El Sumo Pontífice denunció aumento del desempleo y aseguró: "Algo no funciona"
El Sumo Pontífice se refirió a los problemas económicos que azotan al mundo e hizo un llamado de atención.
El Papa Francisco denunció hoy que el "desempleo" está aumentando de modo exponencial y advirtió que se está "extendiendo en forma preocupante a los confines de la pobreza".
Esta "es la peor forma de pobreza material", dijo el Pontífice, "muestra que algo no funciona, no se refiere más solo al sur del mundo, sino al planeta entero", afirmó Jorge Bergoglio en la audiencia a la formación Centesimus Annus Pro Pontifice.
El Papa pidió "volver a pensar en la solidaridad, no más como simple asistencia respecto a los más pobres sino como forma de repensamiento global de todo el sistema, como búsqueda de caminos para reformarlo y corregirlo de modo coherente con los derechos fundamentales del hombre, de todos los hombres".
"A esta palabra no bien vista en el sistema económico, como si fuese una mala palabra, hay que volver a dar su merecida ciudadanía social", subrayó. El pontífice recordó la enseñanza de Benedicto XVI sobre la "crisis ética y antropológica" y recaídas de ésta sobre la economía, citando a su predecesor tanto por la encíclica Caritas in veritate como por sus discursos.
"Se olvidó y se olvida aún, dijo el papa argentino, que por encima de los negocios, de la lógica y de los parámetros del mercado, está el ser humano y es algo que se debe al hombre en cuanto hombre, en virtud de su dignidad profunda: ofrecer la posibilidad de vivir dignamente y de participar activamente al bien común".
Aquí Francisco citó la "Caritas in veritate", respecto al hecho que "toda actividad humana, incluso la económica, justamente porque es humana, debe ser articulada e institucionalizada éticamente".
"Debemos volver a la centralidad del hombre a una visión más ética de las actividades y de las relaciones humanas, sin el temor de perder algo", agregó.
Poco antes, en la misa en Santa Marta, Bergoglio había hablado de la necesidad de una Iglesia con las "puertas abiertas", no de una "aduana" donde quien busca a Jesús es alejando porque cometió algún error. Tener alejadas a las personas, no es "celo", y los "controladores de la fe" no son del agrado de Jesús, que quiere su Iglesia a todos los que buscan amor.
Recordó también cuánto el Concilio Vaticano II dijo sobre la "fe del pueblo de Dios y la fe de los simples". En la misa participó un grupo de sacerdotes. Parte de la homilía fue publicada por la radio Vaticana.
Partiendo del paso del Evangelio en el cual Jesús pide que no sean alejados los niños que lo buscan, Jorge Bergoglio dio algunos ejemplos, extraídos tanto de la Biblia como de la vida cotidiana.
Entre éstos el de un sacristán que, frente a una pareja de novios que pide ser acompañada al matrimonio, responde con el pedido de certificados y con tarifas de las misas, y el de una joven madre que pide el bautismo para el hijo y se siente reprochar por el hecho de no estar casada.
Esta "es la peor forma de pobreza material", dijo el Pontífice, "muestra que algo no funciona, no se refiere más solo al sur del mundo, sino al planeta entero", afirmó Jorge Bergoglio en la audiencia a la formación Centesimus Annus Pro Pontifice.
El Papa pidió "volver a pensar en la solidaridad, no más como simple asistencia respecto a los más pobres sino como forma de repensamiento global de todo el sistema, como búsqueda de caminos para reformarlo y corregirlo de modo coherente con los derechos fundamentales del hombre, de todos los hombres".
"A esta palabra no bien vista en el sistema económico, como si fuese una mala palabra, hay que volver a dar su merecida ciudadanía social", subrayó. El pontífice recordó la enseñanza de Benedicto XVI sobre la "crisis ética y antropológica" y recaídas de ésta sobre la economía, citando a su predecesor tanto por la encíclica Caritas in veritate como por sus discursos.
"Se olvidó y se olvida aún, dijo el papa argentino, que por encima de los negocios, de la lógica y de los parámetros del mercado, está el ser humano y es algo que se debe al hombre en cuanto hombre, en virtud de su dignidad profunda: ofrecer la posibilidad de vivir dignamente y de participar activamente al bien común".
Aquí Francisco citó la "Caritas in veritate", respecto al hecho que "toda actividad humana, incluso la económica, justamente porque es humana, debe ser articulada e institucionalizada éticamente".
"Debemos volver a la centralidad del hombre a una visión más ética de las actividades y de las relaciones humanas, sin el temor de perder algo", agregó.
Poco antes, en la misa en Santa Marta, Bergoglio había hablado de la necesidad de una Iglesia con las "puertas abiertas", no de una "aduana" donde quien busca a Jesús es alejando porque cometió algún error. Tener alejadas a las personas, no es "celo", y los "controladores de la fe" no son del agrado de Jesús, que quiere su Iglesia a todos los que buscan amor.
Recordó también cuánto el Concilio Vaticano II dijo sobre la "fe del pueblo de Dios y la fe de los simples". En la misa participó un grupo de sacerdotes. Parte de la homilía fue publicada por la radio Vaticana.
Partiendo del paso del Evangelio en el cual Jesús pide que no sean alejados los niños que lo buscan, Jorge Bergoglio dio algunos ejemplos, extraídos tanto de la Biblia como de la vida cotidiana.
Entre éstos el de un sacristán que, frente a una pareja de novios que pide ser acompañada al matrimonio, responde con el pedido de certificados y con tarifas de las misas, y el de una joven madre que pide el bautismo para el hijo y se siente reprochar por el hecho de no estar casada.