El PRO lame heridas por Lousteau en cena de rentrée de Monzó y el cristinismo lanza "Celeste y Blanca"
Cristina dio a entender que no será candidata.
Por Ignacio Zuleta
@IZuleta
Emilio Monzó volvió a ocupar la mesa de campaña del Pro después de casi un año de desencuentros con la cúpula de Olivos. Desde ahora se sentará en todas reuniones regionales de Cambiemos en los distritos y debutó en la noche del martes en una cumbre del Pro puro. Fue la mesa chica más grande que se pueda imaginar, y consistió en un asado de propósito social, una reunión de fidelización, dirían los expertos en marketing. Se puso en marcha el armisticio que había acordado Marcos Peña con el jefe de los Diputados, a quien le cerraron las puertas en la definición de la estrategia en la principal provincia de Buenos Aires. El tridente Peña, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, los "ojos estratégicos" de Mauricio Macri, rehabilitó a Monzó después de largos meses de hostilidades, que incluyeron la amenaza de que Diego Santilli buscaría reemplazarlo en la presidencia de la Cámara de Diputados.
Ese alto el fuego lo contó Clarín el fin de semana y fue un almuerzo en descubierta, para usar términos militares, en una parrilla del bajo porteño, en el cual no hubo reproches, pero sí un acuerdo para suspender el fuego hasta después de las elecciones. "En el peronismo estamos acostumbrados a esto: cuando vienen las elecciones, todos tiramos para el mismo lado", diría Monzó. "Hemos tenido diferencias, no tengo la dirección estratégica, pero cuenten conmigo", pudo agregar. Peña, que es el gerente de esa rehabilitación por indicación insospechada de Macri, eludió referencias al pasado. Habían tenido enfrentamientos sobre la estrategia en Buenos Aires y la apertura a sectores del peronismo. Pero la salida de Elisa Carrió de la lista de precandidatos en esa provincia reseteó todo.
La rehabilitación de Monzó, pieza clave en el armado de la estrategia de la campaña que le hizo ganar a Cambiemos en 2015. Esa experiencia dejó heridas abiertas por la insistencia de Monzó en ampliar la alianza hacia sectores del peronismo disidente, como el de Sergio Massa, que el tridente nunca olvidó. Este grupo se opuso a la intervención de la dupla Carrió-Monzó en Buenos Aires. La migración a la capital de la jefa de la Coalición funcionó como disparador del acuerdo de paz. Este incluye algunas decisiones importantes, como el regreso de Monzó a la mesa chica de campaña, y algunas bijuterías, como subirlo a la comitiva que acompañará a Macri en el viaje a Japón y China este mes.
En la reunión hubo un repaso de la principal inquietud del Pro en estas horas, que es el caso Lousteau. Entre los protagonistas de la cena del martes primó el sentimiento sobre la razón. Ya vendrá ésta, pero por ahora los personeros del Pro agotan todos los adjetivos en criticarlo al ex embajador en los Estados Unidos. Esa noche se habló más de él que de los peronistas que están en la oposición nacional. La otra inquietud que afloró fue la táctica del grupo hacia la candidata Carrió. La diputada es crítica de la mesa estratégica que controla Jaime Durán Barba y de la cual es vocero Peña. Algunos del Pro temen que se indiscipline y se aparte de las indicaciones de la mesa. Es no conocerla a Carrió. Primero, tiene una capacidad estratégica que puede competir con los asesores profesionales de éste y de otros partidos. Segundo: Carrió ha demostrado en situaciones que piden decisión, una racionalidad que no tienen otros. Se muestra extravagante y extremista cuando tiene que avanzar sobre el terreno enemigo. Pero cuando tiene que, por ejemplo, ir a una elección, vira a una altísima racionalidad con tal de lograr el mejor resultado. Dicho en criollo: Lilita no come vidrio. Aunque sea difícil convivir con ella.
No hubo mucho más en ese encuentro social y de camaradería del Pro, adonde no hubo socios de Cambiemos ni del radicalismo ni de la Coalición Cívica. El menú incluyó asado y una larga exposición de Peña sobre el viaje de Macri a los Estados Unidos y la valoración positivaque hacía el gobierno en todos los frentes, interno y externo. Era un viaje de riesgo por el desprestigio mundial de Donald Trump, pero no ha traído consecuencias de imagen. Siguió un repaso de todos los distritos electorales y brindaron porque hay acuerdo en casi todos. Es decir que habrá PASO con lista única, algo que es conveniente porque evita conflictos. Tiene el riesgo de que una lista única obliga igual a las urnas y es riesgoso que te cuenten las costillas. Para algunos, una movilización electoral puede mostrar debilidad territorial. Pero eso no importa mucho dentro del formato de la política virtual que profesa la mesa chica, donde un tuit vale como mil votos. Fue una cena muy Pro, porque empezó a las 20 y a las 22 ya se estaban yendo todos a su casa. Fue en la sede partidaria de la calle Balcarce. Se sirvió un asado y se sentaron, en este orden: Carolina Stanley, Jorge Triaca, Humberto Schiavoni, Peña, Diego Santilli, Cristian Ritondo, Federico Salvai, María Eugenia Vidal, Federico Pinedo, Jorge Macri, Rogelio Frigerio, Francisco Quintana, Mario Quintana, Esteban Bullrich, Monzó, José Torello, Horacio Rodríguez Larreta, Fernando de Andreis y Carmen Polledo. Por si hace falta aclararlo: 1) gobierno de la CABA, 2) de Buenos Aires, 3) el candidato a senador Bullrich, 4) el "ojo" empresario de Quintana, 4) jefes de partido Schiavoni y el oro Quintana, 5) el apoderado Torello, 6) la precandidata a diputada porteña Polledo, 7) y Monzó.
El jefe de los diputados estará el sábado en Mendoza en una mesa local de Cambiemos y pondrá a prueba el tinglado. A diferencia del gobierno nacional y de los aliados locales de la UCR en ese sello, Monzó está a favor de una reforma de la constitución de Mendoza que le permita la reelección al gobernador Alfredo Cornejo. Ese proyecto mendocino enoja a los socios de Cambiemos en esa provincia, como los demócratas de Carlos Balter y los "lilitos" de Gustavo Gutiérrez, que amenazan con abandonar la coalición si avanza la reforma. Se lo dijeron a Frigerio cuando se reunieron con él en marzo, durante la Fiesta de la Vendimia.
Esa celebración no contó con la cúpula del gobierno; Macri y Peña rechazaron la invitación para no tener que responder preguntas sobre la reelección. El freno se lo pusieron los peronistas de la Legislatura local, que se olvidaron de su reformismo de antaño con tal de hacerle daño al oficialismo. Cornejo contratacó con una reforma de la ley electoral que le permite más tiempo para negociarla, después de las elecciones de octubre. Sacar ese asunto del menú de campaña es oportuno para Cambiemos. Monzó dirá en Mendoza que está favor de una reforma con reelección porque cree que Cornejo, o cualquier otro mandatario, debe tener la misma oportunidad de repetir mandato que tienen los gobernadores del resto del país (salvo Mendoza y Santa Fe). Ernesto Sanz seguía hoy en España y tiene previsto regresar el próximo miércoles 10. A menos que adelante el viaje, se perderá la polvareda que va a levantar Monzó en Mendoza.
A la misma hora del asado de la mesa del Pro en la calle Balcarce, el cristinismo de Buenos Aires y Capital, se comió otro asado en la casa de Juan Cabandié con su jefa Cristina de Kirchner. El arco fue amplio, salvo la ausencia de Daniel Scioli, y sirvió para la formalización de su jefatura y la unción de su hijo Máximo como country manager, fiel a la tradición monárquica del peronismo. Como asistieron muchos, abundan los cuentos sobre esa noche y no los voy a repetir. Destaco dos datos que importan:
1) Cristina dio a entender que no será candidata. Le preguntaron por eso y dijo que "candidatos hay varios". ¿Scioli?, le preguntan. "Puede ser Daniel, pero también una mujer". Y señaló a Verónica Magario. Salieron varios con la idea de que la fórmula de ese sector será Magario senadora, Scioli diputado.
2) Le preguntaron sobre Florencio Randazzo y dijo que tiene que venir acá, no pelear la interna. ¿Florencio, el Lousteau del peronismo? Esa respuesta da a entender que no le darán las PASO. El randazzismo está dispuesto a ir por fuera del PJ y tiene tramitadas varias alternativas. Él dice que a Cristina la destroza en unas internas. Las encuestas no dicen eso. Si va por afuera del PJ podría ser una carta útil para el gobierno, porque arrastraría a algunos sectores del peronismo cristinista, pero no al punto de seguir a Sergio Massa.
3) Este sector acordó lanzar una agrupación que se llamará "Celeste y Blanca" el sábado 27 de mayo. Buscan lugar y algunos discuten que sea en un fin de semana largo. Les responden que es un fusible argumental muy útil si merma la asistencia.