En la semana de la dulzura, recordamos nuestras golosinas preferidas

Por Nieves Otero

notero@diarioveloz.com

@nieves_otero

Estamos en la semana de la dulzura, y la columna de hoy, como no podía ser de otra manera, está dedicada a las golosinas.

Hace un tiempo hablamos de las golosinas que marcaron nuestra infancia, pero como tantas cosas ricas no entran en una sola nota, hoy continuamos y seguramente nos sigan faltando caramelos, chiches, chocolates y alfajores que nos acompañaron durante tanto tiempo.

Algunas de estas exquisiteces se siguen fabricando, otras ya no, varias de ellas se habían discontinuado y para alegría de los golosos hoy están de nuevo en las góndolas.

Esperamos que te tientes y vos también vayas a comprarlas y comerlas y por qué no, aprovechado esta semana particular, las regales y ligues un beso.

Además, queremos que nos cuentes qué otras golosinas recordás de tu época de colegial y porqué.

Mejor caramelo cinéfilo: Sugus confitados

Me remiten inmediatamente a la infancia, más precisamente a las vacaciones de invierno, cuando en el cine todavía estaba el golosinero (o como sea que se llame) y la moda estadounidense de los pochochos aún no había llegado.

En su clásica cajita de cartón, sumamente coloridos, mis preferidos eran los rosa o de frutilla. Un vicio, imposible comer uno solo.

Mejor chocolate relleno: Milka Lila Pause

 Una riquísima barra de chocolate, rellena de yogurt de frutilla, la novedad en chocolates de los años '90.

Toda una osadía por 1992 ¿quién hubiera imaginado esa combinación entre yogur y chocolate? No sabemos quién, pero que se lo agradecemos, no hay dudas. Luego, varias marcas lo copiaron y crearon golosinas similares.

El chocolate se dejó de fabricar en el 2001, pero para alegría de todos los que por los '90 paseábamos por los kioscos argentinos, este año, ¡volvió!

Ahora también innovaron y lanzaron el chocolate relleno con maracuyá. Si aún no lo probaste, andá al kiosco y pedilo, no te vas a arrepentir.

Mejor alfajor retro: Suchard

 Otro compañero de los recreos de la primaria que regresó. Para los nostálgicos, no sólo su sabor es igual al de años atrás, sino también su envoltorio... o al menos muy parecido.

Rellenos de mousse y bañado en chocolate, se dejó de fabricar en el 2001, pero por suerte volvió. Apenas se supo que la golosina regresaba, las redes sociales se hicieron eco del tema y explotaron.

Probar un bocado de este riquísimo chocolate nos transporta directamente a otra época, viajamos con la imaginación y de golpe nos vemos en el patio del colegio, con un alfajor en el bolsillo del guardapolvo.

Chocolate con forma: Paragüitas

Nunca supimos si se trataba de un chupetín de chocolate o de un chocolate con palito para comer como chupetín.

Hacía años que no comía uno y hace unos días, en el cumpleaños de mi sobrino me "mimeticé" con los chicos y comí un piragüitas. Al instante, fue inevitable no recordar el kiosco de la cuadra de mi casa cuando era chica o a mi abuela, sacando dos de la cartera, uno para mi y otro para mi hermano. Si la golosina es rica o no, queda en segundo plano, lo seguro es que es maravilloso que un chocolate, un sabor, nos pueda generar tantas sensaciones.

Mejor chicle "Premium": Ouch

Venían en una cajita rectangular de metal, color rosa, si de chicles tutti fruti se trataba. A diferencia de los chicles comunes, estos eran chatos y alargados, con la forma de un boleto (de los de aquella época).

¿Su sabor? Y... no eran los mejores del kiosco, pero al ser diferentes y venir en cajita (ideal para guardar monedas para volver al kiosco) llamaba la atención.

Pude conseguir, no tan común, la caja de chicles de tres gustos, que era de color naranja, verde y rosa, la "figurita difícil".

Estos son sólo cinco. Seguramente, no faltará oportunidad para retomar el tema y mencionar algunos otros productos que quedaron afuera como los chocolates Tubby, las papas fritas Ruffles, los chicles Adams y más.

Contanos, ¿qué golosinas agregarías a la lista y por qué?