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El secreto oculto de las niñas que lloran piedras

Te revelamos la trama oculta de un fenómeno que se extiende. ¿Fenómeno milagroso, paranormal, o un fraude deliberado?

El reciente caso de Saadiya Saleh, una nena de 12 años de un pueblo de la República de Yemen, ha vuelto a poner en el tapete un viejo tema sobre jóvenes  a quienes les brotan piedras de los ojos, aparentemente, en forma inexplicable. Según se puede observar en el video que ha trascendido a través del canal televisivo local Azaal, el caso no es muy diferente a otros anteriores que, vaya "coincidencia", también tuvo como protagonistas a otras niñas y, en su mayoría, no mayores de 14 años.


Características del fenómeno

  • La mayoría son niñas menores, salvo algunas excepciones, que están acompañadas por algún familiar y lo presentan en los medios como un caso extraño en el que a la chica le aparecen pequeñas piedras, cristales o perlitas en los ojos.

  • Siempre se ve algún recipiente con una cierta cantidad de piedras, presuntamente surgidas de los ojos de las niñas, pero en los videos sólo se ve la aparición de una de ellas.

  • La piedra suele estar ubicada en el conducto lacrimal y con una leve presión del párpado inferior sale a la luz.

  • Suele haber intervención médica y no se encuentran patologías oftalmológicas o genéticas (p.ej.: cistinosis).

  • Por lo general, las jovencitas y familiares profesan la religión musulmana o hindú.

  • Las especulaciones inmediatas, especialmente en los medios, son acerca de fenómenos inexplicables, misteriosos, paranormales, milagrosos, posesiones demoníacas, y un largo etcétera que por lo general desestima la posibilidad inmediata del fraude.

La precursora

El primer caso que cobró notoriedad en la prensa fue en Líbano y tuvo por protagonista a Hasnah Mohamed Meselmani, también por entonces con 12 años de edad. El video difundido en 1996 recorrió el mundo y se veía a una tímida jovencita, siempre acompañada por su padre, a quien le salían pequeños cristales de cuarzo de sus ojos y, según decían, a razón de "7 por día".  


 

Así como fue uno de los primeros casos y que probablemente haya inspirado los posteriores, la cuestión es que era el modelo perfecto del fraude que se escondían en esas "duras lágrimas milagrosas".

Recuerdo que en ese mismo año se emitió un capítulo del programa "Misterios No Resueltos" (versión en castellano de "Unsolved Mysteries") en el que aparecían Joe Nickell (investigador del CSICOP) y el ilusionista Bruce Adams desenmascarando a una mujer llamada "Katie" y presentada como una "clásica médium de efectos físicos", quien presumía de poseer la facultad de materializar gemas de sus ojos.

En realidad la mujer ocultaba una pequeña gema entre sus dedos y simulaba que le salía del ojo. Ambos expertos expusieron el fraude y reprodujeron el mecanismo de igual forma explicando cómo realizaba la trampa. Éste fue el aperitivo de Nickell para que luego expusiera el caso de Hasnah Mohamed, pero con un condimento distinto [Pg. "Fantastico", TV Globo, Brasil, 13/10/96].

Claro, el caso de la niña no era producto de la habilidad de manos como la médium, sino que realmente el cristal estaba en su ojo y salía de ahí. Por lo tanto la explicación era un tanto más simple: se lo colocaba o colocaban en el conducto lacrimal y luego se lo extraían con una leve presión del párpado inferior [Nickell, Joe, Real-Life X-Files: Investigating the Paranormal, The University Press of Kentucky, 2001, pp. 235-239]


Más niñas prodigiosas

Después de la niña libanesa cualquiera podría pensar que el tema estaría cerrado y nadie se asombraría si surgiera un caso similar. Pero no, aparecieron nuevas jovencitas y los titulares no bajaban el tenor sensacionalista. Con algunas leves variantes, casi todos obedecían al "modelo Hasnah".

Así tuvieron su minuto de fama  una niñita de 10 años en Pakistán, otra joven yemenita de 20 años en Bajil, una niña en Arabia Saudita, Tina Agustina de 19 en Indonesia, y en la India rápidamente proliferaron las estrellas: Savitri Kumari de 13, en Hazaribagh (Jharkhand), y Divya de 7, en Andrah Pradesh, fueron algunas de las tantas que se sumaron a la epidemia y hasta algún chiquilín que surgió para no ser menos.


 Alboroto en la India

El caso de Savitri Kumari tuvo amplia cobertura en los medios y levantó gran polémica. Las afirmaciones de sus familiares excedían los de otros casos ya que decían que además de brotarle piedras de sus ojos también aparecían de su nariz, boca y orejas. Savitri estuvo durante cinco días bajo observación y análisis (tomografías, radiografías, evaluación psicológica y análisis químico de sus lágrimas y piedras) en el All India Institute of Medical Sciences (AIIMS). Una vez finalizados todos los estudios, el Dr. Jeewan S. Titiyal, profesor en el Centro de Oftalmología del AIIMS Rajendra Prasad, declaró en conferencia de prensa: "La paciente se encuentra clínicamente bien y todas las pruebas realizadas no mostraron evidencia alguna de formación de piedras en los ojos o la nariz. Descubrimos que ella acostumbraba a ponerse las piedras en los ojos".


Pero no fue lo único que descubrieron: "Nadie vio las piedras salir de sus ojos. Entonces tuvimos sospechas y revisamos su equipaje. Encontramos un paquete con pequeñas piedras dentro. El análisis químico de las piedras que ellas nos dio tampoco coincidió. No se habían formado en sus ojos, ella podría haberlas traído de su pueblo", agregó el Dr. Titiyal entre otras cosas.


Cabe destacar que, en una entrevista anterior, el mismo oftalmólogo ya había anticipado que tuvo  la oportunidad de desenmascarar otro caso en la que una joven decía que le salían hormigas de sus ojos: "Antes, vino una chica al AIIMS quejándose de que le salían hormigas de sus ojos. Pero la atrapamos poniéndose hormigas en sus propios ojos".

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Esto último también explica que cuando vemos en los videos exhibiendo una gran cantidad de piedras y de diferentes tamaños, no necesariamente son piedras que hayan surgido de los ojos de las protagonistas. Es más, se puede observar que a veces se les va la mano e incorporan piedras de grandes dimensiones que si fuera cierto que salieron de los ojos las chicas hubiesen ido con los glóbulos oculares en las manos. Pero claro, si ya dieron rienda suelta a la farsa, un poco de exageración no viene mal y además ¿quién se va a tomar el trabajo de comprobarlo o desmentirlo?

Otra nueva advertencia

Sabemos que en la India existe una larga tradición en materia de milagreros, pero también están los que se dedican a desmitificarlos. Uno de ellos es Hulikal Nataraj, Director de Escuela Secundaria en Doddaballapur y uno de los "cazadores de milagros" (pavaadabhaniaka) del Miracle Research Centre de India.

Ante la ola de "lágrimas de cocodrilo", se vio obligado a participar en un programa televisivo para demostrar cómo cualquiera puede insertarse una piedrita dentro del ojo y luego expulsarla sin causarse daño.


Un viejo truco con vigencia entre los magos

El ardid de introducirse un pequeño objeto en el ojo para luego extraerlo, no es nuevo. Uno de los primeros aportes lo hizo "el padre de la magia moderna", el gran ilusionista francés Jean Eugène Robert-Houdin (1805-1871). En su obra "Confidences d'un prestidigitateur" (París, Librairie Nouvelle, 1859, 2 tomos), el último capítulo lo denominó "Un Curso de Milagros". En el mismo comenta "El Clavo en el Ojo", un curioso truco que le mostró el mismo cura-callos que le enseñó malabares en su juventud.

Según el relato de Houdin, el efecto consistía en "introducirse un pequeño clavo en el ojo derecho, el cual luego pasa al ojo izquierdo, de allí a la boca, y al final retorna al ojo derecho". Este truco, que explicaba y recomendaba hacerlo con "un pequeño plomo o pin de plata", no es más que aquel que realizan los magos modernos con otros objetos y presentaciones.

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Un amigo y colega, el mago argentino Monterrey, hace mucho tiempo presenta este prodigio para asombro del público. Según me confió, en una oportunidad realizando este juego le ocurrió algo gracioso e inesperado: se había olvidado un perno dentro del ojo y cuando realizó la prueba al siguiente día, "aparecieron dos en vez de uno. Estuvo 24 horas en el ojo y no lo sentía ni me molestaba." Esta ausencia de molestia y sensación de dolor que también menciona Robert-Houdin en su libro, viene a colación del prejuicio que pueda tener un profano en la materia, tornándose luego en duda y descreyendo que alguien pueda introducirse un pequeño objeto dentro del ojo sin que le moleste o lastime.

No tenga dudas, es lo que hacen estas niñas y a veces con la complicidad de sus padres para vendernos milagrillos. Mientras tanto, los ilusionistas se lucen realizando estos juegos con fines honestos al sólo efecto de asombrar y entretener al público. Disfrútalos.