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Empeora la situación en Ecuador: toque de queda, protestas y represión
Los manifestantes protestan contra la suspensión de subsidios enmarcado en un plan de ajustes del FMI.
Quito continúa siendo escenario de fuertes tensiones entre manifestantes y las fuerzas de seguridad. Desde el lunes, los manifestantes comenzaron a llegar por miles a la capital siguiendo un llamado de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) para luchar contra la suspensión de los subsidios al combustible, una medida enmarcada en un plan de ajuste del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En paralelo, los principales sindicatos del país convocaron a un paro nacional y se sumaron a las protestas.
A pesar de que el gobierno de Lenin Moreno abrió canales de diálogo con los manifestantes, las protestas continúan. Los principales reclamos apuntan a dar marcha atrás con el recorte en subsidios acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de un préstamo de 4.209 millones de dólares.
El martes, mientras tanto, algunos manifestantes cercaron la sede legislativa de Quito e incluso algunas personas lograron entrar brevemente al edificio y fueron desalojados por la policía. "Primero la Asamblea y luego nos tomaremos Carondelet", amenazó uno de los manifestantes en referencia al palacio gubernamental ecuatoriano.
En este difícil contexto, el presidente intentó recuperar el control de la capital y volvió hoy a Quito, aunque su gobierno no informó de su paradero exacto por razones de seguridad. Moreno había abandonado Quito el lunes a la noche y se había instalado en la ciudad de Guayaquil, el corazón económico del país y tradicional bastión de la centro derecha.
Desde allí y mientras la masiva columna de indígenas cruzaba Quito y se acercaba al militarizado centro histórico, prometió mantener su política económica y, principalmente, la suspensión de los subsidios al combustible y acusó al ex presidente Rafael Correa de estar detrás de todas las protestas.
Las protestas comenzaron luego de que Moreno anunciara el fin de subsidios, lo cual disparó un aumento de más del 120% en el precio de los combustibles. El lunes, el presidente se vio obligado a evacuar Quito y mudar la sede de gobierno a Guayaquil.
Moreno acusa a su predecesor, Rafael Correa, de estar detrás de las manifestaciones en un intento de derrocarlo en alianza con Nicolás Maduro. Correa, por su parte, pidió que se adelanten las elecciones.
En paralelo, los principales sindicatos del país convocaron a un paro nacional y se sumaron a las protestas.
A pesar de que el gobierno de Lenin Moreno abrió canales de diálogo con los manifestantes, las protestas continúan. Los principales reclamos apuntan a dar marcha atrás con el recorte en subsidios acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de un préstamo de 4.209 millones de dólares.
El martes, mientras tanto, algunos manifestantes cercaron la sede legislativa de Quito e incluso algunas personas lograron entrar brevemente al edificio y fueron desalojados por la policía. "Primero la Asamblea y luego nos tomaremos Carondelet", amenazó uno de los manifestantes en referencia al palacio gubernamental ecuatoriano.
En este difícil contexto, el presidente intentó recuperar el control de la capital y volvió hoy a Quito, aunque su gobierno no informó de su paradero exacto por razones de seguridad. Moreno había abandonado Quito el lunes a la noche y se había instalado en la ciudad de Guayaquil, el corazón económico del país y tradicional bastión de la centro derecha.
Desde allí y mientras la masiva columna de indígenas cruzaba Quito y se acercaba al militarizado centro histórico, prometió mantener su política económica y, principalmente, la suspensión de los subsidios al combustible y acusó al ex presidente Rafael Correa de estar detrás de todas las protestas.
Las protestas comenzaron luego de que Moreno anunciara el fin de subsidios, lo cual disparó un aumento de más del 120% en el precio de los combustibles. El lunes, el presidente se vio obligado a evacuar Quito y mudar la sede de gobierno a Guayaquil.
Moreno acusa a su predecesor, Rafael Correa, de estar detrás de las manifestaciones en un intento de derrocarlo en alianza con Nicolás Maduro. Correa, por su parte, pidió que se adelanten las elecciones.
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