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El triunfo de Macri

Aunque aún falte la segunda vuelta, el rotundo triunfo obtenido por el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri sobre el candidato kirchnerista Daniel Filmus en las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires controvierte algunos asertos políticos que venían circulando prácticamente sin objeciones.

Uno de ellos es el de la invulnerabilidad electoral de la Casa Rosada. Un análisis detallado de los comicios que se han realizado hasta ahora indica que lo de Catamarca, con el éxito del FV contra el oficialista FCS, fue una excepción. La norma sigue siendo que los oficialismos distritales ganan, más allá del posicionamiento que tengan respecto de la Casa Rosada. En Salta fue reelecto el gobernador Juan Manuel Urtubey, que no es un kirchnerista puro; en Chubut, tras una polémico proceso, terminó imponiéndose la fórmula que impulsaba el gobernador Mario Das Neves, aunque lo del kirchnerismo pueda allí calificarse con justicia como una hazaña; en Misiones fue reelecto el gobernador Walter Closs con el Frente Renovador de la Concordia, aliado del kirchnerismo; en La Rioja, reelecto Beder Herrera; en Neuquén, reelecto Jorge Sapag; en Tierra del Fuego, la gobernadora Fabiana Ríos fue reelecta en balotaje contra la alternativa del FV, que había ganado en primera vuelta. Y ayer se impuso Macri por casi 20 puntos de diferencia sobre Filmus. Sólo en Catamarca se dio una derrota oficialista en lo que va del año.
 

Las elecciones porteñas, no obstante, no fueron tan drásticas para los kirchneristas como para otras fuerzas que quedaron desnudas en su insignificancia. "Pino" Solanas, con su Proyecto Sur, apenas superó el 10%; la Coalición Cívica de Elisa Carrió obtuvo un magro 3%; el radicalismo, otrora muy fuerte en el distrito, el 2% con Silvana Giudici. El estrepitoso fracaso de estas fuerzas políticas resultó más notorio por cuanto todas ellas presentan -a diferencia del PRO de Macri- candidatos a las presidenciales, y en las negociaciones previas al cierre de las candidaturas exponían desmesuradas pretensiones de protagonismo para acceder a acuerdos. Es el argumento que usan los "K" para tratar de restringir la proyección nacional de las elecciones porteñas. Vano intento. Ricardo Alfonsín, en vistas de la pobre performance de su UCR, salió rápidamente a comprometer su respaldo a Macri para la segunda vuelta. Carrió leyó que el 70% de los electores porteños se pronunció contra el kirchnerismo, sin aludir al 97% que se expresó en contra de ella. Solanas, por su parte, quedó tercero muy lejos, y se le cayeron la mitad de los votos que había logrado en 2009. Más que palabrerío hacía falta para romper la polarización.

Otro dato interesante de los comicios porteños pasa por las limitaciones electorales de La Cámpora, que llevaba como primer candidato a diputado a Juan Cabandié en el Frente para la Victoria. Cabandié obtuvo menos del 15% de los votos, esto es, la mitad de los que se llevó Filmus. La propuesta de La Cámpora se vio perjudicada por otras dos "colectoras" de Filmus, encabezadas por Aníbal Ibarra y Gabriela Cerruti. Los camporistas, apadrinados por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, se la veían venir. La Casa Rosada presionó para que Filmus no participara de los actos de Ibarra y Cerruti y apareciera siempre pegado a Cabandié. Pero de todos modos, un 12% del electorado peronista prefirió canalizar su voto hacia Filmus a través de propuestas legislativas menos "ultra" que La Cámpora.

El electorado porteño parece ser muy poco permeable a las políticas nacionales que tienen un impacto alto en otras regiones. Buenos Aires es, por ejemplo, una ciudad con servicios de transporte, gas y electricidad subvencionados y más baratos que en el resto del país. Tal circunstancia, que obedece a políticas nacionales, no tiene incidencia determinante en los procesos electorales. Son otras cosas las que, para bien o para mal, evalúan los porteños. La segunda vuelta será el 31 de julio. Filmus tiene que revertir una diferencia de casi 20 puntos, que es casi medio millar de votos. Habrá que ver qué pasa, y qué pasa en las elecciones que todavía faltan antes de las internas del 14 de agosto: Santa Fe y Córdoba.