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"El tipo de cambio real sigue siendo competitivo

*Por Tomás Lukin. La presidente del Banco Central salió al cruce de las críticas sobre atraso cambiario y, por el contrario, afirmó que la estrategia de acumulación de reservas es una potente política para frenar la apreciación.

Desde que asumió la presidencia del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont se convirtió en protagonista relevante del debate sobre el paradigma neoliberal que regula el funcionamiento de las bancas centrales. En una entrevista exclusiva con Página/12, advierte que "sin modificar las leyes, porque todavía no prosperaron los cambios en la Carta Orgánica, demostramos que el Banco Central tiene grados de libertad para hacer otras políticas. Tenemos una visión muy distinta de lo que es el pensamiento ortodoxo convencional y a los presidentes que me precedieron respecto del rol del Banco Central, la estabilidad y la inflación". Marcó del Pont fue contundente en todos los temas controvertidos: "La emisión no genera inflación"; "la falta de billetes es un problema coyuntural que ya está resuelto"; "si no compráramos dólares para las reservas, el dólar bajaría a 2,80 pesos"; "este año aumentará fuerte el crédito y en especial el destinado a la producción"; "la ortodoxia quiere enfriar la economía". Marcó del Pont rechaza la teoría monetarista de los precios donde la emisión genera inflación. Ofrece un diagnóstico más complejo donde se combinan problemas del lado de la oferta, con la evolución de los precios internacionales y la puja distributiva. "La emisión no genera inflación. El crecimiento económico tiene necesariamente como contrapartida una mayor demanda de dinero. Este Banco Central piensa la economía argentina, los desafíos que hay en materia de estabilidad y los problemas en materia de precios internos a partir de la actividad real. En ese sentido la reconstrucción del canal del crédito es fundamental." En un momento, Marcó del Pont interrumpe la entrevista brevemente para chequear la evolución del tipo de cambio y las principales variables financieras antes del cierre del mercado. Regresa y afirma: "Cuando dicen que el Banco Central acumula reservas para pagar deuda, se deja de lado la importancia económica de la política de acumulación de reservas como mecanismo para evitar la volatilidad y la apreciación del tipo de cambio". La cotización del dólar había cerrado a 4 pesos por unidad y apunta que sin la intervención del Banco Central en el mercado de cambios la cotización del dólar "se hubiera desplomado hasta 2,80 pesos, nosotros no vamos a permitir eso".

–Algunos economistas y empresarios advierten que existe una apreciación real del tipo de cambio que resta competitividad a la economía local.

–El tipo de cambio real sigue siendo competitivo en términos históricos. Obviamente se apreció con respecto a los máximos alcanzados luego de la hiperdevaluación. El tipo de cambio ajustado por salarios sigue siendo competitivo en relación con los principales países a los que exporta Argentina. Cuando vemos lo que sucede con nuestro comercio exterior verificamos que venimos avanzando muchísimo en términos de cantidades exportadas y además se observa un crecimiento en la participación de las manufacturas industriales. Ese equilibrio del sector externo es una pauta fundamental para saber qué tengo que hacer en términos de política cambiaria.

–Las exportaciones crecieron, pero también lo hicieron fuerte las importaciones.

–Incluso con el crecimiento de las importaciones, en una economía que creció al 9 por ciento, Argentina sigue teniendo un superávit en cuenta corriente. Esos saldos no son solamente efecto soja, sino que está vinculado con cambios cualitativos que se están dando en el perfil exportador y que tenemos que profundizar. Se enojan porque hablo de la economía real, pero lo hago porque tengo una visión distinta de la monetarista.

–En los últimos meses el tipo de cambio no varió significativamente. Tranquiliza a los ahorristas, pero inquieta a los industriales.

–Entre 2008 y 2010 Argentina tuvo una devaluación nominal del 28 por ciento, mientras que en el mismo período predominaron los países que se apreciaron como Brasil, Sudáfrica, Chile, Indonesia y Colombia. En los últimos dos años Argentina fue el único país de América latina que no dejó apreciar el tipo de cambio. Nosotros seguimos el tema muy de cerca. Miramos si el tipo de cambio afecta al crecimiento o alienta la erosión del sector externo y eso no está sucediendo. La devaluación del 4-5 por ciento que tuvimos el año pasado supuso un esfuerzo enorme del Banco Central comprando todos los dólares del comercio exterior.

–Un dólar casi planchado también sirve como ancla para los precios.

–Existe una correlación muy alta entre los precios internos y los precios internacionales y no vamos a permitir que se aprecie el tipo de cambio para neutralizar esa situación que es lo que nos piden en muchos ámbitos internacionales. A su vez, cuando piden devaluar en un contexto de precios internacionales muy altos tampoco explicitan el impacto regresivo sobre la distribución del ingreso. Para los países en desarrollo la estabilidad del tipo de cambio es fundamental a la hora de pensar la inversión y el ahorro en moneda local. En Argentina hay que discutir competitividad más allá del tipo de cambio desde una perspectiva sistémica donde también esté contemplado el crédito. En Brasil, una parte de la apreciación es neutralizada con el Banco Nacional de Desarrollo (Bndes).

–¿Qué significa expandir el crédito?

–El Programa Monetario 2011 busca responder a una de las críticas que se hacen a la economía sobre el bajísimo nivel de crédito en relación con el Producto. Para poder recuperar niveles históricos de crédito y monetización los agregados monetarios tienen que crecer más que el nivel de actividad. Este año queremos que el crédito pase del 11 al 12 por ciento del PIB, para subir un punto porcentual el crédito tiene que aumentar entre 30 y 35 por ciento. Además apuntamos a que sean préstamos destinados al sector productivo y no tanto al consumo. Entiendo que a algunos les pueda preocupar que nosotros nos desentendamos sobre lo que pasa con la demanda de dinero al momento de expandir la oferta, pero este año Argentina va a tener un fuerte crecimiento de la demanda de crédito, como sucedió en el último trimestre de 2010.

–¿Es suficiente una decisión del Banco Central para que el crédito crezca?

–El Banco Central tiene que encarar una estrategia monetaria, cambiaria y financiera consistente con el proyecto de país. Tenemos instrumentos limitados para promover el crédito pero igual encontramos un resquicio importante como fue la creación del Fondo del Bicentenario que busca resolver la estabilidad de largo plazo. Son 8000 millones de pesos dirigidos a sectores estratégicos que tienen que ver con ampliación de capacidad productiva, sustitución de importaciones y creación de empleo. Hay que profundizar el canal del crédito en conjunto con los bancos, más allá de lo que podamos hacer nosotros. Armamos un Programa Monetario para 2011 consistente con una economía que crece mucho, que tiene que recuperar niveles de crédito, de depósitos y de ahorro.

–¿Están estudiando nuevas herramientas?

–Estamos trabajando en conjunto con los bancos en el marco del diálogo económico social que lanzó la Presidenta. Ahora existe un compromiso más claro de la banca para el financiamiento a la producción. Eso es algo que les había pedido la Presidenta. Así como lanzamos la línea de Financiamiento del Bicentenario para resolver el desfasaje que existía entre plazos de depósitos y la necesidad de crédito, estamos viendo qué se puede hace para resolver los posibles desfasajes entre las tasas de interés de corto y largo plazo. Este año tiene que crecer el crédito.

–¿Qué es lo que puede hacer el Banco Central en materia de control de las presiones en los precios?

–Este modelo económico es sustentable porque neutralizó una fuente histórica de aceleración inflacionaria que era el desequilibrio externo. Las crisis argentinas siempre estuvieron vinculadas con un proceso de estrangulamiento externo, fuertes devaluaciones y también desequilibrios fiscales, donde existía una expansión monetaria que no tenía contrapartida en materia de demanda de dinero.

–¿Cuál es la responsabilidad del Banco Central?

–Mantener esa situación de equilibrios macroeconómicos que eliminan las fuentes de peligro inflacionario.

–¿Algunos economistas dicen que el problema de la inflación se recupera con credibilidad?

–¿Qué quiere decir ser creíble para esos economistas? Significa volver a plantear la vieja lógica neoliberal con políticas amigables para el mercado financiero, colocar deuda en el exterior para financiarse a pesar de que podemos hacerlo en forma más barata y virtuosa con las reservas. Ser creíble es frenar la mejora de los salarios en la distribución funcional del ingreso. Ser creíble es reducir el gasto público y dejar de lado la política de la distribución del ingreso.

–¿Qué es ser creíble para la actual conducción del Banco Central?

–Tenemos que valorar la autonomía que recuperamos en los últimos años. Esto no significa desconocer que existan problemas o que algunos precios aumentan más de lo deseable, pero no podemos equivocarnos en el diagnóstico a la hora de resolver los problemas. La visión del ajuste también está en el discurso internacional. A los países de Europa les piden que sean creíbles, que salgan a colocar deuda, que ajusten, que reduzcan el estado de bienestar. Es una película que ya vivimos.