El rostro feroz del terrorismo

Esa conclusión fue recordada ayer luego del gravísimo doble atentado ocurrido en la apacible capital de Noruega, aunque no se ajustaría a ese patrón.

Un atentado con explosivos en el centro de Oslo, afectando oficinas del primer ministro laborista y de VG, el mayor diario noruego, provocó siete muertos. Un francotirador, poco tiempo después, agregó al menos ochenta muertos más a esa fatídica cuenta al disparar contra jóvenes laboristas en un campamento de verano en la isla de Utoya.

El primer reflejo de la policía y de los expertos militares de la OTAN fue responsabilizar a los movimientos islámicos , particularmente a los miembros de Ansar al-jihad al-Alami. Una de la razones para la sospecha fue la intervención de tropas noruegas en la campaña de la alianza occidental en Afganistán , lanzada poco después del derribo de las Torres Gemelas, y más recientemente en las acciones de la coalición militar europea contra el régimen libio de Kadafi.

También se conjeturó que los atentados fueron una venganza por la publicación en Oslo de caricaturas de Mahoma , hecho que había provocado una fortísima reacción del fundamentalismo musulmán.

Sin embargo, las hipótesis más firmes que se tejían al cierre de esta edición era que los autores serían miembros de grupos noruegos "antisistema" .

Noruega es gobernada por el laborismo y cuenta con un sistema social formidable . Hay factores, empero, que están erosionándolo, creando malestar social por el desempleo. La ola de inmigrantes también alcanzó esas playas, desatando reacciones xenófobas , al igual que en otros países escandinavos. Este fue el peor atentado en Noruega desde la II Guerra. Sus autores tendrían más que ver con el ultraderechista que voló las oficinas de Oklahoma que con la Jihad islámica.