El uso de los embriones
*Por José Juan García. La sentencia de la Corte de Justicia de Europa, emitida el pasado martes 18 de octubre del corriente año referida a la indisponibilidad de usar células o líneas celulares obtenidas de embriones humanos ha sido noticia que en estos días comenta el mundo entero. Leamos en primer lugar lo positivo.
La sentencia afirma que es posible un procedimiento que hace uso de embriones humanos si el mismo tiene por finalidad realizar un diagnostico sobre el embrión o en otro caso, una terapia que mejore el embrión mismo, si fuese posible técnicamente. Todo un estímulo para la ciencia entonces.
Pero la sentencia avanza prohibiendo lo contrario: no puede ser objeto de experimento un embrión si su uso mira sólo fines de investigación científica. La Corte precisa también que los procedimientos que prevén el tomar células estaminales de embriones humanos en el estadio de blastocisto -como sabemos, es el embrión que apenas ha alcanzado cinco días después la fecundación- y luego son destruidos, no podrán ser realizados. La Corte no interviene sobre la posible creación de embriones humanos, pero pone un límite significativo a su instrumentalización.
Previo a esta sentencia, no han faltado intentos a modo de lobby, de influenciar en el criterio. De hecho, en la revista científica "Nature'' del 28 de abril, se publica un llamado del investigador Austin Smith del Wellcome Trust Center de Cambridge y colegas, y en Italia la voz se alza desde la "'Unistem dell'università de Milán''. Ambos grupos habían suscitado el debate con el fin de que la Corte autorizase la posibilidad de hacer uso de células embrionales humanas.
En ese documento se sostenía que las células estaminales embrionales son solo líneas celulares y no embriones. Pero el mismo texto omitía deliberadamente decir que estas líneas proceden en su origen de la destrucción de embriones humanos, a los que podemos llamar seres humanos en vía de desarrollo. Existen a la fecha centenares de experimentos de estas líneas, sobre todo en los EEUU.
La sentencia de la Corte se debe a una serie de actuaciones que tuvieron su origen en un recurso presentado en Alemania. Greenpeace había impulsado el proyecto, contrario a los experimentos realizados en 1999 por parte del profesor Oliver Brustle, ahora en la universidad de Bonn, quien había sí procedido con células neuronales derivadas de embriones comercialmente disponibles. Greenpeace sostenía que tal proceder violaba la convención europea de procedimientos experimentales de 1973, por entenderlo "contrario al orden público y a la moralidad''.
En el 2006 la Corte federal de Munich ha recibido esta denuncia de Greenpeace. Por tanto el prof. Brustle ha presentado su recurso opuesto a la Corte de justicia europea.
En esta sentencia del pasado 18 de octubre, que el diario "L'Osservatore romano'' del día 20 saluda como una sentencia en favor de la dignidad de la persona, se establecen principios claves y fundamentales: las células en el primer estadio de un cuerpo humano en desarrollo deben ser clasificadas como embriones y por tanto no objeto de experimento; incluso el estadio de blastocisto debe ser entendido como verdadero embrión.
Como ha sostenido la Corte, el principio de dignidad humana de la ordenanza 98/44 que "prohíbe el uso de embriones humanos para fines comerciales e industriales'' es un principio que se ha de aplicar no sólo a una persona humana adulta o a un neonato, sino también al cuerpo humano desde su primer estadio del desarrollo.
Por tanto también las así llamadas células estaminales embrionales han de seguir la regla, pues no pueden ser obtenidas del blastocisto y acabar con el embrión.
La investigadora española Mónica López Barahona, creó en Madrid un centro de células troncales procedentes de adultos o de cordón umbilical, y trabaja con su equipo en esta área, sin problema legal y moral alguno. Nunca una ofensa a la dignidad personal como la que hemos de atribuir a los embriones humanos. Y espera obtener resultados benéficos para curar graves enfermedades genéticas. Conjuga así ciencia y ética. Un ejemplo.
También la sentencia de la Corte europea es un ejemplo. Y como dice el diario romano citado recién, esperamos solamente que dure en el tiempo.