En 2014, Piombo y Sal Llargués redujeron 13 años la condena a un violador serial
Un taxista solía agredir, robar y abusar sexualmente de jóvenes en su vehículo. El argumento del fallo fue que no llegaba a asesinarlas.
Desde que se conoció el fallo que benefició a un violador de un nene de seis años, los jueces Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués quedaron en el ojo de la tormenta. Ahora, se conoció un nuevo antecedente polémico: le redujeron la pena a 13 años a un violador serial.
Se trata de un taxista llamado Juan Carlos Riso, quien solía atacar a jóvenes pasajeras que se subían a su vehículo a la salida de recitales. ¿Cómo actuaba? Las amenazaba y las violaba en los bosques de Ezeiza. Repitió este accionar en tres oportunidades.
En 2006, el TOC 10 de Lomas de Zamora lo había condenado a 38 años de cárcel, pero cuando la causa llegó a la sala de los jueces Piombo y Sal Llargués, en 2014, le bajaron la pena a 25 años, informó el programa El Expediente, que se emite por C5N.
Los argumentos:
Los jueces consideraron que el hecho de que los ataque se desarrollaran en un taxi no resultaba ser un agravante. Una de las chicas había sido atacada con un destornillador, lo cual interpretaron como parte de la violencia por el asalto en sí mismo y que no calificaba como otro delito.
"La pena que le habían aplicado es excesivamente severa, teniendo en cuenta que no gravitan ilícitos tales que impliquen la muerte de una persona", explica el increíble fallo.
Se trata de un taxista llamado Juan Carlos Riso, quien solía atacar a jóvenes pasajeras que se subían a su vehículo a la salida de recitales. ¿Cómo actuaba? Las amenazaba y las violaba en los bosques de Ezeiza. Repitió este accionar en tres oportunidades.
En 2006, el TOC 10 de Lomas de Zamora lo había condenado a 38 años de cárcel, pero cuando la causa llegó a la sala de los jueces Piombo y Sal Llargués, en 2014, le bajaron la pena a 25 años, informó el programa El Expediente, que se emite por C5N.
Los argumentos:
Los jueces consideraron que el hecho de que los ataque se desarrollaran en un taxi no resultaba ser un agravante. Una de las chicas había sido atacada con un destornillador, lo cual interpretaron como parte de la violencia por el asalto en sí mismo y que no calificaba como otro delito.
"La pena que le habían aplicado es excesivamente severa, teniendo en cuenta que no gravitan ilícitos tales que impliquen la muerte de una persona", explica el increíble fallo.