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El verano de la Mole Moli

Son casi las dos y media de la madrugada del jueves y el tránsito de la calle más céntrica de Carlos Paz debió cortarse de manera imprevista.

A lo lejos, se puede observar cómo una verdadera masa humana pasea de un lado a otro a un gigante de casi dos metros de altura. Los flashes de las cámaras no le dan respiro, y él contesta a pura sonrisa. Es que sin duda alguna, Fabio la Mole Moli es el personaje más querido y buscado de El gran show , la obra de teatro que el cordobés encabeza en la perla serrana.

Al boxeador –devenido hoy en estrella del mundillo artístico- le alcanzan un manojo de minutos en el escenario para que la sala entera delire con su presencia. No bien el Muñeco Mateyco anuncia su apellido el teatro estalla. Y ni hablar cuando el campeón de Bailando por un sueño se sienta en la tarima y relata vivencias y sus amoríos con la Negra . Es que La Mole, acompañado del interminable José Luis "Puma" Rodríguez y Gladys Florimonte; además de Pamela David y Virginia Gallardo, hacen de El gran show un cóctel veraniego efectivo y popular.

En el teatro Coral sobran algunas butacas en lo que será la primera de las dos funciones diarias del espectáculo. El comienzo es a puro baile y música: Pamela David y Virginia Gallardo son las encargadas de levantarle la temperatura al show. La ex de Ricardo Fort recibe palos de todos los costados por su relación amorosa con el mediático chocolatero, a quien la sala entera abuchea cada vez que se lo nombra. Entre los distintos cuadros musicales y montada sobre su pequeña estatura, Gladys Florimonti hace y deshace a su antojo sobre las tablas.

Sobresale con su ya conocido personaje de Zulma, una especie de parodia de una mujer mayor de edad que vive excitada y deseosa por el sexo opuesto. Y entonces, la Florimonti convierte su cuerpo en un arma letal que va detrás de la conquista del público: la capocómica se mete la obra en el bolsillo y la gente se lo hace saber con estruendosos aplausos.

La apariciones de Juan Alberto Mateyko son el presagio de lo que vendrá a escena. Y quien mejor que él, con su saco blanco arremangado hasta los codos, para presentar a "mi amigo" José Luis "el Puma" Rodríguez: intacto, como si los años no le pasaran factura, el cantante venezolano ofrece un mini recital con algunos de sus grandes hits como Agárrense de las manos y Abrázame .

Parece que no hay tiempo para más después de 110 minutos de show. El elenco entero agradece la respuesta del público. Los artistas se retiran de escena, pero la gente parece atornillada en las butacas. Hay aplausos y gritos. Todos, para que la Mole Moli regrese a las tablas. El gigante aparece por el cortinado y la ovación se renueva. Mientras tanto, afuera del teatro, un centenar de personas aguardan con ansias por una foto con -sin dudas y por estos días-, el cordobés más famoso.