En el Día Internacional del Beso, ocho "arrumacos" en el arte
Recordamos ocho escenas muy especiales por artistas de distintas disciplinas, en una jornada que homenajea lo lindo del besar.
En algunas ciudades del mundo se hacen distintos tipos de concursos, principalmente los que intentan que los participantes quiebren algún registro de besos. Lo cierto es que es una buena ocasión para homenajear un placer acaso simple: ya sea un saludo de formalidad social, una demostración de cariño a un ser querido, el preludio de una relación sexual, entre tantas otras razones.
Lo interesante de esta fecha es que no se trata de un día comercial como tantos otros "homenajes", porque justamente, no hay regalo material que pueda sustituir un buen beso. Puede ser apasionado, tímido, húmedo, seco, largo, corto, tierno, robado... Ésa variedad también quedó registrada en la historia del arte: fotografías, pinturas y películas, para todos los besadores.
1- "El beso", del pintor austriaco Gustav Klimt. Es una de mis pinturas favoritas por su carga simbólica, metafórica y rica historia, que atraviesa la literatura y la plástica. Fue hecha sobre lienzo de 180 x 180 centímetros, entre los años 1907 y 1908. Pertenece al movimiento denominado "simbolismo", y actualmente está expuesta en la Österreichische Galerie Belvedere de Viena, en Austria.
2- "El beso en la Place de l'Hotel de Ville", de Robert Doisneau. Quizás el beso con el que muchos hemos soñado. Esta fotografía es un emblema de este arte, en la que se refleja la estética parisina de los años '50. Puede representar perfectamente el instante mismo de los labios pegados, ebrios, que nos traslada a un lugar romántico de ensueño, más allá de la verdadera historia de los protagonistas. Es que en un principio se pensó que era una foto espontánea, pero lo cierto es que la pareja estaba formada por dos estudiantes de arte dramático, quienes aceptaron en posar delante del objetivo.
3- "El beso", de Henri Toulouse-Lautrec. El artista recibió a finales de 1892 el encargo de decorar el salón principal del prostíbulo situado en la Rue d'Amboise, en París. Él pinta como si fuera un fotógrafo cronista, y deja en evidencia dos de las temáticas que más disfrutaba: lesbianismo y prostitución, tratados con cariño y naturalidad. Un paso adelantando, Lautrec muestra a las dos mujeres sin tapujos en pleno acto de amor.
4- El beso de "De aquí a la eternidad", del director Fred Zinnermann. Quien haya visto esta película difícilmente haya olvidado la escena en que el sargento Warden y la esposa del capitán, Karen Holmes, se besan apasionadamente recostados en la arena y tapados por el oleaje del mar. Es probablemente uno de los más calientes, entendiendo que es un film del año 1953, y que además, posee varias alusiones a lo largo de la historia del cine
5- "El beso robado", de Jean-Honoré Fragonard. Fue realizado aproximadamente en el año 1790, en la última época del pintor francés. Es un lienzo que pertenece a una serie justamente dedicada a los besos; la joven es sorprendida por un muchacho que la besa suavemente en la mejilla. Un detalle: detrás de la puerta entreabierta se puede observar a varias mujeres posiblemente sorprendidas por la visita del amante. Actualmente se encuentra en el Museo del Hermitage de San Petersburgo, en Rusia.
6- El abrazo con beso de John Lennon y Yoko Ono. La fotografía fue utilizada como tapa de una edición de la revista Rolling Stone de hace 33 años. Fue tomada por la fotógrafa Annie Leibovitz en diciembre de 1980, quien logró inmortalizar a los amantes y transmitir el fuerte amor que se tenían. Un detalle: la idea original de la revista era fotografiar sólo a Lennon, pero él insistió en que Yoko debería estar en la portada también.
7- "Los amantes", de René Magritte. Hay que tener en cuenta que el artista pertenecía a la vanguardia surrealista, por lo que la representación de sus emociones no debe seguir un planteamiento necesariamente lógico. Es que a simple vista puede parecernos un beso "amargo" o "ciego"; pero lo cierto es que son las identidades de estas dos personas las que están ocultas tras velos aparentemente húmedos que tapan sus caras, y la significación hay que buscarla más allá de una primera lectura. Sin duda, una obra (1928) que logra llamar la atención de cualquier espectador.
8- La escena final de "Cinema Paradiso", del director Giuseppe Tornatore. ¿Quién no se conmovió con esta película italiana de 1988? La emoción que produce la progresión de la película hace que el final, de precioso montaje e impacto visual, termine por hacernos llorar. Recordamos las secuencias de besos, que recortadas y empalmadas fusionan una "minipelícula" que hace el perfecto cierre de Cinema Paradiso: