El violador siempre viola
Por Lorena Lalín. Un violador es un enfermo. Nunca se recupera. Siempre mantiene el instinto de volver a abusar de otra persona. Nosotros lo sabemos, pero parece que la justicia no. Los libera, los suelta a la sociedad... y el violador sigue violando.
Por Lorena Lalín
@lorelalin
llalin@diarioveloz.com
Juan Ernesto Cabezas fue condenado por cuatro violaciones y hace dos semanas salió en libertad condicional. Comenzó a trabajar de remisero, auto que se tomó Tatiana Kolodziey , que luego de subir al vehículo desapareció, desde el sábado a la noche. Ayer fue hallado su cuerpo. La justicia acusa a Cabezas de violarla y asesinarla.
A Cabezas no le bastó 16 años de cárcel para volver a violar. A pesar de pasar buena parte de su vida encerrado, el remisero no dudó un segundo en volver a abusar de una mujer, a quien mató, según se cree por haber intentado resistirse.
Una vez más, la pregunta es... si nosotros, simples ciudadanos que nada sabemos de policiales y judiciales, estamos convencidos de que un violador nunca se recupera, y sistemáticamente vuelve a abusar de otras mujeres (u hombres) a pesar de pasar años encerrados en una cárcel, ¿cómo puede ser que los jueces y los peritos no lo sepan?
Para empeorar este caso, el juez Axel López, responsable de liberar a Cabezas, ya cuenta con el antecedente de haber liberado al violador y asesino de Soledad Bargna, una joven de 25 años, muerta en 2009. Para el caso de Cabezas, el juez López tenía una oposición del fiscal, le dio mal el examen penitenciario, que decía que Cabezas era un psicópata, un negador, que no tiene noción del mal; y además, el informe del cuerpo forense que decía que Cabezas tiene una personalidad psicopática y hay un riesgo de que reincida. A pesar de que los informes le daban negativo, López nuevamente hizo caso omiso y liberó a un violador.
En Estados Unidos existe la "Ley Megan", que consiste en que la foto de un violador, luego de salir de la cárcel, es expuesta públicamente para que sus nuevos vecinos sepan sus antecedentes y sus actitudes puedan ser controladas para que no vuelva a cometer el mismo delito.
En Argentina nada se previene. Una cadena de negligencias generó una nueva mujer abusada y asesinada. Una muerte que podría haberse evitado. Un delito que no encuentra una solución concreta en la justicia.
El violador no puede controlarse, el violador es un enfermo serial, el violador nunca se recupera, el violador siempre es violador.
@lorelalin
llalin@diarioveloz.com
Juan Ernesto Cabezas fue condenado por cuatro violaciones y hace dos semanas salió en libertad condicional. Comenzó a trabajar de remisero, auto que se tomó Tatiana Kolodziey , que luego de subir al vehículo desapareció, desde el sábado a la noche. Ayer fue hallado su cuerpo. La justicia acusa a Cabezas de violarla y asesinarla.
A Cabezas no le bastó 16 años de cárcel para volver a violar. A pesar de pasar buena parte de su vida encerrado, el remisero no dudó un segundo en volver a abusar de una mujer, a quien mató, según se cree por haber intentado resistirse.
Una vez más, la pregunta es... si nosotros, simples ciudadanos que nada sabemos de policiales y judiciales, estamos convencidos de que un violador nunca se recupera, y sistemáticamente vuelve a abusar de otras mujeres (u hombres) a pesar de pasar años encerrados en una cárcel, ¿cómo puede ser que los jueces y los peritos no lo sepan?
Para empeorar este caso, el juez Axel López, responsable de liberar a Cabezas, ya cuenta con el antecedente de haber liberado al violador y asesino de Soledad Bargna, una joven de 25 años, muerta en 2009. Para el caso de Cabezas, el juez López tenía una oposición del fiscal, le dio mal el examen penitenciario, que decía que Cabezas era un psicópata, un negador, que no tiene noción del mal; y además, el informe del cuerpo forense que decía que Cabezas tiene una personalidad psicopática y hay un riesgo de que reincida. A pesar de que los informes le daban negativo, López nuevamente hizo caso omiso y liberó a un violador.
En Estados Unidos existe la "Ley Megan", que consiste en que la foto de un violador, luego de salir de la cárcel, es expuesta públicamente para que sus nuevos vecinos sepan sus antecedentes y sus actitudes puedan ser controladas para que no vuelva a cometer el mismo delito.
En Argentina nada se previene. Una cadena de negligencias generó una nueva mujer abusada y asesinada. Una muerte que podría haberse evitado. Un delito que no encuentra una solución concreta en la justicia.
El violador no puede controlarse, el violador es un enfermo serial, el violador nunca se recupera, el violador siempre es violador.