Empleada de Xipolitakis: "Cuando no estaban los padres, lo hacían con cinco personas"
Juana Carmen Da Silva, quien trabajó con las hermanas griegas, las acusa de maltrato, discriminación y amenazas. Además, cuenta detalles de la vida íntima de las Xipolitakis.
En el día que las mellizas griegas viajan hacia Estados Unidos junto a Carmen Barbieri y Federico Bal en plan de vacaciones, su ex empleada doméstica las acusa de maltratadoras. Juana Carmen Da Silva, trabajó para las hermanas Victoria y Stefanía Xipolitakis, desde mediados de 2010 hasta el pasado febrero. Hoy Da Silva dio una nota al diario "Crónica", donde contó detalles de la historia.
"Las conocí a través de una amiga que me recomendó. Desaparecía algo y decían que yo lo había robado. Tienen una manía de sospechar que alguien les robo, aguanté muchas cosas hasta que decidí irme", aseguró Juana sobre las falsas acusaciones que recibía de las hermanas.
Sobre el maltrato personal sufrido, Juana sostuvo: "Me dijeron que tenía que ir a Mar Del Plata con las chicas y la pasé mal. Viernes, sábados y domingos tenía q salir a buscar un baño porque no me dejaban entrar. No tenía plata para comer y le pedí 200 pesos prestados a Victoria, con lo que me manejé todo el verano.
Luego vino el padre, Manuel Xipolitakis, y me dio otros 600 pesos. Con eso me saqué el pasaje de vuelta. Cuando tomé la decisión de irme, Victoria quería borrar todos los contactos que yo tenía en mi celular para que nadie sepa nada", afirmó la ex empleada.
Juana ya envió varias cartas documento al padre de las mellizas, porque sostiene que aún le adeudan los últimos días trabajados en la costa.
Otra de las declaraciones más fuertes, es la que sostiene que las hermanas intentaron lastimarla: "Entre las dos me quisieron pegar, no son las chicas que se muestran en la tele, son mentirosas. Todo es mentira, entre ellas se cubren, y su madre, Elena ,les manda mensajes diciéndoles todo lo que tienen que decir".
Por último, Da Silva arrojó una bomba sobre la vida personal de las hermanas Xipolitakis: "Trolas a mí no me van a decir que no, porque en la misma casa cuando no estaban los padres, lo hacían. Una vez había como cuatro o cinco personas en la pieza de Victoria", cerró.