Empleados evitaron el secuestro de un empresario
El periodista Pablo Caruso fue sorprendido por tres delicuentes armados cuando retornaba con un empleado a su fábrica de elementos para gasoductos en Esteban Echeverría. Dos ingenieros de su empresa observaron todo y los siguieron. Caruso fue liberado en la villa
Pablo Caruso, un empresario y periodista de 62 años fue secuestrado, pero enseguida liberado cuando los secuestradores confundieron un auto que los perseguía con efectivos policiales, en un hecho que ocurrió el viernes a las 14:30, pero que se conoció en las últimas horas.
Caruso, quien además es periodista y se desempeñó como columnista en el diario Ámbito Financiero y el canal Telefe, volvía de almorzar en una estación de servicio y se dirigía a su empresa de elementos para gasoductos en Esteban Echeverría.
Allí fue interceptado juntro a un empleado por tres delincuentes armados que les apuntaron en la cabeza y obligaron al dueño de la fábrica a pasar al asiento del acompañante, mientras uno de ellos manejaba. El empleado se ubicó atrás, entre medio de los otros dos.
La víctima contó que no fue un episodio al voleo, ya que reveló que sus captores le dijeron: "Sos carne de secuestro, fuiste, perdiste".
Dos empleados que se desempeñan como ingenieros de la empresa de gasoductos vieron toda la escena y decidieron perseguirlos mientras daban aviso a su hijo mayor, quien avisó a la Policía y se fue a la casa que tiene la familia en la localidad bonaerense de Tapiales.
Los delincuentes advirtieron que los perseguían los dos trabajadores, pero los confundieron con policías.
"Cuando vieron que nos seguían comenzaron a gritar ‘viene la gorra, viene la gorra’. Discutían si tirotearse con la Policía o escapar y dejar todo como estaba. El que manejaba finalmente decidió parar el auto y escapar cuando estábamos adentro de una villa", recordó Caruso en declaraciones a la prensa.
En medio de la persecución, el que parecía ser el jefe decidió abrir la guantera a ver si hallaba algo valioso: "Había un rosario que me regaló el Papa Juan Pablo II", dijo el hombre.
"Le pedí que me lo dejara pero me contestó: ‘¿Sos boludo? Yo soy chorro’, y se lo colgó al cuello", agregó la víctima, que detalló que también le sustrajeron "los anteojos y la billetera".
Cuando fue liberado preguntó en la misma villa cómo hacía para llegar a Camino de Cintura, uno de los puntos de referencia para regresar a su casa, donde llegó horas después mientras su familia estaba desesperada.
Caruso destacó la actitud de sus dos empleados al señalar: "No sé cómo agradecerle a estos chicos lo que hicieron. Me emociona que hayan sido capaces de arriesgarse por mí".
"Se siente unja impotencia absoluta, que deriva en resignación", añadió.