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El trascendente rol que cumplen las bibliotecas populares en la Ciudad

A pesar del auge de Internet y del previo apogeo de los medios audiovisuales que, como el cine y la TV, modificaron profundamente los comportamientos de la población, las bibliotecas populares de nuestra ciudad, anidadas en instituciones barriales, culturales, sindicales y sociales, no sólo gozan de buena salud sino que, renovadas, cumplen un rol primordial como difusoras de conocimientos.

Así lo señalaron, en forma coincidente, los directivos de diferentes entidades quienes, sin embargo, admitieron que hace algunos años se temió por la posible desaparición de muchas bibliotecas, fundamentalmente por la incidencia de nuevas tecnologías que parecían absorber por completo la atención de las personas, privándolas de lectores.

Sin embargo, la inteligente absorción por parte de las bibliotecas populares de esas tecnologías -como, por caso, la de Internet- hizo que ahora se vean multiplicados los usuarios, captándose cada día más lectores. La incorporación de computadoras a las salas de lectura resultó fundamental, así como la creciente utilización de CDs o DVDs como nuevas herramientas en las casi sesenta bibliotecas populares existentes en nuestra ciudad.

La creciente relación de las bibliotecas populares con las escuelas ubicadas en su radio de acción constituye otro paso positivo, ya que numerosos escolares asisten a ellas o reciben la visita en las aulas de narradores que divulgan el contenido de valiosos libros, enviados por las propias bibliotecas. También se han hecho costumbre ahora las visitas guiadas de delegaciones escolares.

Consecuencia de la unión de la política educacional sarmientina y de las inquietudes que llegaron a nuestro país de la mano de la inmigración, las bibliotecas populares en La Plata tuvieron un rápido desarrollo y contribuyeron a la formación de generaciones de platenses que, de otra manera, no hubieran tenido fácil acceso al libro. Pero, ahora, otra nota positiva la da la creciente presencia de lectores adultos que hoy se acercan a las bibliotecas.

Cada uno de los barrios platenses cuenta con una o dos bibliotecas populares que lograron convertirse, a lo largo de tantas décadas de esforzado funcionamiento, en focos culturales de primer orden. De allí que merezca ponderación el servicio prestado por tantos dirigentes y personas que, con todo desinterés, fortalecieron la presencia de estas entidades.

Es seguro que persisten las carencias. Escasos recursos, subsidios que apenas alcanzan para pagar parte de los sueldos al personal auxiliar, dificultades para mantenerse y para renovar no sólo el material bibliográfico, sino, ahora también, los nuevos equipos tecnológicos y, además, la necesidad de contar con más personal especializado para atender la creciente demanda, son los desafíos cotidianos que enfrentan las bibliotecas.

Sin embargo, una tradición tan rica y el mismo espíritu solidario de los dirigentes y vecinos garantizan que las bibliotecas populares seguirán prestando, como lo hicieron desde siempre, señalados servicios en la Ciudad.