Elecciones 2019: Cortocircuitos entre Lavagna y el socialismo por Urtubey
Lifschitz no acepta al salteño como el candidato a vicepresidente y presionará para que lo reemplace Facundo Manes; será clave la elección provincial de mañana.
Condicionado por el resultado en la provincia de Santa Fe , el socialismo espera con los dientes apretados que la semana próxima se defina cómo estará integrada la fórmula de Consenso 2030, luego de que se sumó Juan Manuel Urtubey al espacio que lidera Roberto Lavagna. Creen que la capacidad de fuerza de ese sector político dependerá del resultado electoral en la provincia y en Rosario, donde el escenario es complicado para el oficialismo.
El espacio que encabeza Miguel Lifschitz pretende que Consenso Federal defina no solo la fórmula presidencial, sino también que delinee una estrategia política en conjunto, que plantee una alternativa electoral, con una mirada progresista, que no se cierre en el peronismo. Fuentes cercanas a Lifschitz opinan que el espacio liderado por Lavagna tiene que plantear una diferencia sustancial a las candidaturas ya lanzadas del binomio Fernández y la fórmula integrada por Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto.
El socialismo irá con la propuesta de que el médico Facundo Manes acompañe a Lavagna. "Las fórmulas se empiezan a discutir de aquí al 22 de junio", afirmó Lifschitz a LT9 de Santa Fe, cuando fue consultado sobre la posibilidad de que Consenso Federal compita con la fórmula Lavagna-Urtubey.
El gobernador santafesino se cuidó de hacer algún comentario sobre su par salteño, y a esa decisión se plegó el resto de la dirigencia socialista, imbuida a pleno en la campaña electoral.
La idea de que Manes sea el candidato a vice le da margen al socialismo para moverse con mayor comodidad, aunque admiten que es factible, por el contexto político actual, que se confirme que Consenso Federal inscribirá el 22 de junio la fórmula integrada por el exministro de Economía y el gobernador salteño. En el socialismo admiten que nadie está pensando en el armado nacional en este momento, cuando todas las preocupaciones están depositadas en conservar el poder en la provincia de Santa Fe y en Rosario, un bastión de ese partido que gobierna allí desde 1989.
En el socialismo no pierden las esperanzas de que si logran un triunfo en Santa Fe, donde el resultado está abierto y viene complicado para el partido que gobierna desde hace 12 años la provincia, tengan la espalda para proponer un plan B a Urtubey, cuyo nombre surgió como compañero de fórmula de Lavagna minutos después de que tomara la decisión de sumarse a Consenso Federal.
Si se confirma que Consenso Federal irá con la fórmula de Lavagna y Urtubey, en el socialismo tragarán saliva y respirarán hondo, pero no se irán de ese espacio. El Frente Progresista de Santa Fe, la coalición entre el socialismo y un sector de la UCR, necesita contar con una referencia nacional para evitar lo que le sucedió en 2017, cuando quedaron terceros, al obtener un 14 por ciento de los votos, detrás de peronismo y Cambiemos.
Cuando Lifschitz comenzó a reunirse con Lavagna a principios de enero, mientras el exministro de Economía veraneaba en Cariló, el escenario político era diferente. El gobernador santafesino aspiraba a ser el compañero de fórmula de Lavagna, pero la vorágine política fue alejando esa posibilidad sobre todo cuando los competidores comenzaron a mover sus fichas.
Lifschitz fue partidario de una alianza con el peronismo, con el sector de Alternativa Federal, pero respaldó la decisión de Lavagna de negarse a ir a internas para definir la candidatura presidencial. Las dificultades del armado de ese espacio se complicaron aún más luego del acuerdo de Sergio Massa con el kirchnerismo y de la convocatoria de Pichetto para que acompañara a Macri en la fórmula presidencial.
En la militancia del socialismo cayó como un baldazo de agua fría la incorporación de Urtubey a ese espacio, al que consideran un dirigente conservador, más cercano al candidato del PJ Omar Perotti, que a su competidor Antonio Bonfatti.