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El sándwich de atún de una niña de 10 años que desató una batalla entre padres y escuelas

Se convirtió en un símbolo de una intensa batalla entre padres y escuelas en el país europeo.

Una niña llevó a la escuela un sándwich de atún con pan integral y tomates orgánicos pero fue obligada a comer sola en el aula ya que la legislación de Milán prohíbe consumir en el colegio alimentos llevados de casa.

"Mi hija me dijo que había llorado", contó luego su madre, Marilù Santoiemma, en una carta de protesta enviada a las autoridades del prestigioso preriódico Corriere della Sera, que publicó la historia en su primera plana.

La batalla a favor de la schiscetta o comida llevada de casa, no es nueva pero en Turín, una familia logró una victoria judicial en el que el tribunal reconoció el derecho de los litigantes  a alimentar a sus hijos en la escuela con comida hecha en casa.

Algunos padres, envalentonados por la decisión, decidieron dar batalla en otras ciudades, enviando a sus hijos a clase con sándwiches y otros platos.

Los padres defienden la comida levada de casa y se quejan de la mala calidad y el alto costo. Por el contrario, los argumentos de las autoridades es que las normas higiénicas sanitarias prohíben el ingreso a los comedores de alimentos extraños.

"¿Si todo el mundo está en libertad de alimentar a sus hijos como quiera, qué puede pasar? ¿Cómo podemos saber que toda la comida que entra a la escuela está bien?", explicó la vice alcalde de Milán, Anna Scavuzzo a la BBC.

El debate sigue en vilo, la alcaldía de Milán insiste en mantener la prohibición de los alimentos provenientes de casa, mientras que los padres siguen apostando por la schiscetta. La guerra del panino apenas comienza.