En la esquina no te olvidés de la muerte
*Por José Názaro. La Perón es el futuro, repiten los que entienden el mercado inmobiliario (y los que no tanto).
Y sí ¿quién no se mudaría hacía allí si pudiera? Desarrollos premium ahí no más del cerro espumoso de vegetación; clubes, colegios, bares, restaurantes, shoppings, una universidad a dos minutos en auto, y un aura de vida al aire libre que invita a intentar un trotecito.
Es innegable que esta avenida de Yerba Buena y su entorno inyectan vida. Pero hay un problema: a veces nos olvidamos de la muerte.
El 21 de diciembre de 2006, Domingo Marchese y su mamá, Silvia Jantzon de Marchese, fueron embestidos por el auto que manejaba Gustavo Jiménez y murieron. El tiempo que pasó y la bronca desatada durante los últimos días han ido invisibilizando el lugar del accidente: la esquina de Perón y Bascary. Recordemos que la Bascary fue una de las primeras calles que unió la Perón con la Aconquija y la elegida por miles de automovilistas a diario; por eso, la intersección es representativa, es neurálgica, es quizás la esquina por excelencia de la zona.
Un consejo: si manejás, caminás, corrés por ahí, no te confíes. Los que vienen por ambas manos de la Perón doblan a la izquierda o en U sin remordimientos; los que van por Bascary hacia el norte o hacia el sur se olvidan, en muchos casos, del freno antes de cruzar la avenida; los motociclistas, como en todos lados, hacen lo que se les da la gana. En consecuencia, es una esquina llena de irresponsables ¿Qué es lo único que contiene un tránsito tan desbocado? Unos tristes lomos de burro. Hasta que la Municipalidad mande un varita o instale semáforos, hacé tu aporte: cuando llegués a esa esquina no te olvides de la muerte. La Perón tiene el futuro asegurado; dale vos una garantía al que se cruce en tu camino.