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El susto electoral

* Por Raúl Acosta. El 22 de mayo se definen candidaturas en las internas en la provincia de Santa Fe. Quedará uno por el Frente Progresista.

Cívico y Social (FPCyS) y uno por la fracción triunfante del peronismo. El hombre del Pro y alguien de la izquierda completarán la grilla. Es en ese 23 de mayo, tras el recuento, cuando comenzará a delinearse la provincia que viene. Todos tienen su tribulación. El día previo a la contienda ha comenzado. El susto es parte de la valentía. Todos juegan bastante más que su propia biografía.

Miguel Lifschitz es la primera vez que elige candidatos y se convierte en padrino protector. Mónica Fein no era candidata. En el acuerdo para blindar la nave madre del socialismo (la ciudad de Rosario) fue designada y Miguel Lifschitz, con su nombre, debe traccionar votos. Su medición, que lo hubiese consagrado como candidato a gobernador con buen plafond, se ha trocado en una senaduría departamental, la promesa de una tercera gobernación del FPCyS y la responsabilidad. Es en su nombre que el socialismo debe conservar Rosario.

Agustín Rossi, antes del 27 de octubre de 2010, era el único kirchnerista en una provincia donde tal condición obligaba a cuidarse de tomatazos, insultos y abucheos, aún en los paradores de la autopista. Ahora, que cesó la tormenta advierte que no está solo y que, acaso, le sigan pidiendo desde Casa Rosada que frene su legítimo deseo: la Gobernación.

Jorge Boasso, ejecutor fiscal y varias veces concejal, ha sido parte integrante de diversas estructuras políticas. Hoy encabeza la posibilidad. Será el intendente que devuelva a los radicales al Palacio de los Leones. O no. Todo comenzó con Horacio Usandizaga. Es su turno.

Hermes Binner posee una intención de voto que no tiene parangón en la provincia. Nunca se sabrá si tanto anhelo de reelección era porque se trataba de un imposible. Decidió que la continuidad sea para alguien del sur (chau rotación con la ciudad de Santa Fe para el cargo) y aceptó una interna que lo compromete al triunfo. Binner tiene la final antes de los partidos clasificatorios. El 22 de mayo se juega su destino.

Rafael Bielsa aparece por segunda vez en la provincia. Es rosarino, pero no vive aquí el día a día. En la primera interna que participó ganó su candidatura. Perdió la elección general contra Hermes Binner. Ahora ha vuelto. En este caso hay cobertura familiar. Su definición de kirchnerista deja fuera votos peronistas que no quieren a CFK y disputa los propios junto a Rossi.

Miguel Del Sel (el midachi) fue invitado a participar. Es mucho, casi excesivo el grado de adhesión que consigue. Nadie sabe si eso se convertirá en votos en una interna y votos en una general. Donde llega le transfieren sus problemas, sus angustias. Es el "de afuera" a quien contarle las cuitas. Muchas cuitas. Ni siquiera el PRO imaginó que obtendría más simpatías que cualquiera de sus compañeros de ruta. Del Sel es más que Macri en la provincia de Santa Fe.

Héctor Cavallero sabe que esta es su oportunidad decisiva. Fue quien comenzó una gesta (concejal, luego intendente, luego la historia conocida) Será un caso insólito si consigue otra vez la Intendencia.

Tanto Omar Perotti como Juan Carlos Mercier representan claramente un peronismo que no adhiere al kirchnerismo. En un caso porque no (Perotti). En otro porque no lo desea (Mercier). Si suman muchos votos serán los primeros en respirar hondo y pellizcarse.

El ingeniero Mario Barletta, radical, cuando nadie lo esperaba, arrebató la ciudad de Santa Fe al peronismo. Ahora aspira a la provincia. Si pierde es una cuestión, si pierde en su terruño otra. Si gana deberán revisar muchas cuestiones sus amigos y sus aliados en el FPCyS.

Diego Giuliano fue la gran esperanza de un peronismo renovado en la ciudad de Rosario.

Todos conversaron con él. Hombre joven, moderado, estudioso, se ha encontrado en mitad de dos ríos revueltos. El kirchnerismo de una parte (está en la lista con Rafael Bielsa) y el peronismo no oficial, cercano al Reutemann o libre. En mitad de las dos correntadas deberá demostrar su calidad.

Rubén Giustiniani fue senador saliendo en todas las fotos junto a Binner. No fue hace mucho. Su grado de conocimiento quedó alto. Su candidatura a gobernador dividió aguas en el socialismo. De ganar una será la historia, de perder será muy grande la factura que le reclamarán. Cuando Binner dice la continuidad del proyecto es Bonfatti, provoca una divisoria de aguas que hace tiempo no se conocía en el partido que lleva la foto de Guillermo Estévez Boero como una estampita laica.

El socialismo tiene su asustada respiración entrecortada. Está toda la continuidad en juego. Rosario, la provincia, las senadurías, los diputados, la división de una provincia en nodos que quitaron influencia a la burocracia santafesina. Debían asustarse. Lo están manifestando. No hay tanta experiencia en guerras intestinas.

El peronismo, en Santa Fe, está sin padrinos. Hasta hoy el hombre con más votos abandonó el generalato. Hasta hoy se ha ido antes de la batalla. Si el peronismo se reconstruye sin Reutemann el susto será suyo. Habrá entrado en la historia. Si se reconstruye alrededor del kirchnerismo (Agustín Rossi o la nueva oferta, Rafael Bielsa) el análisis de la sociedad provocará el susto general.

El radicalismo ve cerca de la meta todos sus anhelos. Aníbal Reinaldo, Luis Cáceres, Horacio Usandizaga. Aquellos que no supieron trasladar la ola de Alfonsín a la provincia observan que ahora puede ser. De hecho Griselda Tessio llegó donde nadie lo hizo, excepto su padre. Si de algún modo el radicalismo crece será con otros nombres. La historia se ha cobrado lo suyo. Es más que susto.

La sociedad tiene miedo, inseguridad, dineros (pocos) y aumentos (muchos).

Todos tienen número y color. El susto electoral es el tema de abril. Las internas están en marcha.