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El poder infinito de Internet

*Por Pablo Capurro Director de la Agencia y Productora Digital SG2. Internet encuentra, en su razón de ser, su poder para seguir transformando la realidad.

Conectar personas es, desde el principio de los tiempos Web, el gran valor de Internet. Para comunicarnos, para consumir contenidos, para compartir experiencias, para ayudar, para entretenernos. Usamos la Red para todo eso, para conectarnos con otros y para obtener lo que buscamos.

Vayan algunos casos interesantes: Creada en enero de 2001, hace más de diez años, por Jimmy Wales y Larry Sanders, Wikipedia es, tal vez, uno de los más grandes ejemplos de proyecto colaborativo que se sirve de Internet como motor. Miles de voluntarios de todo el mundo, unidos por la Red, dieron origen y forma a la mayor enciclopedia de la historia. Más de diecisiete millones de artículos (la Enciclopedia Británica, editada desde 1768, cuenta con 75 mil artículos), en 278 idiomas y dialectos. En un esquema de colaboración, usuarios redactores, sin pretensiones económicas, dan forma a un gigantesco patrimonio cultural de la humanidad.

Y esta llama que dio origen a Wikipedia, esta lógica de utilizar a Internet para unir a aquellos que tenemos los mismos objetivos o necesidades, y organizarnos para trabajar juntos, crece y se expande desde hace años.

El concepto colaborativo, como una forma de llevar adelante proyectos, resolver problemas y completar tareas, que entrega y distribuye el poder entre muchos, ha tomado nuevas formas y costumbres. Se han expandido las fronteras del fenómeno, y también sus consecuencias.
Entre las derivaciones del concepto colaborativo se encuentra el CrowdSourcing, un concepto expresado por primera vez por Jeff Howe, en 2006, en un artículo de la revista Wired, que representa un modelo de producción y resolución de problemas, tal como lo define Wikipedia. Se trata de la posibilidad de convocar, a través de Internet, a un grupo de personas o a una comunidad, para que resuelvan una necesidad (creativa, económica o de cualquier tipo).
¿Cuál debe ser el nombre para nuestro Blog?, indagó una pequeña empresa de autopartes. ¿Cómo debe ser el diseño de nuestro próximo teléfono celular?, preguntó la compañía de tecnología coreana LG.

En Crowdspring.com, más de 95.000 diseñadores y escritores de todo el mundo responden a este tipo de planteos, y llevan resueltos más de 26.000 proyectos. Empresas pequeñas, medianas y grandes, desde Starbucks hasta una pizzería de barrio, ingresan en CrowdSpring la descripción detallada de un trabajo (brief) y fijan un premio para el ganador. Por cada proyecto se recibe un promedio de 130 propuestas (diseños de logos y sitios Web, por lo general) y es elegido un único ganador. Crowdspring entrega el premio y recibe una comisión (15 por ciento) por el servicio.

Tres ingenieros que planean construir una pileta pública en plena ciudad (New York), con agua de río purificada; una artista que quiere publicar su primer libro de fotografías; y un proyecto de etiquetas ecológicas para tachos de basura encontraron apoyo económico en KickStarter. Respetando la dinámica propia del CrowdSourcing, el financiamiento de proyectos por parte de una comunidad (CrowdFunding) es una modalidad que se consolida. En KickStarter, se encuentran personas con proyectos y necesidades económicas para llevarlos adelante, y otros sólo con ganas de ayudar y de sentirse parte.

Fuera de la órbita de este sitio Web está El Cosmonauta, una película en pleno rodaje, financiada íntegramente por personas e instituciones a través de Internet. Por sólo dos euros (doce pesos argentinos), cualquiera puede convertirse en “Productor” de esta película, figurar en sus créditos, recibir un certificado de bienvenida y participar en el sorteo del traje que utilizará el protagonista de la historia. Pero, sobre todas las cosas, reciben un beneficio que no se puede tocar: la sensación y el disfrute de ser parte, de colaborar, de apostar por una buena idea o un buen proyecto.

Administrar, junto a otros 9.999 granjeros online, nuestro propio campo; o ser dirigentes de un club de fútbol de Inglaterra y tomar decisiones como comprar o vender a un jugador, son opciones cercanas y posibles para cualquier interesado. MyFarm.org.uk y MyFootballClub.co.uk son variantes que exploran el concepto de las votaciones múltiples y de la inteligencia colectiva. Elegir qué sembramos, aprender sobre el mercado de los granos y de la ganadería, sentados en nuestra casa en la ciudad; comprar y vender jugadores de fútbol, cambiar el técnico de nuestro equipo, entender el negocio del fútbol sin tener que lidiar con un barra brava, son opciones que Internet nos ofrece a un clic (y unos dólares) de distancia.

Sólo algunos ejemplos de un fenómeno que se afianza, que cambia y altera modelos de negocio, que ofrece oportunidades a industrias en crisis, y que genera otros beneficios e inconvenientes.

Alcanzamos el poder infinito de Internet cuando nos conectamos con otros para acceder a lo que soñamos.