Emilio Monzó pierde a la mayoría de sus legisladores en la Provincia
El Presidente de Diputados no logró incluir a sus alfiles en la legislatura. Cerca de Vidal recuerdan que tendrá 2 diputados nacionales.
La llegada de Miguel Pichetto al oficialismo parecía devolverle a Emilio Monzó y a la pata política del Gobierno el volumen político que Mauricio Macri le había quitado.
El presidente de Diputados ya había hecho pública su voluntad de retirarse a la embajada de España y estaba afuera del armado nacional, posición clave que ocupó y compartió con el jefe de Gabinete Marcos Peña, su principal verdugo.
"Siempre he valorado a Monzó, es un amigo y un activo muy importante para el Gobierno. Pero es una decisión de Emilio", sostuvo el candidato a vice al llegar a la parrilla Los Platitos para que lo homenajearan los peronistas macristas entre los que se destacaban el propio Monzó y Rogelio Frigerio.
Hubo algunos movimientos y expresiones de deseos del oficialismo para intentar devolver al titular de la Cámara Baja -y uno de los principales responsables de la creación de Cambiemos- al centro de la escena política de Juntos por el Cambio. Después de todo, él había reclamado la tan mentada apertura.
La ilusión se extinguió con el cierre de listas. Todos los diputados de Monzó fueron excluidos de las listas bonaerenses. Se quedan sin renovar Oscar Sánchez y Marcelo Daletto (diputados) y Marcelo Pacífico y Gabriel Monzó (senadores). Todavía cuenta con Guillermo Bardón y Laura Geloso, senadores provinciales con mandato hasta 2021.
En 2017 los legisladores de Monzó en la Provincia habían creado la agrupación "la manada" que pretendía alinearse con "la leona", como llamaban a la gobernadora. No dudaron entonces en vestirse con remeras alusivas con la cara de la gobernadora.
"Somos libres", dicen en el sector de Monzó. Prometen que no cerrarán a última hora con otro partido. "Para cachivaches están otros", afirman en alusión a algunos de los dirigentes más importantes de la Provincia y de la Nación.
Monzó acumuló adversarios de peso. María Eugenia Vidal, a la cabeza. La gobernadora nunca le perdonó que en 2015 Monzó explorara un acuerdo con Sergio Massa o propusiera internas con otros posibles precandidatos como Jesús Cariglino o Gustavo Posse.
Vidal nunca lo dejó hacer política en su territorio natural: la Provincia. El ex intendente de Carlos Tejedor nunca logró recomponer la relación con la gobernadora.
Cerca de la gobernadora insisten en que no fue poco lo que le tocó a Monzó con el cierre: dos diputados nacionales por la Provincia. Se refieren a los lugares privilegiados que consiguieron el secretario de Interior, Sebastián García de Luca, y Silvia Lospennato. Los enemigos de Monzó destacan -con algo de razón- que la diputada ya tiene vuelo propio.
Paradójicamente, los lugares que ya no ocuparán los hombres de Monzó se usaron para contentar a Pichetto y a Daniel Angelici. El primer logró colocar a Claudia Rucci como candidata para el senado bonaerense. El segundo le encontró lugar a su protegido Daniel Lipovetzky, que no pudo renovar su banca en el Congreso. Pichetto además pidió PASO para uno de los suyos en General Villegas, coló candidatos a concejales en Lanús, Almirante Brown y San Martín.
En la gobernación, en el pasado, responsabilizan a Peña por el veto al titular de Diputados. Otro enemigo de peso que se granjeó Monzó y participó del armado de listas bonaerenses es Jorge Macri, quien padeció años atrás la injerencia del diputado en sus armados.
Cerca Monzó no se molestan en relativizar el impacto del golpe.