El petróleo argentino
* Por Dr. Apolo Ortiz. Parafraseando un españolísimo refrán diremos que "'No por mucho invertir, petrolece más temprano''.
Parafraseando un españolísimo refrán diremos que "'No por mucho invertir, petrolece más temprano''. El primer descubrimiento de petróleo por medio de perforaciones se remonta en nuestro país a 1885, año en que se forma la "Compañía Mendocina de Petróleo'', a instancias de la inquietud del gobernador de Mendoza don Emilio Civit, quién interesó al Ing. Carlos Fader, padre de nuestro eximio pintor Fernando, de constituir una empresa con apoyo financiero de sus amigos alemanes, para explotar petróleo en la zona de Cacheuta, cerca de Luján de Cuyo.
El hallazgo de 1907 en Comodoro Rivadavia se toma como fecha del primer descubrimiento realizado por el Estado nacional, dando lugar a una extraordinaria actividad en lo que se conoce como Cuenca del Golfo de San Jorge. Casi para la misma fecha se inician los incipientes trabajos de perforación en Tranquitas (Salta) que con el tiempo se desarrollaron en las vecindades dando como resultado prolíficos yacimientos de gas y petróleo liviano, formando la Cuenca del Noroeste.
En 1914 se descubre en Plaza Huincul el primer yacimiento de la amplia y muy productiva Cuenca Neuquina, que abarca las provincias de Neuquén, sur de Mendoza, suroeste de la Pampa y oeste de Río Negro. Durante 1945 y 1946 se descubren interesantes acumulaciones de gas y petróleo en Tierra del Fuego y posteriormente en la provincia de Santa Cruz, delimitando lo que se conoce como Cuenca Austral, incluyendo parte de la plataforma del mar Argentino frente a la isla de Tierra del Fuego.
La última cuenca petrolífera con producciones comerciales fue desarrollada a partir de 1969 con el descubrimiento del yacimiento Caimancito que en 10 años produjo 10 millones de m3 y que hoy está prácticamente agotado al igual que otros campos que se descubrieron a posteriori en el marco de la cuenca Cretácica, considerada como parte de la Cuenca del Noroeste.
Durante más de 100 años de actividad se descubrieron cerca de 800 yacimientos con alrededor de 20.000 pozos perforados, la mayoría de ellos ya secos y abandonados o con muy escasa producción, que da como resultado una inquietante caída de las reservas tanto de petróleo como de gas. Además, desde el último descubrimiento en 1969, no se encontró otra cuenca nueva de hidrocarburos, a pesar de que se estudiaron muchas cuencas sedimentarias, pero donde las condiciones de generación de petróleo y gas no son las necesarias o aptas para formar estos recursos, como es el caso de las 5 cuencas productivas.
El petróleo y el gas se formaron a partir de las llamadas "rocas madres'' que son formaciones geológicas muy antiguas que se caracterizan por ser niveles arcillosos con alto contenido de materia orgánica derivados de organismos que vivieron en lagos o lagunas quedando sepultados en sucesivas capas arcillosas. Fueron cubiertos a su vez por otras rocas sedimentarias que le dieron peso y temperatura de enterramiento durante millones de años hasta que se formaron las primeras gotas de hidrocarburos que migraron hacia arriba y quedaron entrampadas para formar los yacimientos. Estas rocas generadoras fueron atravesadas por muchos pozos, en cuencas sedimentarias fuera de las 5 ya mencionadas, pero de acuerdo a estudios geoquímicos de muestras extraídas, no tienen ni la maduración necesaria ni la carga de enterramiento indispensable para formar hidrocarburos o simplemente carecen de la materia orgánica propia de este tipo de formaciones generadoras de petróleo y gas.
Para dar una idea de lo expresado, en la amplísima Cuenca Chacoparanense se perforaron más de 40 pozos exploratorios en las provincias de Chaco, Santiago del Estero, Formosa, norte de Santa Fe sin que ninguno encontrara ni rastros de petróleo o directamente ni siquiera rocas generadoras. Lo mismo ocurrió en los "Bolsones Intermontanos'' de La Rioja, San Juan, Mendoza y San Luis, donde se perforaron más de 20 pozos, algunos tan profundos que llegaron a los 6.000 metros.
Inclusive, en la ahora tan comentada "Cuenca de Malvinas'', se perforaron también alrededor de 20 pozos en el mar, habiendo encontrado en algunos de ellos gas y petróleo de escaso valor comercial, pero la mayoría secos, o lo que es peor, tampoco encontraron las rocas generadoras. Otro tanto ocurrió en las cuencas marinas del Colorado con 18 pozos exploratorios secos y sin rastros, o la del Salado con 14 pozos estériles; de igual manera que en las cuencas marinas de Península de Valdés, de Rawson, Alto del Río Chico, entre otras.
De este breve resumen se puede concluir que lograr un "autoabastecimiento'' de hidrocarburos se torna cada vez más difícil y mucho menos en el corto plazo de un año o dos. Lo único que nos queda es cuidar celosamente el gas y petróleo en estas 5 cuencas explotadas, algunas de ellas desde hace más de un siglo.
El hallazgo de 1907 en Comodoro Rivadavia se toma como fecha del primer descubrimiento realizado por el Estado nacional, dando lugar a una extraordinaria actividad en lo que se conoce como Cuenca del Golfo de San Jorge. Casi para la misma fecha se inician los incipientes trabajos de perforación en Tranquitas (Salta) que con el tiempo se desarrollaron en las vecindades dando como resultado prolíficos yacimientos de gas y petróleo liviano, formando la Cuenca del Noroeste.
En 1914 se descubre en Plaza Huincul el primer yacimiento de la amplia y muy productiva Cuenca Neuquina, que abarca las provincias de Neuquén, sur de Mendoza, suroeste de la Pampa y oeste de Río Negro. Durante 1945 y 1946 se descubren interesantes acumulaciones de gas y petróleo en Tierra del Fuego y posteriormente en la provincia de Santa Cruz, delimitando lo que se conoce como Cuenca Austral, incluyendo parte de la plataforma del mar Argentino frente a la isla de Tierra del Fuego.
La última cuenca petrolífera con producciones comerciales fue desarrollada a partir de 1969 con el descubrimiento del yacimiento Caimancito que en 10 años produjo 10 millones de m3 y que hoy está prácticamente agotado al igual que otros campos que se descubrieron a posteriori en el marco de la cuenca Cretácica, considerada como parte de la Cuenca del Noroeste.
Durante más de 100 años de actividad se descubrieron cerca de 800 yacimientos con alrededor de 20.000 pozos perforados, la mayoría de ellos ya secos y abandonados o con muy escasa producción, que da como resultado una inquietante caída de las reservas tanto de petróleo como de gas. Además, desde el último descubrimiento en 1969, no se encontró otra cuenca nueva de hidrocarburos, a pesar de que se estudiaron muchas cuencas sedimentarias, pero donde las condiciones de generación de petróleo y gas no son las necesarias o aptas para formar estos recursos, como es el caso de las 5 cuencas productivas.
El petróleo y el gas se formaron a partir de las llamadas "rocas madres'' que son formaciones geológicas muy antiguas que se caracterizan por ser niveles arcillosos con alto contenido de materia orgánica derivados de organismos que vivieron en lagos o lagunas quedando sepultados en sucesivas capas arcillosas. Fueron cubiertos a su vez por otras rocas sedimentarias que le dieron peso y temperatura de enterramiento durante millones de años hasta que se formaron las primeras gotas de hidrocarburos que migraron hacia arriba y quedaron entrampadas para formar los yacimientos. Estas rocas generadoras fueron atravesadas por muchos pozos, en cuencas sedimentarias fuera de las 5 ya mencionadas, pero de acuerdo a estudios geoquímicos de muestras extraídas, no tienen ni la maduración necesaria ni la carga de enterramiento indispensable para formar hidrocarburos o simplemente carecen de la materia orgánica propia de este tipo de formaciones generadoras de petróleo y gas.
Para dar una idea de lo expresado, en la amplísima Cuenca Chacoparanense se perforaron más de 40 pozos exploratorios en las provincias de Chaco, Santiago del Estero, Formosa, norte de Santa Fe sin que ninguno encontrara ni rastros de petróleo o directamente ni siquiera rocas generadoras. Lo mismo ocurrió en los "Bolsones Intermontanos'' de La Rioja, San Juan, Mendoza y San Luis, donde se perforaron más de 20 pozos, algunos tan profundos que llegaron a los 6.000 metros.
Inclusive, en la ahora tan comentada "Cuenca de Malvinas'', se perforaron también alrededor de 20 pozos en el mar, habiendo encontrado en algunos de ellos gas y petróleo de escaso valor comercial, pero la mayoría secos, o lo que es peor, tampoco encontraron las rocas generadoras. Otro tanto ocurrió en las cuencas marinas del Colorado con 18 pozos exploratorios secos y sin rastros, o la del Salado con 14 pozos estériles; de igual manera que en las cuencas marinas de Península de Valdés, de Rawson, Alto del Río Chico, entre otras.
De este breve resumen se puede concluir que lograr un "autoabastecimiento'' de hidrocarburos se torna cada vez más difícil y mucho menos en el corto plazo de un año o dos. Lo único que nos queda es cuidar celosamente el gas y petróleo en estas 5 cuencas explotadas, algunas de ellas desde hace más de un siglo.