relación con mi físico. No hacemos una película pomo, estamos todos los actores híper cuidados y eso me permite laburar con libertad.
-¿Vas a bailar en el caño?
-No, pero tengo ganas. Sé que es muy difícil, y que hay que tener mucha fuerza abdominal y en las piernas. Me estoy preparando en baile con Florencia Vecino, una genia de la danza contemporánea.
También en enero empecé a hacer yoga y estiramiento.
-¿Cómo llegaste al yoga?
-Siento que me llamó. Tuve ganas de probar y me encantó. Hice ashtanga durante mucho tiempo, con una maestra que venía a casa. Se llama Bárbara, es una persona de mucha confianza. Venía a mi casa, me miraba, leía mi cuerpo y me recomendaba qué ejercicios hacer para equilibrar la tensión.
Cada cuerpo es un mundo, y ella me enseñó a estirar.
-Veo que le das importancia a tu interior.
-¡Obvio! Tengo varias actividades que respeto mucho y que son mi prioridad en la vida. Me interesa entender el comportamiento humano: por qué sufrimos, de dónde viene el dolor. Todos tenemos dolores similares y esto lo aplico a mi trabajo como actriz. Me atrapan las constelaciones familiares, las estudio hace años con una señora que me enseña, y también me interesa el budismo.
-¿Sos budista?
-Estoy estudiando. No me puedo rotular porque no sé ni el uno por ciento de esa filosofía. Estoy en camino, practico, me interesa mucho.
-¿Cómo cuidás tu cuerpo?
-Tengo los traumas que tenemos todas las mujeres: hay días que me veo bien y otros más gordita. Si como mal tres días, los siguientes intento tomar mucha agua y alimentarme mejor. Me cuido y soy sana: no me drogo, no tomo mucho alcohol, salgo poco de noche. Hay algo que me hace muy bien: salir a correr y entrenar.
-¿Estás en pareja?
-No, estoy soltera.
-¿Hace mucho?
-Y, hace un tiempo... Igual, no estoy de novia, pero eso no quiere decir que no salga y me divierta. Pero hace un año y medio que me separé de mi último chico. Estuvimos seis años juntos, así que está bien ahora tomarme un respiro.
-¿Querés volverte a enamorar?
-¡Claro! Siempre me va a gustar enamorarme porque es hermoso ese estado. Si se da, genial. Pero no es que estoy buscando y necesitando. No me gusta tener relaciones al pedo. Si no estoy enamorada, no estoy. No puedo sostener un vínculo si no me siento bien con esa otra persona. Antes, prefiero estar sola.
-¿Por qué te fuiste a vivir a México?
-Siempre, desde chiquita, quise probar vivir afuera. Tengo un espíritu aventurero, y cuando se me dio la posibilidad, no lo dudé. Pude laburar de actriz también: en Soy tu fan 2, y en XY. Fue una experiencia rica porque crecí mucho como persona.
-¿Extrañaste?
-Sí, bastante. Cuando sentí volver, lo hice.
Y tuve suerte, porque no bien llegué me surgió lo de El puntero e hice la peli Caíto, con Guillermo Pfening.
-La última, ¿miraste películas porno?
-Sí, por supuesto que tuve que verlas.
Nunca había mirado una pomo en mi vida, ¡No lo podía creer! Descubrí a una chica de 24 años que me impactó mucho. Se llama Sasha Grey, es un fenómeno, y me sirve como modelo para Yael. Es una estrella norteamericana del pomo, famosísima en todo el mundo.
Escenas jugadas "Mi personaje está obsesionado con el de Leticia Brédice; tienen una relación enferma, de lesbianismo posesivo", detalla Bárbara.
Luego de tres años viviendo en México, país en el que se radicó siguiendo a un amor, Bárbara Lombardo (31) regresó a la Argentina con la idea de retomar su profesión. Mal no le fue: el año pasado compuso a La Pochi en El puntero, el prestigioso ciclo que encabezaron Julio Chávez y Rodrigo De la Serna; y ahora se luce como una aspirante a actriz pomo en Condicionados, el nuevo unitario de El Trece que protagonizan Soledad Silveyra y Oscar Martínez.
"Estar acá es alegría, aprendizaje, concentración, requiere disciplina. Es un proyecto muy particular, novedoso en la televisión porque cuenta un mundo del que no es común hablar", arranca Bárbara.
-Te toca ponerle el cuerpo a la historia.
-Yael es una stripper y bailarina devenida en actriz pomo. Le surge esta posibilidad y la acepta, como también podría haber hecho teatro en Carlos Paz. Es una buscavidas.
-Se te vieron las lolas en el primer envío.
-Eso fue trucado. Cuando aparece alguna parte íntima, no soy yo: es una doble. Lo pedí a la producción y lo aceptaron. No me molesta insinuar con mi cuerpo: he hecho danza y tengo buena relación con mi físico. No hacemos una película pomo, estamos todos los actores híper cuidados y eso me permite laburar con libertad.
-¿Vas a bailar en el caño?
-No, pero tengo ganas. Sé que es muy difícil, y que hay que tener mucha fuerza abdominal y en las piernas. Me estoy preparando en baile con Florencia Vecino, una genia de la danza contemporánea.
También en enero empecé a hacer yoga y estiramiento.
-¿Cómo llegaste al yoga?
-Siento que me llamó. Tuve ganas de probar y me encantó. Hice ashtanga durante mucho tiempo, con una maestra que venía a casa. Se llama Bárbara, es una persona de mucha confianza. Venía a mi casa, me miraba, leía mi cuerpo y me recomendaba qué ejercicios hacer para equilibrar la tensión.
Cada cuerpo es un mundo, y ella me enseñó a estirar.
-Veo que le das importancia a tu interior.
-¡Obvio! Tengo varias actividades que respeto mucho y que son mi prioridad en la vida. Me interesa entender el comportamiento humano: por qué sufrimos, de dónde viene el dolor. Todos tenemos dolores similares y esto lo aplico a mi trabajo como actriz. Me atrapan las constelaciones familiares, las estudio hace años con una señora que me enseña, y también me interesa el budismo.
-¿Sos budista?
-Estoy estudiando. No me puedo rotular porque no sé ni el uno por ciento de esa filosofía. Estoy en camino, practico, me interesa mucho.
-¿Cómo cuidás tu cuerpo?
-Tengo los traumas que tenemos todas las mujeres: hay días que me veo bien y otros más gordita. Si como mal tres días, los siguientes intento tomar mucha agua y alimentarme mejor. Me cuido y soy sana: no me drogo, no tomo mucho alcohol, salgo poco de noche. Hay algo que me hace muy bien: salir a correr y entrenar.
-¿Estás en pareja?
-No, estoy soltera.
-¿Hace mucho?
-Y, hace un tiempo... Igual, no estoy de novia, pero eso no quiere decir que no salga y me divierta. Pero hace un año y medio que me separé de mi último chico. Estuvimos seis años juntos, así que está bien ahora tomarme un respiro.
-¿Querés volverte a enamorar?
-¡Claro! Siempre me va a gustar enamorarme porque es hermoso ese estado. Si se da, genial. Pero no es que estoy buscando y necesitando. No me gusta tener relaciones al pedo. Si no estoy enamorada, no estoy. No puedo sostener un vínculo si no me siento bien con esa otra persona. Antes, prefiero estar sola.
-¿Por qué te fuiste a vivir a México?
-Siempre, desde chiquita, quise probar vivir afuera. Tengo un espíritu aventurero, y cuando se me dio la posibilidad, no lo dudé. Pude laburar de actriz también: en Soy tu fan 2, y en XY. Fue una experiencia rica porque crecí mucho como persona.
-¿Extrañaste?
-Sí, bastante. Cuando sentí volver, lo hice.
Y tuve suerte, porque no bien llegué me surgió lo de El puntero e hice la peli Caíto, con Guillermo Pfening.
-La última, ¿miraste películas porno?
-Sí, por supuesto que tuve que verlas.
Nunca había mirado una pomo en mi vida, ¡No lo podía creer! Descubrí a una chica de 24 años que me impactó mucho. Se llama Sasha Grey, es un fenómeno, y me sirve como modelo para Yael. Es una estrella norteamericana del pomo, famosísima en todo el mundo.