El regreso de los muertos vivos: figuras del espectáculo reviven viejas historias amorosas
Susana Giménez y Alfano resucitan a Monzón y Rodrigo a través de historias conocidas que se repiten porque no hay material nuevo.
En el último tiempo, el mundo del espectáculo ha ido reciclando amoríos históricos, como el de Raquel Mancini con el político Enrique "Coti" Nosiglia, o el romance que mantuvieron Susana Giménez con Carlos Monzón, mientras este último estaba casado con "Pelusa".
¿Por qué ocurre esto? Sencillamente porque no hay nuevas historias interesantes para el público. No existen. Mientras en otros momentos circulaban nombres famosos, hoy los grandes "amores" son de mujeres que van recorriendo diferentes planteles de fútbol, o de peleas bordeando lo ridículo, como las de Silvina Escudero y Martín Amestoy.
El filósofo José Ortega y Gasset solía repetir una frase que describiría perfectamente la actualidad: "Como no mirar hacia atrás con nostalgia, si es imposible con vigor mirar hacia adelante".
La gente, el público, no tiene qué consumir, por lo que sigue viendo a Mancini repasando en lo de Mirtha Legrand su amorío con Nosiglia, o (por vez un millón) a Graciela Alfano contando cómo hacía el amor con Rodrigo Bueno.
Para colmo, en los casos del boxeador y del cuartetero, se refieren a personas que ya han muerto hace tiempo. ¡Más de 50 años pasaron de lo de Susana y Monzón! ¿Por qué no dejan descansar en paz el alma del ídolo y, de paso, le dan un respiro a la gente con las historias viejas y empolvadas?