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El Plan "B"

*Por José Luis Toso. A iguales méritos políticos, Jaque optó por la candidatura de Pérez sobre la de Cazabán por el mayor grado de consenso que aquél posee entre la dirigencia.

La novela por el nombre del candidato de Jaque terminó al promediar una semana que había comenzado cargada de rumores y que terminó con sorprendidos y golpeados dentro del peronismo local. La elección del ministro Francisco "Paco" Pérez como candidato a gobernador de lo que parece ser la mayor parte del PJ mendocino, le permite al Gobernador cumplir con el anhelo de que quien pelee por su sucesión no adopte ninguna actitud diferenciadora de la gestión.
 
Al fin y al cabo, ¿a qué otra cosa puede aspirar un gobernante sin posibilidades de reelección? Para el muy golpeado gobierno justicialista provincial esta salida es más que satisfactoria.

La fórmula se completa con otro ministro, Carlos Ciurca, que en los comienzos de la gestión tuvo la esforzada misión de enderezar el rumbo en materia de seguridad, luego de que el demócrata Aguinaga pagara los platos rotos por aquella promesa de campaña de seis meses para bajar un 30 por ciento la delincuencia. Precisamente, por su paso por Seguridad y su actual labor al frente de la acción social, Ciurca aparece, a priori, como un buen complemento para Pérez en la campaña que se viene, porque ha venido conduciendo ministerios directamente relacionados con la problemática ciudadana.

Más allá del respaldo amplio de la militancia peronista que tuvo, a diferencia de otros de los anotados como precandidatos, la pregunta que muchos se hacen ahora es si Pérez tendrá la capacidad de hacer política en la campaña y de contener a los que no están de acuerdo con él dentro del partido. Como continuador de la gestión jaquista tiene claras sus ideas, más allá de las puntualmente referidas al área que condujo. Deberá prepararse para el inevitable debate preelectoral y para convencer a la ciudadanía, además de apoyarse en el envión que por ahora significa la imagen creciente de la Presidenta.

El camino hacia la fórmula. No caben dudas de que Juan Carlos Mazzón, más allá de su intención de cumplir con la orden presidencial de lograr la mayor unidad posible, fue decisivo a la hora de bajar la precandidatura de Alejandro Cazabán. El operador presidencial llevaba semanas remarcándole a Jaque que el bajo nivel de popularidad del secretario general de la Gobernación y el alto grado de rechazo que su figura genera puertas adentro del peronismo mendocino conspiraban contra la conformación de una fórmula que motivara a la dirigencia a militar durante la campaña hacia octubre.

Aquella apertura de una sede de campaña, por él efectuada prácticamente en el mismo momento en que Jaque y Mazzón comenzaban a acordar una tregua por la unidad, generó más rechazos hacia él. Y una respuesta fue aquella reunión del Sheraton donde no pasó inadvertido como el gran ausente de la foto.

Por otra parte, Pérez contaba con mayor anclaje nacional. Se comenta que el actual titular de la Anses, Diego Bossio, fue uno de los que pusieron su aval a "Paco" a la hora de opinar sobre los que se precandidateaban en el peronismo de Mendoza. Una amistosa relación quedó entre ambos luego del corto paso de Bossio en los primeros tiempos del gobierno de Jaque. El funcionario nacional es escuchado en los ámbitos centrales de poder y viene ejerciendo una función que trasciende. Hay quienes afirman que podría ser ministro de Economía si la Presidente es reelecta. Su opinión habría contribuido a instalar el nombre de Pérez entre los confiables para Cristina.

Más que "muleto". En las horas decisivas de las conversaciones del hotel Diplomátic, muchos dirigentes anotados entre los aspirantes a suceder a Jaque, pero no pertenecientes al gabinete, se acercaban para preguntar si realmente existían chances en virtud de la animosidad existente contra Cazabán. La consulta era para no perder el tiempo porque, en definitiva, para algunos, como los más influyentes intendentes, era preferible refugiarse otra vez en sus territorios antes que quedar mal parados en un mar de indefiniciones. Fue en ese momento cuando varios comprobaron que realmente el Gobernador tenía desde hace varios días un plan "B" dentro de su propia cantera.

"El ‘Paco’ es del paladar del Celso. Siempre lo fue. Lo que pasa es que había que ver cómo se desarrollaban las negociaciones, porque ahora, después de esta decisión, en el Gobierno los seguimos necesitando a todos", dijo un funcionario muy cercano a Jaque tras el acuerdo.
Si lo dicho por este colaborador se cumple, se habrá respetado en el equipo de gobierno un reclamo de Jaque a todos los que se anotaron a principios de año en la carrera de postulantes: que una vez tomada la decisión de elegir a uno de ellos, los demás se mantuvieran en funciones. "Que nadie saque los pies del plato luego", fue el reclamo escuchado en su momento.

Alejandro Cazabán, luego del sacudón inicial, no tardó en alinearse. Dejó aclarado que seguirá siendo "disciplinado, orgánico y leal a Jaque". Y ya se puso a disposición de Francisco Pérez.
La pelea por la principal candidatura se definió, entonces, dentro del mismo entorno del Gobernador, entre despachos del cuarto piso, aunque siempre con la opinión y la mirada de Mazzón, que al no contar con un nombre para proponer como alternativa gravitó haciéndose eco del manifiesto rechazo hacia Cazabán.

Las voces más influyentes entre los que conducen territorialmente al justicialismo aseguran que el acuerdo del Diplomátic no dejó "rencores ni odios. Tal vez, sí, cercanías y lejanías...".
Falta la definición de la lista de diputados nacionales a proponer a la Presidenta. Es así: la elección de los postulantes se resolverá en la Casa Rosada. Los emisarios llevan los nombres de Jaque, Álvaro y Carmona con seguridad. También hay que contemplar el cupo femenino (¿Patricia Fadel?) y un casillero para algún dirigente gremial. ¿Será Jaque quien encabece la lista? En el Ejecutivo lo dan por hecho, pero siguen las dudas en el resto de los sectores.

Hacia la interna. Queda, también, un proceso interno que parece ir inevitablemente hacia las urnas. En el Gobierno no expresan mucha preocupación: confían en imponerse ante otras listas (por ahora sólo está anotada la corriente que lidera Eduardo Sancho) y ven positiva esta instancia como la posibilidad para instalar en la sociedad el binomio Pérez-Ciurca.

Sancho fue muy crítico con el acuerdo anunciado el miércoles. Dice que la fórmula es "mal llamada de consenso" y que nunca fue invitado al hotel en el que se cerraron las negociaciones. Defiende con firmeza la gestión de Cristina Kirchner y su "modelo de crecimiento", que dice querer trasladar a la provincia. Su adhesión fue notificada en la Casa Rosada antes de lanzar la publicidad de su propuesta.

Sus allegados tiraron líneas con algunos de los dirigentes que quedaron al margen del acuerdo. Hay allí una figura clave, Guillermo Carmona, a quien desde el jaquismo confían en mantener cerca. La eventual ubicación en la lista de diputados nacionales podría ser en ese sentido determinante para volver a contar con el titular de Ambiente.