¡Arde Tele!
El sincericidio de Flor Peña al hablar de su desesperado intento por retener a su exmarido Mariano Otero: “Me estaba dejando”
La actriz recordó el “manotazo de ahogado” con el que intentó que el padre de sus dos primeros hijos no la abandonara e hizo una fuerte reflexión.
Fue en el 2002 cuando Florencia Peña y Mariano Otero decidieron terminar su matrimonio. En la antesala del desenlace, la actriz hizo un último intento por retener al padre de sus hijos mayores, Tomás y Juan, con un inesperado gesto del que hoy se arrepiente.
En su paso por Nadie Dice Nada, Flor contó: “Me llamo María Florencia Peña. Cuando me estaba por separar de mi exmarido, como manotazo de ahogado, para que él no me abandone, me tatué un Mariano arriba del culo”.
“Yo fui ignorante total a hacérmelo y creí morir cuando me lo hacían porque era arriba del hueso”, continuó Peña en Luzu TV.
“¿Por qué pensaste que eso lo iba a retener?”, le retrucó Martín Garabal, impactado con el desopilante relato. Y Flor le respondió: “Porque yo no estaba bien de la cabeza y por algo él me estaba dejando”.
“Cuando llego a casa y él estaba levantando todos sus petates, le digo: ‘tengo una sorpresa para vos’. Y me mira como ‘no hay nada que me pueda convencer’”, recordó la artista.
Y contextualizó: “Él ya se había tatuado mi nombre en el corazón, pero cuando se lo muestro, me dice ‘sos una idiota, sos una pelotuda total’. Obviamente nos separamos, no volvimos a estar juntos y yo tenía un Mariano en medio del ojete”.
El pedido que le hizo Ramiro Ponce de León, su actual marido, a Florencia Peña sobre el tatuaje
A 12 años del divorcio con Mariano Otero, Flor Peña disfruta de un feliz presente amoroso junto a Ramiro Ponce de León, el papá de su hijo menor, Felipe.
Al rememorar con humor el tatuaje que se hizo por su ex, la actriz también contó el pedido que le hizo el abogado salteño respecto a su enorme “Mariano” en la cola.
“Cuando llega Ramiro a quedarse en la zona, me dice ‘Flor, todo re bien, pero cada vez que tengo esta visual veo un Mariano’. Entonces me saqué el ‘no’ y me hice un firulete”, expuso Flor, entre risas.
“Ahora tengo un María gigante en el orto, con dos firuletes a los costados”, agregó. Y concluyó: “¿A quién se le ocurre que iba a arreglar la pareja con un tatuaje en el medio del orto?”.
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