Empresas en estado de alerta
* Por Roberto Fraga, Socio del Area de Consultor ía de Ernst & Young. En circunstancias previsibles y en la incertidumbre, en mejores o en peores condiciones competitivas; una de las virtudes más importantes de los líderes es la capacidad para entrar oportunamente en estado de alerta y la habilidad para discernir en qué lugar están sonando las alarmas.
Un ejercicio necesario para buscar las mejores respuestas. Un estudio realizado sobre más de 700 organizaciones en el mundo por Ernst & Young ha buscado identificar cuáles son los 10 alarmas que están poniendo hoy en alerta a los líderes empresarios del mundo. Algunas pueden estar sonando en Argentina.
Primero las regulaciones, el marco de referencia. El exceso o la falta de reglas, sean aplicadas universalmente o en forma más discrecional. La inestabilidad puede tener efectos devastadores en el proceso decisorio.
El eventual desajuste de costos es la siguiente. Últimamente se ha observado la cuestión inflacionaria (países y mercados tienen mayor o menor tolerancia a este factor, pero siempre es motivo de atención).
La tercera alarma suena por el lado de la captura y retención de talento. Un factor que suele hacer la diferencia. Especialmente en los mercados emergentes, donde los recursos pueden ser escasos o puede haber una brecha de formación. El tema de la retención de talentos está hoy en jaque a partir de modelos culturales que incentivan la movilidad laboral.
El capítulo de los temas más genéricos se completa con la presión competitiva sobre precios. En economías y segmentos que han tenido un largo proceso de globalización y en especial en los mercados más maduros. Allí es donde la competencia verdaderamente se hace sentir.
El quinto elemento es la aparición de nueva tecnología. Un elemento que, de ser pasado por alto, puede dejar a cualquiera fuera de la carrera. Innovación y entrenamiento parecen ser claves.
Los riesgos de mercado son importantes, sobretodo, porque algunas variables sensibles del negocio pueden estar influidas por factores que están lejos de ser controlables y, a veces, de ser predecibles. El precio de los commodities puede ser un buen ejemplo en este caso.
En el séptimo y octavo puesto aparecen cuestiones muy particulares de cada mercado como la expansión excesiva del rol de los gobiernos y las expectativas negativas sobre los factores de la economía. Pareciera ser que las crisis recientes nos han heredado algunos reflejos defensivos que son una barrera para el crecimiento. Algunos países están demorando su recuperación económica.
Novena: aceptación o rechazo social. Empieza a aparecer en las preocupaciones de las empresas la valoración de la sociedad. Los programas de responsabilidad social son una tendencia que lo confirma.
Finalmente, el acceso al crédito. Tan necesario donde se decide apostar y crecer. Pero habría que agregar el costo del crédito y las facilidades para construir capital de trabajo.
Los empresarios del mundo comparten mucho más que relaciones comerciales. Comparten también sistemas de alarma y algunos criterios de decisión basados en posibilidades y riesgos. Son los líderes públicos y privados los que tienen la capacidad para entrar oportunamente en estado de alerta ... y actuar. Están a cargo del complicado sistema de alarmas que nos protegen. Son los que deberían analizar si todos estos temas tienen el lugar que merecen en sus agendas porque de ésto dependen, en parte, la estabilidad y la competitividad de las empresas y la capacidad para atraer inversiones y lograr el crecimiento de mediano y largo plazo que los países necesitan.