El Sr. Ríos…¿víctima, victimario o ambas?
La vida del Sr. Jorge Ríos cambió drásticamente el pasado 17 de Julio de 2020.
Mientras estaba en su casa, amparados en la oscuridad tres delincuentes irrumpieron en la propiedad de Jorge Ríos para despojarlo de sus pertenencias.
Lo golpearon y torturaron con mucha saña. El jubilado muy golpeado y cortejado con un destornillador, en desigualdad de condiciones tomó su arma Bersa Thunder calibre 9 milímetros y disparó 6 veces e hirió a Franco Martín Moreyra, un corpulento hombre de 26 años de edad, que podría ser su nieto.
Los tres delincuentes, más los otros dos cómplices que oficiaban de campana se dieron a la fuga. Pero Moreyra fue herido de un balazo y con una pierna malherida no pudo alejarse del lugar, por lo cual el señor Ríos luego de recorrer metros logró alcanzarlo y lo remató de un balazo.
¿Fue un caso de legítima defensa?. Para ser considerado como tal debió ocurrir una agresión ilegítima, en este caso la hubo porque violentaron su propiedad y lo hirieron. Necesidad racional para impedir o repeler la agresión (proporcionalidad del arma usada), mientras estuvo en su casa esto ocurrió, pero cuando el sr. Ríos remató de un balazo al delincuente a 60 metros de su casa, para la ley no es legítima defensa, con eso incumple el tercer requisito que es falta de provocación suficiente por parte del que se defiende.
En mi opinión como abogada penalista no estamos en un caso de legítima defensa ni de exceso en la misma porque si bien el jubilado recibió una agresión, su vida no corría peligro al momento del crimen.
Por ello concluyo que se trata de un homicidio atenuado por emoción violenta, el señor Ríos seguramente actuó de esa manera porque creyó que pudo haber muerto a mano de los tres delincuentes en su propiedad, se sintió desbordado por la agresión que sufrió y la vulnerabilidad a la que se vio expuesto.
Probablemente actuó de esa manera porque como el resto de la sociedad honesta y trabajadora está cansado y hastiado de que estos personajes comentan cualquier tipo de ilícitos y ataques y no sufren ninguna consecuencia legal.
Para muchas personas el señor Jorge Ríos es un asesino, y para otras tantas es un héroe. Ni una cosa ni la otra, es una persona que trabajó toda su vida y ante tanta violencia reaccionó como pudo.
Que tristeza, pobre Argentina, todo esto ocurre porque en este país la justicia casi siempre es injusticia. Pobre Jorge, pobre su familia, pobre el hijo malhechor abatido, pobre de todos nosotros que estamos viviendo una pesadilla porque la justicia muchas veces mira para otro lado.
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