El problema del hábitat
*Por Griselda Baldata. La ocupación del Parque Indoamericano en Villa Soldati no fue ni un caso aislado ni el primero de una sucesión de ocupaciones irregulares de terrenos
La ocupación del Parque Indoamericano en Villa Soldati no fue ni un caso aislado ni el primero de una sucesión de ocupaciones irregulares de terrenos. Sólo dio visibilidad a una situación que se viene produciendo en distintos lugares del interior.
Tampoco fue sólo un acto irresponsable de ocupación ilegal ni una manipulación de punteros políticos. Es el dramático retrato de una realidad que expone de manera dolorosa una problemática estructural y subterránea que aflora y es ya imposible de ocultar.
Un Estado que desde hace años no diseña políticas públicas sobre viviendas para los sectores populares y medios de la sociedad. Gobiernos municipales que, raras excepciones, no han implementado planes estratégicos de desarrollo urbano sustentables. Hoy el suelo urbano se ha convertido en un bien cada vez más preciado y por lo tanto escaso y costoso.
Las gestiones municipales deberían atreverse a fijar políticas impositivas progresivas y gravosas, con tazas cada vez más altas en el caso de la concentración de terrenos con fines especulativos.
El suelo urbano destinado a la construcción de viviendas únicas debe ser protegido por los municipios, estar fuera del circuito especulativo y destinado a resolver la problemática de vivienda digna y propia, que además, y como si fuera poco, es un derecho constitucional.
Por otro lado, el Estado nacional, de manera concreta, efectiva y urgente, debe dar una resolución democrática a los procesos habitacionales, recuperando las políticas sobre viviendas que fueron emblemáticas durante décadas en el siglo pasado.
La irresponsable e interesada privatización del Banco Hipotecario Nacional (BHN), en 1995, hirió de muerte esa fabulosa herramienta de desarrollo urbano habitacional que resolvió durante décadas el problema de la vivienda propia y digna a vastos sectores de la sociedad. Hoy el BHN es un banco comercial que cotiza sus créditos hipotecarios con los intereses más caros del mercado.
El déficit habitacional en Argentina alcanza a unos cuatro millones de viviendas. Es bochornoso y clientelar el mecanismo utilizado por el Gobierno nacional con algunos planes de viviendas de operatorias colectivas otorgados "mediante cooperativas dirigidas por referentes de declarada afinidad política". Lo razonable, en el caso de operatorias colectivas, es que sean los gobiernos municipales los responsables de su implementación, para articular con el sector privado e incentivar el loteo de terrenos a precios razonables y llevar los servicios.
Planes fracasados. Desde hace mucho, no existen planes de operatorias individuales y accesibles para la inmensa mayoría de los argentinos. El fracaso del "Plan Inquilino" fue contundente. Sólo un irresponsable burócrata sin solvencia técnica pudo haber diseñado semejante despropósito.
El fracaso en los planes Federales I y II evidencia la imposibilidad del gobierno para encontrar el rumbo adecuado.
En la ciudad de Córdoba, el déficit habitacional es aproximadamente del 50 por ciento. Si bien el boom de la construcción aparece como reactivador de la economía, agudiza el problema.
La fuerte demanda en un mercado autorregulado arroja como consecuencia la suba de los precios muy por encima de cualquier lógica inmobiliaria, alejando cada vez más la posibilidad de hacer realidad "el sueño de la casa propia". ¿Volveremos los argentinos a ser beneficiarios de políticas públicas habitacionales que tanta satisfacción nos dieron a varias generaciones durante décadas pasadas?