En la cárcel de Ezeiza no funcionaban las cámaras de seguridad ni los sensores
Anteayer 13 presos se fugaron del penal. El escape levantó sospechas ya que tampoco estaba el perro que suele vigilar la zona.
El martes, 13 reclusos de la cárcel de Ezeiza se escaparon sin ser vistos, dos de ellos fueron recapturados. Si bien los presos habían estudiado cómo fugarse, lo lograron porque: las cámaras de seguridad no funcionaban, los sensores perimetrales no se activaron y el perro que vigila la zona no estaba en el momento en que los criminales escapaban, así lo confirmaron fuentes judiciales a diario La Nación.
Las cámaras de seguridad no dejaron de funcionar anteayer, sino que desde hacía años estaban inactivas, por ello los defensores oficiales del distrito junto a los fiscales federales de Lomas de Zamora: Sergio Mola y Adrián García Lois, presentaron un hábeas corpus colectivo. "Es fundamental que las cámaras de seguridad funcionen. No sólo por la investigación de la fuga de los presos, sino también en hechos donde pueden resultar víctimas de torturas o maltrato los reclusos", comunicó una fuente que accedió al expediente.
"En el hábeas corpus presentado por los fiscales y los defensores oficiales se pedía hacer un relevamiento del sistema de monitoreo electrónicos. Una de las primeras explicaciones que recibieron los funcionarios judiciales fue que las cámaras estaban fuera de servicio después de la caída de un rayo, tras una tormenta eléctrica", agregó la fuente.
Quien era el director nacional del Servicio Penitenciario Federal (SPF), Víctor Hortel, decidió renunciar tras conocer la noticia; adujo que fue un pase de factura en su contra. Ayer, Julio Alak, ministro de Justicia y Derechos Humanos, presentó a quien sucedió a Hortel, Alejandro Marambio.
Marambio planteó respecto a la fuga que tomará "severas" medidas en contra de los responsables del escape cinematográfico.