Ella y los otros
* Por Edgardo Alfano Periodista. A los candidatos a presidente de la oposición parece haberles caído la ficha en las últimas horas.
El domingo tuvieron una señal con la dura derrota que va mucho más allá de sus aspiraciones por llegar a la Casa Rosada.
Se trata de la posibilidad de sufrir una gran pérdida de bancas en el Congreso que los alejaría de un quórum que siempre lucharon por tener.
Pero también el kirchnerismo se dio cuenta de lo que puede ganar y del poder que estaría en condiciones de acumular en el Congreso.
Un poder que llevaría al oficialismo a hacer lo que más le gusta, sacar las leyes sin que se modifique ni un punto ni una coma.
Esta y no otra es la razón por la cual Ricardo Alfonsín, Eduardo Duhalde, Elisa Carrió, Jorge Altamira y hasta el propio Hermes Binner, ya no miran a la Casa Rosada sino al Congreso y al poder que pueden ganar o perder.
El 23 de octubre, el gobierno aspira a repetir la elección del domingo pero, sobre todo, a evitar que se corte boleta para diputados y también para senadores, en las ocho provincias donde se renuevan los representantes en la Cámara Alta.
De los 257 diputados, se renuevan 129, es decir, el mismo número que se necesita para el quórum.
Aunque no todos coincidan con los números, se puede decir que el oficialismo y sus aliados renuevan 67 de los 111 diputados que tienen.
Y las expectativas del kirchnerismo estarían centradas en sumar 18 diputados más, es decir, alcanzar los 85 en todo el país, lo que llevaría al bloque del Frente para la Victoria a totalizar 129, justo el quórum.
Para eso cuenta con fuerzas amigas, como los radicales K, los socialistas K, Martín Sabbatella, el MPN, los de Tierra del Fuego y otros bloques.
La oposición hoy muestra 135 diputados, pero siempre le costó un gran esfuerzo alcanzar el quórum.
Si la historia se repite podrían perder 14 de las 56 bancas que renuevan y quedar en 121, peligrosamente lejos, para lo que se viene, del quórum.
Después hay otras fuerzas que tienen 11 diputados y perderían los 4 que renuevan, siempre que se repita el mismo resultado.
En el Senado, mientras tanto, no habría mayores cambios. Se renuevan 24 de los 72 senadores en ocho provincias y el kirchnerismo retendría los 16 legisladores que tiene por la mayoría. Los otros 8 quedarían para las minorías.
Así, ninguno tendría los 37 del quórum propio. El oficialismo y sus aliados seguirían con 36 y la oposición con 32.
Frente a este panorama, ¿cómo reaccionarán los candidatos?.
En medio de las divisiones y los problemas de cartel, hay algo que los une y es la certeza de
que solo un milagro haría que CFK no gane en primera vuelta.
Alfonsín-De Narváez
Los dos seguirán intentando unir el agua con el aceite, peronistas con radicales.
Ricardo Alfonsín emprenderá recorrerá el país para cicatrizar las heridas que abrió su candidatura y la alianza con Francisco de Narváez.
En el interior de Buenos Aires, por ejemplo, se notó que algunos radicales hicieron mucho por esta alianza pero otros movieron poco y nada.
Mientras tanto, De Narváez intentará dejar de lado parte de su discurso nacional para meterse de cabeza en territorio bonaerense, sobre todo el conurbano, con los problemas que tiene la gente, comenzando por la inseguridad.
De Narváez le hablará en peronismo puro para recuperar votos que tuvo en 2009 y que ahora se le fueron para Daniel Scioli.
Duhalde
Tiene que reformular toda la estrategia de campaña. Pensó que iba a superar la barrera del 20 por ciento de los votos y estuvo muy lejos de ese objetivo con apenas el 12 por ciento.
Es cierto que unos 7 puntos peronistas migraron hacia su ahora enemigo, Alberto Rodríguez Saá, para también es cierto que no todos los intendentes o dirigentes bonaerenses que se le acercaron, cumplieron con su palabra de promover el corte de boleta.
Binner
El gobernador de Santa Fe tiene el desafío de luchar por ser la principal fuerza de oposición.
Es cierto que su Frente Progresista hizo una buena elección en su provincia, en Córdoba y Capital Federal, pero también es cierto que no hizo el pie que esperaba en la provincia de Buenos Aires.
Si Hermes Binner quiere mejorar el 10,26 que tuvo a nivel nacional, deberá trabajar y mucho en la provincia de Buenos Aires donde tuvo tres puntos menos.
También tiene que demostrar que su aparición en la escena nacional llegó para quedarse y que no será una estrella fugaz como lo fue Julio Cobos.
Rodríguez Saá
El Alberto la tiene clara. Sabe que debe sacarle votos a Duhalde, sobre todo de aquellos peronistas no kirchneristas que pensaron que el bonaerense era la alternativa para forzar al
ballotage.
Carrió
A la Coalición Cívica, como al radicalismo, le da miedo perder poder en el Congreso, después de la mala elección que hizo Elisa Carrió.
Se verá si la autocrítica de Lilita y el llamado a cortar boleta si no están de acuerdo con su candidatura, servirá para mantener en el Congreso legisladores que se hicieron fuertes
denunciando hechos de corrupción que afectan al gobierno.
Altamira
Su desafío está claro. Logró entrar en la carrera presidencial por méritos propios y con una gran mano mediática y de las redes sociales que impulso Jorge Rial con su "unmilagroparaltamira".
Así pasó la frontera del 1,5 por ciento. Ahora quiere poner 3 diputados nacionales (Capital, Buenos Aires y Salta).
Esta división de la oposición o su profundización no hace más que beneficiar a Cristina Kirchner.
Sólo debe seguir navegando en aguas calmas y evitar cualquier turbulencia. Plata en las arcas oficiales no le falta.
Se sabe que continuará con esta imagen que parece inusual en Cristina: dialoguista y no confrontativa.
Intentando mantener cautivos a los votos de clase media que logró en la última elección.
Y tratando de sumar para un Congreso que quiere volver a controlar.
Por lo menos esta es la Cristina que se vislumbra hasta el 23 de octubre. Después, se verá.