En el país de las maravillas, el Día del Trabajador es el 29 de abril
Por Susana Viau* La CGT dispuso que se celebrara ayer, contra las Centrales en todo el mundo que respetan el calendario.
El microcentro fue un caos para quienes el viernes trabajaron, pero la Avenida Madero era un billar. Se explicaba: los choferes de los transportes de carga que suelen taponarla los siete días de la semana estaban ayer en la 9 de Julio. No eran los únicos: había otros gremios, menos numerosos o menos representados, pero todos gremios en los que predominan los hombres.
Ni el palco (donde se hicieron presentes el Gabinete en pleno, el gobernador bonaerense y hasta el dirigente de La Cámpora, Andrés, "el Cuervo" Larroque), ni la concurrencia cumplían con el 33 por ciento del cupo femenino. También eso se explicaba: era sobre todo un acto verde , un acto camionero, el del Día Internacional de los Trabajadores que el mundo celebra el 1° de mayo y la cúpula de CGT suele desplazar siempre a fechas laborables.
Este año, el 1° de mayo fue 29 de abril. Es un fenómeno llamativo para cualquier observador extraño, pero la Argentina se ha acostumbrado a que así sea y la literatura tiene ejemplos majestuosos para abonar esta idea de la arbitrariedad del calendario. Humpty Dumpty festejaba el "día del no cumpleaños", el "incumpleaños" porque cumpleaños hay uno solo, le explicaba a Alice Liddle, la Alicia en el País del Espejo, y, en cambio, días de no cumpleaños hay trescientos sesenta y cuatro y, por lo tanto, 364 oportunidades más de ser regalado.
De otro modo, aunque apuntando a lo mismo, lo explicó el Titular del Sindicato de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid: "Hay algunos que se preguntan –dijo más o menos– por qué lo hacemos el 29 y no el 1º. Es simple: no somos extraterrestres, estamos en esta sociedad y el domingo, como cualquiera, lo que queremos es estar en casa comiendo un asadito".
Este domingo, entonces, millones y millones de extraterrestres llenarán las calles de los cinco continentes para recordar a Albert Parsons, norteamericano, 39 años, periodista; August Spies, alemán, 31 años, periodista; Adolph Fischer, alemán, 30 años, periodista; Georg Engel, alemán, 50 años, tipógrafo; Louis Lingg, alemán, 22 años, carpintero. Cuatro ahorcados y uno, Lingg, suicidado en su celda por luchar por la jornada de ocho horas. Sus últimos momentos los relató José Martí, en La Nación. Ocurrió hace mucho tiempo, la friolera de 125 años: los extraterrestres deben tener los ojos en la nuca.
Ayer, en el acto de la CGT, no se habló de fraternidad, ni de solidaridad, no se nombró a Mariano Ferreyra ni se reclamó otro mundo: se pidió compartir éste y que "Cristina se vuelva a presentar para profundizar el modelo". Desde allí arriba, Moyano, es cierto, homenajeó a un muerto más reciente, cuya gigantografía dominaba el escenario: Néstor Kirchner, que con "coraje y grandeza" se levantó ante el Fondo Monetario Internacional; "un hombre con un arco y una flecha peleando contra los ejércitos de la OTAN". Interpretaciones.
Humpty Dumpty también trataba de imponerle a Alicia el extraño sentido que le asignaba a la palabra "gloria". Y le recordaba que "cada palabra significa lo que yo quiero que signifique. Ni más, ni menos. La cuestión es saber quién manda". Una lección de "hegemonía cultural".
Hay gente que sigue creyendo que Lewis Carroll escribía cuentos para los niños.